Rexon Le hice el amor a Lluvia dos veces antes de dejarla salir de la habitación, y hubieran sido más veces de no ser que su estómago comenzó a quejarse exigiendo alimento; estamos desayunando en una mesa del jardín. Lluvia tiene la cara roja, no se atreve a levantar la mirada, se me olvido decirle que mi padre nos esperaría para desayunar hoy, y llegamos con un elegante retraso de 20 minutos, y creo que por la mirada asesina que me lanzo Lluvia antes estoy en problemas. — Felicidades por su compromiso, no creí que este día llegaría para ti Rexon.- mi padre responde después de que Lluvia le contara de mi declaración anoche. — Todos cambian cuando llega la persona indicada.- le digo a mi padre sin mirarlo, mis ojos están fijos en la mujer a mi lado que llego a volverme loco, en el buen y mal sentido a veces, poner mis ideales patas arriba y de quien me enamore perdidamente como un tonto sin que ella fuera consiente de que con cada sonrisa se me metía más al corazón. — Tienes toda
Lluvia. Salgo con los ojos llorosos cerrándolos con fuerza, sostengo un paño frente a mi rostro que cubre mi boca y nariz, el aire del exterior me parece tan fresco mientras me golpea la cara refrescándome y secando las perlas de sudor que se me habían formado en la frente. — ¿Segura que estás bien?... porque no parece.- Kurt me mira de arriba abajo, está tan cerca de mí con los brazos extendidos como si pudiera caer de repente en cualquier momento. — Estoy bien... .- me aparto el paño del rostro para limpiar mi nariz y las comisuras de mi boca.— Esto es normal en el embarazo. Después de que Rexon se marchara Kurt apareció para hacerme compañía, termine de comer y me ofreció darme un tour por los jardines, para mi mala suerte a los pocos minutos (cuando pasamos por una área de aspersores en donde parece que planean plantar más flores) me dieron unas náuseas tremendas en cuanto me llego el aroma de la tierra mojada, lo cual me parece de lo más extraño, ese aroma siempre me pareció
Rexon. Las piernas me tiemblan ligeramente mientras más me acerco a la entrada del lugar, en donde estará Devora y su manada, esto debe ser una puta broma del destino, ¿Qué hace esta mujer aquí? ¿Por qué ahora? ¡Mierda! Porque aparece justo ahora, en este momento que estoy hasta el cuello de líos y pláticas pendientes con mi ricitos... solo espero que venga por algo y se largue lo más rápido posible. Al llegar al gran salón principal veo a una chica de rodillas recogiendo las piezas de lo que supongo es uno de los jarrones que estaban a los lados de la entrada, le dije a mi padre que estaban mal puestos ahí y que alguien los podría tirar al entrar, dicho y hecho. — No puedo cree que seas tan torpe Nala... - esa voz molesta y despectiva la conozco bastante bien, cuando mis pasos aproximándose llegan a sus oídos y me voltean a ver, los ojos de Devora se iluminan como si acabara de encontrar un oasis perdido, la ignoro y continuo acercándome a ellos. — RexonElla se acerca a mí, más b
Lluvia. Le suministro la medicina a Kurt para la alergia y a los pocos minutos se recompone, quería bombardearlo de preguntas sobre esa mujer, ya que estoy segura de que él sabe quien es ella, pero no quiero ponerlo en una situación embarazosa, al único que le corresponde darme explicaciones y respuestas a mis preguntas es a Rexon. Le dije a Kurt que no me sentía muy bien y quería dormir, él se marchó dejándome sola en la habitación, no es mentira del todo, después de vomitar me siento algo débil y con mucho sueño, me acuesto en la cama cubriendo mi cuerpo con la fina sabana a pesar de no sentir frío, pero si sentirme expuesta, no logro borrarme de la cabeza esa imagen de la mujer abrazando a Rexon de esa manera, quizás solamente estoy celosa, no me había tocado ver a una mujer interesada en él, más que mi prima, pero de ella no sentí esta opresión en el pecho, estoy segura de que esa mujer y mi prometido comparten un pasado, y de los pesados. La puerta de la habitación se abre, vo
Rexon. Como lo suponía estamos todos en la mesa cenando, mi padre, la manada de Devora y yo, ella está hablando con mi padre de lo sucedido en su casa y la invasión por renegados, yo ni siquiera la presto atención, la única mujer digna de ella no está aquí con nosotros y mi manada está disfrutando de su libertad en la ciudad, después de muchos años entre bosques, no salen de allá A Lluvia le propuse pasear por el palacio, antes de la cena, mostrarle la biblioteca, pero ella comenzó a tener muchas náuseas, me dijo que se sentía débil y con mucho sueño así que tomaría una pequeña siesta, pero llego la hora de la cena y no quise despertarla para venir aquí a pasar un mal rato, porque sin duda no estaría comoda con la bruja de Devora en la misma mesa. — ¿Dónde está tu Luna Rexon? Tu humana aún no tiene el título de reina y ya se cree exclusiva para no convivir con los demás. - mi mirada que se podría comparar como un puñado de cuchillos afilados se va en dirección a donde ella esta, mi
Devora. Mis zapatillas resuenan en las baldosas color crema llenando los silenciosos y oscuros pasillos de la residencia real, camino frenética, ansiosa por llegar a mi maldita habitación y explotar, soltar toda esta ira contenida, no puedo creerlo, que él se atreviera a humillarme de esa manera; su mirada, no era la misma, claro que no esperaba que lo fuera, cielos han pasado como 3 años, él siempre fue de semblante duro y mirada fría, pero ahora... no hay más que desprecio en sus ojos, antes, me miraba con orgullo; si teníamos problemas, muchos problemas, ansiosos por tener el control por demostrar quien era el mejor, estaba harta de tantas discusiones, el sexo ya ni siquiera extinguía las llamas después de una pelea, me cansé y acepte su rechazo, me di por vencida y decidí marcharme, con el nudo en la garganta de que había fallado y la cicatriz en mi pecho recordatorio de mi derrota. Pero hace unos meses descubrí que fue lo que fallo, porque si, en ningún momento deje de pensar e
Lluvia.Estamos en el comedor del interior, creo que es el que usan para banquetes, la mesa es rectangular y muy grande, estamos todos reunidos aquí, el padre de Rexon encabeza la mesa a su lado izquierdo estamos Rexon y yo, al lado de mi Kurt y Dan, me da tanto gusto que estén aquí en el desayuno, porque en verdad me siento muy expuesta, del otro lado de la mesa frente a nosotros está la rubia exnovia de Rexon quien no apartaba sus ojos de mí hasta que Rexon le gruño en advertencia, al lado de ella está un tipo alto y moreno, al lado de él una chica, muy tímida que me sonríe levemente antes de apartar la mirada, y otros dos chicos. Están hablando del ataque que sufrió la casa de la manada visitante, debaten sobre como los lobos renegados se están convirtiendo en un problema grave, tal y como me dijo Rexon se les podría comparar con los colmilludos salvajes, solo que a diferencia de los colmilludos ellos no molestaban a los suyos, los renegados son como los delincuentes en mi socieda
Rexon. Lluvia esta acostada en nuestra cama, con los ojos cerrados, desmayada... camino de un lado a otro de la habitación como un animal enjaulado sediento de sangre, desesperado por atacar, Kurt y Dan permanecen en la puerta firmes para evitar que corra tras de Devora y le arranque la cabeza, mientras a mi espalda está el médico revisándola. Ella estaba muy bien en la mañana, la estúpida de Devora con sus comentarios idiotas la hizo sentir mal, estoy preocupado, pude sentir su desesperación cuando se desmoronaba en mis brazos, su ritmo cardiaco sumamente disparado que ni en nuestras noches más salvajes se había puesto así, juro que si el médico me dice que ella está mal por culpa de aquella víbora la mataré. El médico se pone de pie y comienza a guardar sus cosas en el maletín, todos lo volteamos a ver con ojos asustados, tiene el rostro completamente serio y esta es una de las cualidades que me desesperan del médico de la familia, no hay manera de adivinar si todo está bien o ma