Rexon.Los renegados van como 10 pasos por delante de nosotros, cuando creo que por fin ya los atraparíamos resulta que se han marchado y dejado notas burlándose, comienzo a perder la paciencia, no necesito esto, la proposición de Taxon me parece tan tentadora ahora, yo dejarle el trono y poder, irme a hacer mi familia alejado de tanto alboroto, estoy exhausto, extraño mi cama, extraño a mi mujer, la imagen de Lluvia llega a mi cabeza, cierro los ojos para poder dejar que la imagen me invada mejor. Su cabello dorado, sus bonitos ojos azules, su piel blanca como porcelana, esa barriguita que no deja de aumentar su tamaño, necesito verla, estar con ella, no con esta bola de idiotas. — ¿La echas de menos no es así? - Taxon llega a mi lado, estamos en una de las casas de seguridad que pudimos evitar que se consumiera por completo por las llamas, por suerte lo único que sufrió daños fue el pórtico, estoy sentado en uno de los sillones del jardín trasero; mi hermano se sienta en el que es
Lluvia. Hoy el día amaneció lluvioso, con viento... el calor está próximo a abandonarnos, y de solo recordar lo mal que la pasé la anterior nevada me entra nervio; no quiero ser una molestia, pero espero que tengan guardadas en algún lugar de esta enorme casa mantas, porque sí que necesitaré muchas. No creo que en esta ocasión irnos de aquí sea una opción. La cama se siente tan grande y fría desde que Rexon no está aquí... no llevo la cuenta de los días, no quiero hacerlo, me siento en la cama y me abrazo a mí misma, para después ir a mi armario y buscar unos pants y un suéter calentito, los jeans dejaron de ser una opción para vestir, no me cierran, mi barriga ya no es para nada pequeña, faltan 2 meses aprox. para dar a luz y conforme el tiempo avanza los nervios también lo hacen. Mi estómago demanda comida, así que me pongo pantuflas para complementar mi conjunto de este día; me levanté más temprano de lo normal, así que Kurt no ha tocado mi puerta, quizás se moleste cuando venga
Kurt. No escucho nada, no nos dicen nada, Colier y yo caminamos de un lado a otro en el pasillo, Nala está muy afectada mirando el suelo; es una suerte que el doctor estuviera llegando a casa justo en el momento adecuado, le tuvo que suministrar un sedante y nos corrió de la sala improvisada de hospital, escuchar su corazón en ese aparato hizo que se detuviera el mío de horror, ni siquiera en mi estado más agitado había experimentado ese palpitar tan frenético, la puerta de la habitación se abre y el doctor sale, Colier y yo casi nos le echamos encima. — ¿Cómo está, doctor?.- el hombre suspira. — Logre estabilizarla, si yo no me hubiera encontrado aquí... si hubieran pasado unos 5 minutos más, ella ya no estaría viva.- una oleada de frío sin precedentes me recorre cada centímetro del cuerpo erizando mi piel por completo, — Sea lo que sea que la alteró, por nada del mundo toquen el tema, está a muy poco de dar a luz y su cuerpo está en un punto crítico, las vitaminas apenas y pueden
Lluvia. Aprieto los labios lo más que puedo una vez que Kurt cierra la puerta al salir, me espero a que sus pasos sean inaudibles y todavía cuento hasta 60, me quema la garganta, pero es necesario esperar, los lobos tienen muy buen oído. Pasados los 60 segundos más largos y agónicos que he experimentado, libero mi labio inferior de la prisión de mis dientes y suelto un sollozo desgarrador que emerge de las profundidades de mi pecho; este me duele, me quema con cada respirar, las imágenes de aquellas fotografías quedaron fijas en mi mente grabadas en fuego, me desestabilizo solo de pensar que se besaron, que estuvieron muy cerca el uno del otro, porque eso es más que claro que pasó.Las lágrimas se escapan de mis ojos, recorren mis mejillas cuáles ríos salvajes, jamás voy a entender por qué un dolor emocional, te crea uno físico; el monitor que registra mi ritmo cardíaco comienza a emitir un sonido de alerta, me intento calmar, contengo la respiración, siento que estoy muriendo en vid
Kurt. Hoy Dan es quién cuidaría de Lluvia, me rechaza constantemente, dice que aproveche el tiempo para estar con Nala, pero me siento mal por dejarla sola en estos momentos que se encuentra tan mal, tanto emocional, como físicamente, estuve con Nala un rato esta tarde, pero ambos estamos tensos, con la mente en otro lugar, la situación con Lluvia afecta a más de uno en esta casa. Escucho pasos y veo a Dan salir de la habitación de ella, tiene la mano en el pecho y camina a toda velocidad con la cabeza agachada en mi dirección; mis sentidos de alerta se disparan, me acerco a él con rapidez. — ¿Qué pasó?.- mi voz alarmada lo hace levantar la cabeza, veo sus ojos llorosos y el corazón se me detiene al pensar en lo peor. — Ella esta muy mal, jamás la había visto llorar de esa manera. — ¿¡Que?! La dejaste llorar... Dan que mierda eso es malo para ella.- lo miro molesto, pero él me tuerce los ojos. — Llorar no es ni la mitad de impacto para ella que cuando vio las fotografías, si se a
Nala.Está bien... lo admito, no había ninguna araña más la que me llamó para pedirme información del estado de la luna y cuando se le comunicaría al príncipe Rexon lo que pasó con ella, no sé que pretende hacer ahora, lo de las fotos me lo suponía, desde aquella vez que me pidió tomarlas sabía que haría mal uso de ellas y hace poco se las mandó a Lluvia ocasionando que casi muera, me preocupé mucho por ella y desde ese entonces la culpa no me ha abandonado en ningún momento yo también soy culpable de su dolor, de todo el mal que Devora está haciendo. Llamé a Kurt bajo esa escusa patética porque no se me ocurrió nada mejor, pero cuando hizo el comentario de que probablemente lo hice para pasar tiempo con él, el corazón me dio un brinco en el pecho, sentí alivio al darme cuenta de que no sospecha de mí para nada, pero eso otro me puso tan nerviosa. Pensé que lo mejor sería intentar hablar con el mañana, o por lo menos eso era lo que pensaba hace unos segundos, ahora mi mente está en b
Lluvia.Una mano se posa en mi hombro y comienza a sacudirme para que despierte, no quiero hacerlo, tengo mucho sueño y mi cuerpo pide a gritos no sacarlo de la infinita comodidad en la que se encuentra. Pero mi estómago protesta y no es un rugido de hambre, los pequeños comienzan a patearme; cierro los ojos con fuerza, el dolor me acalambra el cuerpo y hace que el rastro de sueño desaparezca, siento que mis costillas podrían romperse en cualquier momento. Me giro lentamente para quedar de frente, unos ojos azules y amables me reciben acompañados de una hermosa sonrisa, es Colier, todo parece indicar que él será mi niñera del día de hoy... me parece bien tener una niñera diferente cada día, por lo menos los días no son tan rutinarios mientras estoy aquí encerrada. — Buen día, Lluvia ¿Cómo te encuentras hoy? - me tiende la mano y yo la tomó, me ayuda a sentarme en la cama, esta barriga esta a punto de explotar, no entiendo como en un par de días crece tanto, mi espalda se queja. —
Rexon. Me avisaron hace apenas unas horas que Lluvia se había puesto muy mal, no perdí ni un solo minuto y me dirigí a casa, estaba sumamente nervioso, ansioso por llegar a casa y verla, pero al cruzar el umbral de nuestra habitación me quedo frío. El idiota de Colier está con ella, sentado en nuestra cama, Lluvia le acaricia el rostro y le toca el pecho, ¿Qué mierda está pasando aquí? Ignoro todo alrededor, mis ojos se van a la espalda de Colier quién se incorpora y comienza a cerrarse la puta camisa. — ¿Qué mierda está pasando aquí? Tú por qué putas estas en mi habitación. - Colier se da la vuelta, me mira molesto, desafiante, me recuerda aquella noche en el patio de aquella casa cuando nos peleamos. — Estoy cuidando de tu mujer, ya que por tu culpa se puso mal. - arrugó las cejas — ¿De qué estás hablando?. - estoy perdido, miro a Lluvia, me mira con miedo, con decepción, con dolor… ¿Qué está pasando? Ella está conectada a una máquina que comienza a emitir sonidos como loca, n