Rexon.¿Qué he hecho?... miro a Lluvia aferrada a Dan como si fuera su lugar seguro, lugar que debería ser mío, su cuerpo tiembla, su corazón late con rapidez, esta aterrada... de mí. Cuando la ira se disipa caigo en cuenta de lo que he hecho, miro a mi mujer aferrada a un hombre que no soy yo, confiando su seguridad a él y no a mí. Mi mirada se va directo a su brazo, la línea enrojecida de su pálida piel, fue donde la tenía sujeta "Por todos los cielos, ¿de verdad la estaba apretando tan fuerte?", miro mi mano, y después mi mirada se va a mi padre, sus ojos están llenos de molestia y decepción, ni siquiera cuando asesine a todos esos hombres por lo de mamá y Aniee, me miro de esa manera.Kurt aparece de repente, ignora lo que acaba de pasar y se lleva a Lluvia, estaba a punto de ir tras ella, estire mi mano para alcanzarla, pero mi padre se atravesó en mi camino, solo pude ver su espalda desaparecer al interior, en ningún momento volteo a verme.— Te volviste loco... - mi padre me
Lluvia. "Solo hay oscuridad, no importa a donde voltee o que tanto esfuerce mis ojos para lograr enfocar algo, lo que sea, no hay nada más que vacío y un inquietante silencio, estiro mis manos tratando de tocar, de sentir algo, lo que sea, pero no hay nada en que apoyarme, me siento expuesta y débil en más de una manera; de pronto alguien toma de mi brazo, lo aprieta con fuerza haciéndome soltar un quejido y estremecerme ante el repentino dolor... ¿Quién te toco? ¿Por qué dejaste que otro hombre te tocara?... la voz masculina que me habla es apenas un susurro que se lleva el viento, pensaría que el dueño de tal voz fría y amenazante se encuentra lejos de no ser porque me tiene sostenida del brazo y siento la calidez de su aliento golpeando mi oído. Una luz tenue comienza a brindar un poco de iluminación, viene de arriba, levanto el rostro buscando de donde proviene, es ahí cuando me encuentro con una luna llena que emite una luz roja, al bajar mi rostro me topo con el de Rexon, sus
LluviaHan pasado varios días y la tensión entre yo y Rexon no ha disminuido mucho que digamos, él no se me acerca mucho, aún puedo ver la culpa en sus ojos y aunque ya le dije muchas veces que lo he perdonado por lo que pasó y que tratara de dejarlo atrás, él no puede hacerlo. Tengo fe que hoy la tensión logre desvanecerse, es un día muy especial, el día de hoy tenemos la primera ecografía de los cachorros, podremos saber si son niños, niñas o uno y uno, la idea de que sean dos niñas tiene aterrado a Rexon. Desde hace días se mandó equipar una habitación con equipo médico, poco a poco parece más un mini hospital este lugar, aquí es donde tendré a mis pequeños, el doctor me explicó que tendría que tener cesaría por lo mismo que son dos bebes y no quieren correr ningún riesgo; la idea de que rebanen mi cuerpo me aterra, pero es lo que se tiene que hacer, mi miedo no es algo que desaparecerá de la nada, así que prefiero no enfocarme en eso y pensarlo lo menos posible. Me quedo frente
Rexon. No me cabe la felicidad que tengo en el pecho, escuchar el latido de mis cachorros era tan bello; verlos, saber que dentro de unos meses podría tenerlos entre mis brazos, a mi pequeño guerrero y mi linda princesa. Lluvia y yo salimos de ese consultorio tomados de la mano, no había rastro de la incomodidad con la que llegamos aquí, estábamos felices y por primera vez en días no se sentía esa aura pesada y ambiente de tensión No me siento bien emocionalmente, me siento sobrecargado de responsabilidades, mis deberes últimamente no hacen más que aumentar además de mi estrés, el consejo Alfa está siendo todo un dolor de cabeza, mi arrebato de celos fue visto por todos creando incertidumbre sobre el futuro rey que les esperaba, un lobo que se deja arrastrar por sus instintos y emociones como yo lo hice era un problema y ahora hasta los que me apoyan dudan que esté listo para tomar el trono dentro de un año. La parte que me apoya dice que necesito más tiempo para prepararme, entien
Lluvia. Cierro los ojos dejando que el aire fresco golpee contra mi rostro, dejándome una sensación de frescura y tranquilidad absolutas, ahora que siento que la tensión entre yo y Rexon se disipó me siento un poco más ligera, más comoda. Permanezco sentada en la banca en que le dije que lo esperaría, no ha pasado mucho desde que se fue, me hace mucha ilusión pasar tiempo con él.Después del incidente aquel en que los lobos renegados estaban "invadiendo", las cosas se tornaron complicadas, no solo con él, por mi seguridad se me prohibió salir a las afueras en donde se estaba construyendo la cabaña, además de que Dan y Kurt se han portado como mi sombra, no puedo ir a ningún lugar sola porque ellos están aquí, no es que no disfrute su compañía, pero me siento agobiada necesitaba un espacio para mí. El ruido de las hojas secas quebrarse y pasos acercándose llaman mi atención, los jardines son tan grandes como la casa, y hay caminos para llegar a cualquiera de algunas de habitaciones
Rexon. La empleada dijo que había mirado a Lluvia por una de las ventanas de los jardines, que estaba tosiendo y agarrando su garganta, la desesperación estaba plasmada en su rostro y que Devora tiraba de ella, alejándola de la habitación; estoy tratando de mantener el control, pero lo que más quiero es arrancarle la garganta a Devora; por una de las ventanas miro al exterior y la escena que me describió la empleada aparece ante mis ojos, brinco por la ventana abierta y me acerco a ellas corriendo. — ¡Lluvia!.- grito y sus ojos desesperados viajan en mi dirección, Devora abre muchos los ojos, pero en este momento ella no es prioridad, la empujo para que se aleje de Lluvia y me acerco a mi mujer— Tormenta ¿Qué paso? No deja de estornudar, se agarra la garganta como si no pudiera tomar aire, como si no pudiera respirar, estoy aterrado, no entiendo que pasa... ella señala al suelo tras de ella, a lo lejos logro identificar un ramo de flores en el suelo y en ese momento logro entender
Lluvia. — Tienes que tomar estas pastillas en la noche, son naturales así que no causan adicción, te ayudaran a dormir. - tomo el frasco de pastillas que me tiende el doctor e inspecciono el pequeño frasco, una más a mi colección de pastillas diarias que tengo que tomar. — Gracias doctor.- le digo sin mucho entusiasmo en mi voz. En esta ocasión Rexon no vino conmigo, es la primera consulta en la que no está a mi lado, de igual manera fue lo de siempre, se tuvo que ir porque había renegados por los alrededores, se fue con toda la intención de encontrarse alguno y poder dialogar con él, para cumplir con lo que le exige el consejo Alfa. Espero que tenga suerte, y no lo digo por mí, el título de reina me viene valiendo un pepino, pero claro que no quisiera que su familia pierda el linaje real por mí, dice que no le importa, pero siento que en el fondo no es así. Me paro en una de las grandes ventanas y miro al exterior, los lobos regresan de su búsqueda de renegados, supongo que no le
Kurt y yo recorremos pasillos de la gran casa en los que no había estado antes, este lugar es todo un laberinto para mí, las mismas paredes, pasillos amplios con varias puertas, no tengo idea de como Kurt no se pierde; estamos cerca de la zona en donde se esperan las demás manadas que fueron atacadas por los renegados, las probabilidades de toparnos con Devora son altísimas, pero confió en que no tengamos tan mala suerte, tenemos que ir por aquí para lograr llegar al otro extremo de la casa que es donde se encuentra la entrada a las mazmorras, podíamos irnos por los jardines, pero seriamos vistos con mayor facilidad, siempre hay mucha más gente allá fuera que adentro. — Mira nada más a quién tenemos por estos lados...- cierro los ojos con fuerza ante la voz que aparece a nuestras espaldas, Kurt que esta a mi lado pone los ojos en blanco, esperaba que tuviéramos buena suerte, no fue así.Nos damos la vuelta y nos topamos con Devora, tiene una risa maliciosa dibujada en el rostro, me o