AMALIA

Intento no parecer demasiado ignorante, pero es inevitable subir la cabeza hasta que el cuello me dolió un poco.

¡Nunca había visto un barco tan grande y lujoso!

— Estás babeando la blusa, pequeña.

Ajax me susurra al oído y enseguida cierro la boca y bajo la mirada para darme cuenta de que solo me tomaba el pelo.

Escucho su risa baja y ronca a mi lado.

Miro a mis pies con las mejillas en llamas, pero un suave beso cae sobre mi cabello.

— No te enojes, solo quería bromear con mi dulce Luna, cariño, eres demasiado linda – me dice y observo sus hermosos orbes verdes sonrientes.

Lleva una camisa blanca de lino y unos pantalones color caqui, relajado y juvenil.

Con su cabello oscuro revuelto de manera sexy, por la brisa marina del embarcadero y es obvio que llama la atención de las mujeres.

Las veo comiéndoselo con los ojos sin recato, mientras caminamos por un puente elevado sobre el mar.

— Aprovechemos para disfrutar unos días relajados a bordo del Meredith, un crucero muy exclusi