Los días que transcurrían, rápidamente se convirtieron en semanas y luego en meses. . . ¡Dos meses habían transcurrido desde que perdiera a Fede!. Ella no había vuelto a su apartamento, Saúl había ido por ella, y había traídos varias maletas que contenían sus cosas.
Marcus no paraba de buscarla, y eso la desesperaba, no quería verlo, no quería oírlo, solo quería que el desapareciera de su vida, poder reponerse a esos ocho años en los que vivió a la sombra de otra mujer, le pidió de muchas maneras que no se acercara a ella, pero él hacía caso omiso a sus peticiones.
Se sentía desfallecer con cada día que pasaba sin que tuviera una respuesta, perder un familiar en circunstancias normales ya era bastante malo, pero que te lo arrebataran mediante la violencia era plenamente desgarrador, el vacío no lo llena nada, las lágrimas nunca son suficientes, las noches son eternas y muestra de ello era que continuamente sus noches eran interrumpi
Saúl llegó a la casa y todo estaba en extremo silencio, pero un rico olor inundaba todo su hogar, señal indudable de que Linda estaba en la cocina. Dejó el bolso que traía en las manos sobre el sofá y caminó sigiloso hacia el lugar de donde provenía aquel majestuoso olor, sin duda aquel podría ser el manjar de los dioses. Y después de pasar todo el día en la oficina, y sin probar almuerzo, sosteniéndose solo por la cafeína lo que más deseaba era llegar a casa disfrutar de la ricas cenas que ella le preparaba y poder contar con su compañía y quizás, si aquella noche era atormentada por alguna pesadilla, se metería bajo las sabanas con ella y la estrecharía contra su pecho mientras la observaba dormir.La consiguió concentrada en la preparación de la comida, ella estaba de puntillas intentando alcanzar una vajilla que estaba muy por encima de su estatura, sin pensarlo se acercó a ella y estiró la mano alcanzando el objetivo. La sintió sobresaltarse y le susur
Gracias a Dios Linda pudo rescatar la cena a tiempo, antes de que todo se convirtiera en un completo desastre, se ruborizó al pensar en cómo había estado minutos antes con Saúl, él le atraía muchísimo, y ¿para qué negarlo? Despertaba sentimientos dentro de ella. . . sentimientos que la asustaban. Él se ofreció a poner la mesa y ella se lo agradeció, antes de salir de la cocina, la abrazó, se inclinó un poco y depositó un beso en su cabeza.Después de cenar se fueron a la sala, cada uno con una copa de vino, tomaron asiento en el sofá uno junto al otro. Cuando acabaron sus copas Saúl subió los pies al mueble y tomó a Linda, la puso de espalas a él y la recostó sobre su pecho, ella se dejó hacer, y sonrió cuando sus brazos le rodearon la cintura.Quizás él fuese más de lo que ella merecía, pero ¡¿cómo negarse ante su cariño?!,con él se sentía realmente bien, querida y protegida. Él la besó en la cabeza y susurró.-Te quiero Linda.-Saúl. . .-No me
Linda se estiró en la cama, buscando el cuerpo que le proporcionaba calor, pero la cama estaba fría, indicio de que él se había levantado hacía ya mucho, quiso gemir de frustración quería tenerlo a su lado cada vez que despertara.La puerta se abrió y ella se giró, allí estaba él recién salido de la ducha, con una mono de pijama, el pecho al descubierto y el cabello aun goteando el exceso de humedad.-Buenos días dormilona. . .hoy es sábado y me lo tomaré libre, ¿ qué deseas hacer?-¿Quedarse en la cama abrazados es una opción? – Saúl rió de buena gana y se lanzó a la cama justo a su lado, la abrazó y se quedó así por largo rato, hasta que el sonido del móvil acabó con la paz que produce en ocasiones el silencio.-Es el tuyo – informó él, tomándolo y extendiéndoselo, ella observó la pantalla y suspiró con tristeza -¿qué sucede?-Es mi hermana. . .-Lisa te necesita, tanto co
Linda se encontraba en la habitación dando los últimos retoques a su imagen antes de marcharse a la fiesta de los Morgan, había optado por ponerse una largo y hermoso vestido azul eléctrico, con un tirante hacia uno de los hombros, tenía un hermoso corte de sirena, hasta que a medio muslo se convertía en una cortina de capaz de tela, era realmente hermoso. Su cabello estaba recogido en un alto moño que dejaba al descubierto a plenitud su cuello y rostro. Sus ojos los había maquillado difuminándolos con sombra oscura, mascara de pestaña y un hermosos brillo de labios color pálido.Estaba nerviosa, debía reconocerlo, nunca había asistido a una fiesta como aquellas, había ido a algunas actividades benéficas pero de menor magnitud, siempre con sus familias, obviamente con Marcus solo se veía en el apartamentos, comían en casa y las fiestas como estas, estaban exclusivamente prohibidas. Ahora estaba a punto de partir a este gran evento de brazo de Saúl, el hombr
La velada transcurría con normalidad, Linda y Luisana Castillo salieron al jardín para conversar mejor, se sentaron en una mesa que estaba dispuesta para los invitados.-Eres hermosa, Linda.-Muchas gracias- sonrió.-No es falso lo que dije; mi hijo no para de hablar de ti. Es evidente que siente muchas cosas por ti.-Soy afortunada Luisana, él es un hombre maravilloso.-Si lo es, y no solo lo digo porque sea mi hijo. . . Saúl ha sufrido mucho- dijo tomándole ambas manos con cariño.-Lo sé. . . creo que eso nos une más, sabemos lo duro de la pérdida.-¿Le amas?-Si- respondió un poco apenada- le amo, ¿cómo no hacerlo?, ¡es imposible no hacerlo!. . .él es todo lo que cualquier mujer desearía.-Me da dicha saber que es bien correspondido, tus ojos brillan cuando hablas de mi hijo, después de lo de Amanda, se ha negado a amar a nadie
Linda corrió desesperada buscando llegar a la casa, la luz alumbraba la entrada, subió los escalones con apuro y al llegar a la parte superior chocó con un firme cuerpo. Dirigió la mirada a aquel hombre para disculparse.-¡Saúl!- susurró.-Cariño, ¿qué sucede?-Nada, solo que. . . hola Rubén.-Que placer Linda. . . ¿Te encuentras bien?-Sí. . . iba en busca de una copa.-¡Vamos!- respondieron los dos hombres al unísono.Después de beber y conversar por largo rato, las parejas comenzaron a amontonarse en la pista de baile, Saúl la miró y sonrió.-Sigue en pie mi propuesta de bailar contigo toda la noche- le susurró al oído, ella se ruborizó y sonrió.-Bueno, creo que iré por otra copa, para que los tórtolos puedan besarse a sus anchas- dijo Rubén poniéndose de pie y marchándose, Saúl rió se puso en pie y le extendió una mano.
-No hay nada que contenerse más detective. . . – le rozó los labios tentándolo- se acabaron las noches inocentes a mi lado- dijo antes de besarlo.Saúl tembló ante sus palabras.-Linda, cariño. . . no quiero que te sientas comprometida, ni que cometas algo que luego sientas un error.-El error ha sido mantenerte a distancia hasta ahora- dijo entre beso y beso- no quiero seguir así- le besó la mandíbula con ternura- te necesito- fue casi un ruego.-¿Estás segura?-Nunca, en toda mi vida he estado más segura de algo. . . deseo sentirte con cada milímetro de mi piel- susurró junto a su boca- y si no es ahora, me volveré loca- Saúl ya no pudo contenerse la besó, luego la elevó en brazos y se dirigió a la habitación.Al cruzar el umbral de la puerta de la habitación, la dejó en el suelo sin despegar los labios de su boca, besándola con anhelo, deseando estar en la profundidad de su s
Linda se estiró en la cama buscando desperezarse del sueño, la sabana se deslizó con delicadeza sobre su cuerpo desnudo y ella sonrió ante el contacto, su cuerpo aún estaba sensible por las caricias que Saúl le dedicara a lo largo de la noche, no se había equivocado Saúl la amaba y ella estaba dichosa por ser bien correspondida, por contar con su apoyo y su protección. Abrió los ojos, la habitación estaba a oscuras, las gruesas cortinas estaban corridas brindándole protección de la luz solar, ella sonrió sin duda Saúl era el hombre más considerado que había conocido, la habitación estaba iluminada por algunas velas, se sentó sobre la cama y sonrió, toda ésta estaba cubierta de pétalos de rosas rojas, hasta el suelo estaba cubierto de pétalos, se sintió feliz y consentida. . . ¿Acaso existía un hombre más maravilloso que él?. . . era afortunada de tenerle.Saúl terminó de preparar el desayuno, lo colocó sobre la bandeja y agregó un par de rosas, se disponía