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Estaba estresado, y tenía mucha hambre, dos cosas que lo alteraban ¿Era mucho  poder comerse un bocadillo tranquilo? Pero estaba viendo un programa de lo más interesante en la televisión y no quería pararse a prepararse algo porque tendría que despegarse de la pantalla.

Pero Alguien le estaba fastidiando los cojones, lo sabía,  y eso simplemente significaba una cosa, que ese alguien, tenía que  morir.

No estaba de  humor eso estaba más que claro.

El sonido de su teléfono le saca un gruñido, era un correo. Le resto importancia ¿Quien mandaba correos en pleno siglo veintiuno? Pero más a un, a su teléfono personal.

Realmente iba a tener que levantar su trasero de la cama e ir a la cocina a prepararse algo de comer, su estómago ya le estaba reclamando desde hace dos horas.

Pero volvió a sonar su teléfono, otro correo.

Y otro.

Y otro.

La pantalla de la televisión cambio de imagen y salieron franjas de colores luego se volvió negra con infinidad de pequeñas letras color verde que mostraban un mensaje que se repetía una y otra vez.

¿QUE MIERDAS PASABA?.

Luciano era un hombre que se caracteriza por ser muy meticuloso en lo que hace, no le gusta dejar rastro de su trabajo, sus cosas están bien respaldadas, jamás a tenido un virus en sus computadoras menos en su teléfono.

Pero esto... Esto era fuera de serie, ¿Quien se atrevía a interrumpir su programa? Había pasado la noche en vela viendolo para que alguien esté divirtiéndose a costa de él.

Otro correo.

Definitivamente, el que esté detrás de este plan maestro de m****a tenía que morir.

Se acercó a la pantalla del televisor tocandola, y observó esa infinidad de letras verdes.

Definitivamente quien estuviera detrás de todo ese absurdo plan maestro de invadir la tecnología de su casa tenía que morir muy lenta y dolorosamente y con sus propias manos, así lo disfrutaría mucho más.

Ya podía imaginar matando a esa miserable cucaracha.

Deslizo otra alerta, luego sus ojos cansados se enganchan en el

texto.

A estado mirando la pantalla, viendo sin leer realmente, pero su cerebro reacciona.

Todas las alertas dicen lo mismo: Me asesinan, 3 de la mañana.

Interesante, el que realizó esa broma realmente llamo su atención el mensaje era un tantoinquietante. Aunque podía ser mentira.

Y si no es así... ¿Quién le advertiría así?

Todos los que conocia llamarían o se reunirían en persona.

No hackearían su alarma inteligente y menos su teléfono personal.

Seguía siendo una invasión a su privacidad, aún si realmente fuera cierto, morirá, nadie se atrevía a tanto y vivía lara contarlo.

¿Quién querría que muriera?

Mucha gente. Eso estaba más que claro, pero ¿Quien?  ¿Quién tendría las agallas para intentarlo? No muchos realmente.

Cinco minutos para las tres a.m. no está muy lejos.

Necesitaba un plan ahora mismo

Bosteza mientras se dirige a la cocina con una mano toma su teléfono ultra personal y con la otra su arma

Veía muy Improbable que hoy muriera

Tenía que comer con el estómago lleno le ayudaría a pensar en una solución y, además...

Estaba en boxer, no iba a morir en boxer y con el estómago gruñendo.

🔪🔪🔪

Estaba contemplando lo que hacían sus... Trabajadores de limpieza.

—Esto es una m****a. —Su primo Gustavo, estaba a su lado, imitandolo, tenía hasta el mismo color de traje que Luciano Carpini.

— ¿Vino a tu apartamento? Eso es

personal, Luciano. — ¿En serio? Que estupidez . ¿No son todos los intentos de asesinato bastante

personales cuando se trata de eso? —¿Cómo sabías que venía? — Gustavo piensa, y pone nervioso.

Echa un vistazo a su primo, pero él no lo  está mirando.

Está haciendo un gesto a los ayudantes que estaban enterrando el cuerpo en una fosa.

Solo lo llamo porque es jefe de limpieza. Pensó que haría todo rápido, tenía cosas que hacer.

Iba a tener que hablar seriamente con él.

—Siempre lo sé.

Mentira.

No siempre sabía todo, pero con su aire misterioso y diciéndole de manera tan convincente las personas siempre terminaban teniendo una diarrea verbal al momento de confesar todo

Aunque  Gustavo  siempre ha estado

celoso de su trabajo; siempre se ha resentido jugando a la limpieza. Es

una tarea vital, pero él piensa que es degradante. Que está por debajo de

los grandes.

—También sabré sobre el próximo. Y averiguaré quién los envía, sin

problemas.

Su primo Gustavo se remueve incómodo, está sudando como cerdo en el horno, sus  ojos se entrecierran.

—¿Qué crees que les haré, Gus? ¿Cuándo averigüe quién me quiere

muerto? —Su voz es suave, pero no necesita gritar para transmitir su mensaje.

Mensaje captado, su primo se estremese.

—Los borrarás, Luciano.

—Por supuesto que lo haré.

Una corazonada no es una prueba.

No lo mataría así no más, solo por eso, ya vería más adelante

Aunque, una corazonada puede convertirse en prueba, y si lo que creía era cierto su primo no respirará por mucho más tiempo.

Pero podría,  quizás tener un poco de lastima por él, pero ese estupido asesino a sueldo derribó su máquina de café expreso

del mostrador de la cocina.

Me amaba ese aparato, los cafés eras exquisitos.

El rostro de Gustavo se distorsiona cuando Luciano le coloca la mano en el hombro dándole un apretón amistoso. —Deberías tomarte el día libre, Gus, te ves terrible.

Ambos observan como los hombres se terminan de desaser del cuerpo, Gustavo intenta sutilmente de sacarse la mano de su hombro pero es inútil. Está cagado en miedo.

—Estoy bien. —dice—. Estoy bien.

—Necesito un rastreo. Dirección IP, número de teléfono, en fin, toda esa m****a. Envía a Massimo a mi casa a las ocho.

Suspira. —Claro, Luciano. —se ve terrible mente cagado pero fue el quien  Eligió esta tontería—. ¿Necesitas un equipo de limpieza en tu

apartamento también?

—Ya está resuelto. —y no era mentira ya había limpiado toda la sangre el resto lo podía hacer su limpiador personal.

Era en extremo discreta. Y sobre todo Confiable, a diferencia de algunos pedazos de m****a.

Ya veía como iba a ser su día, amaneciendo y desapareciendo un cuerpo, suspiro viendo todo el panorama.

Alguien le había  hackeado todo sus aparatos electronicos y su máquina de café expreso... Realmente le gustaba esa máquina. Y estaba rota.

Pero tenía algo que hacer.

Tenía que cazar.

Tenia un hacker para cazar.

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