A la Deriva…
4 —¡che, nené, arriba!—dijo el tío y apenas tocó su frente Theo abrió los ojos de golpe. Eso asustó a Jorge que inmediatamente se echó para atrás de un salto. Theo lo miró fijamente con su penetrante mirada gélida y sonriendo dijo: —tranquilo tío, sabés que a vos no te voy a matar, sos mi familia y además el contramaestre, así que tranquilo— Jorge no hizo más que sonreír torpemente. —bueno che, entendé, para mi no es fácil. Perder a mi hermano, embarcarnos en este viaje incierto y ahora esto… —ya tiito, yo ya me acostumbré a mi nuevo yo, es lo mejor que me pudo haber pasado, y… ¡no morir como una porquería a manos de esos monstruos inmundos!— Jorge quedó sorprendido. —hace mucho no me decís así, desde que eras un niño— —ya no soy un niño, y nunca te diré así frente a la tripulación, solo se me escapó— dijo Theo desviando la mirada. Jorge lo abrazó. Él lo empujó. —ya, suficiente cursilería por hoy— dijo Theo serio. —Em, bueno, este a lo que venía— dijo Jorge nervioso. —¿y Laurine? Más les vale que esté bien, sino se las verán conmigo— amenazó Theo levantándose de un salto. —bueno, no sé creo que está bien, es que… —¡¿qué pasa tío?!— gritó Theo. —bueno, es cierto que en alta mar se suelen ver cosas extrañas, pero esto, no sé… Cuando salió del camarote el cocinero le ofreció lo mejor que tenía, pero en cambio ella prefirió comer un poco de pescado crudo— Theo lo miró incrédulo. —sé perfectamente que en esta situación y dada la vida que llevamos no es extraño, pero tratándose de una joven de su clase, no sé… Inmediatamente Theo salió a toda velocidad del camarote. Quedó sorprendido al ver a Laurine sentada en un banquito con los pies sumergidos dentro de un balde lleno de agua mirando el mar y el atardecer. Osvaldo se acercó a Theo y en un susurro le dijo: —hace unas horas está así, dice que tiene los pies hinchados y no sé qué, pero esto es extraño— Theo suspiró. —no hace falta que hagas esto, mis oídos están agudizados. ¡Vieja chismosa!— —eh, bueno, si cierto, pero para disimular delante de la chica o ¿queremos más cosas extrañas?— —¡claro que no! ¡y ustedes tienen que dejar de estar cuchicheando entonces!— gritó Theo molesto. —por nada ella tiene que saber lo que soy— Osvaldo solo asintió con la cabeza. Theo se acercó a Laurine. —señorita, buenas tardes— la saludó Theo con una sonrisa alegre. Laurine lo miró con sus destellantes ojos como luceros. Theo no pudo evitar sonrojarse. —buenas tardes, si que durmió— dijo ella sonriendo. —eh, bueno ser capitán no es fácil— —pues sí seguro, más a tan corta edad– —bueno no, pero hago lo que puedo, lo que sea mejor para la tripulación— Al otro lado del barco Osvaldo le susurró a Joseph: —sí claro, ¡falso de m****a! Solo somos su alimento— —shhh estúpido, seguro escuchó, además está tratando de ligarse a la muchachita, eso me di cuenta desde que la subió al barco, además ¿no te diste cuenta que su carácter de m****a cambió un poco? — —si, puede ser Joseph, pero él ya no es uno de nosotros, eso es lo que me preocupa, voy a hablar con Jorge para que lo convenza de dejar a la chica en tierra y seguir con su absurdo viaje— Joseph solo arqueo las cejas. —¿estás bien?— preguntó Theo. Ella sacó sus pies del balde y sonriendo dijo: —sí, no es nada, además también me gusta meter mis piernas en el agua, ¿tiene algo de malo eso? — —Em, no, no para nada, solo me preocupé, es eso nada más— contestó él nervioso. —gracias por preocuparte— dijo ella sonriendo y tomando su mano. Theo solo sonrió tontamente, nunca se había sentido así, pero no podía evitarlo. Ya a la madrugada Theo estaba al timón hablando con su tío. —¿y qué más te dijo la muchachita? — preguntó Jorge intrigado. —pues no mucho, ves que fue a dormir temprano, ni siquiera cenó, me preocupa, mañana le diré a Milton que la revise— Jorge lo miró un momento y dijo: —bueno, si me parece bien, pero digo, si hubiera algo extraño vos lo sabrías ¿no?— Inmediatamente Theo lo escudriñó con la mirada. Seguido de eso soltó una risotada que estremeció a toda la tripulación. Jorge quedó estupefacto. —¿ qué Laurine es una sirena? Si claro, que absurdo. Tío me sorprende que vos justamente pienses esas boludeces. Me esperaría semejante cosa de Osvaldo o Joseph, pero ¿de vos?— Jorge gesticuló tratando de decir algo pero Theo no lo dejó. Caminando alrededor de él dijo: —además si fuera así yo lo hubiera notado al instante, y no percibí nada extraño, ella es el ser más puro e inocente que jamás había visto— Terminando de decir eso se dirigió al camarote, pero antes de entrar, se giró y dijo: —realmente no esperaba que funcionará lo de leer la mente, pero veo que si, es increíble las cosas que descubro día a día— Así con una sonrisa que dejaba ver sus enormes incisivos entró al camarote. Ante esa situación Jorge quedó helado. Osvaldo lo hizo volver en sí de un salto al aparecerse detrás diciendo: —¡la pucha, ahora si estamos jodidos! — Jorge solo emitió un largo y lastimoso suspiro. —yo no sé, pero sigo pensando como Jorge, así que hay que estar atentos— Osvaldo y Jorge solo lo miraron aún más preocupados. En tanto en el camarote Theo se había acercado al catre donde dormía Laurine a contemplar su belleza y también a intentar entrar en su mente. —Que extraño, bueno debo haberme agotado cuando entré en la mente de mi tío, en fin, de a poco Theo, de a poco— Sumido en ese pensamiento se precipitó al notar que Laurine había abierto los ojos bruscamente. —eh, solo vine a ver como estabas—dijo él nerviosamente. Ella lo miró en silencio un momento y después sonrió. —estoy bien, un poco cansada, no estoy acostumbrada a este tipo de vida y lugar— Theo se sentó a los pies del catre y suspirando más tranquilo dijo: —bueno si, seguro, un navío y la vida marítima no son para ustedes las mujeres— Ella solo sonrío. —¿cómo estás seguro de eso? No has vivido lo suficiente— Ante éste comentario él se sonrojó de vergüenza y quedó sorprendido. Odiaba quedar en ridículo ante los demás. —en, bueno si vamos al caso tu tampoco viviste lo suficiente, además por lo que percibo eres una señorita, así que, como que experiencia de la vida dura dudo que hayas tenido, además mi comentario hacía más referencia al hecho de que este es un ambiente hostil para ustedes—al decir eso Theo se sintió más tranquilo ya que había arreglado su comentario machista, o era lo que él pensaba. Laurine quedó un momento pensando y finalmente dijo: —bueno, si tienes un tanto de razón en lo que dijiste, pero yo creo que si una mujer quiere y se lo propone puede ser una excelente capitana— Ante eso Theo solo sonrió forzadamente. —en fin, al parecer estás bien, pero de todas maneras mañana te revisara el médico— Ante esto Laurine hizo una expresión de susto. —¡no, no! No es necesario, yo estoy bien— Theo se sorprendió ante su reacción y tomando su mano muy calmado dijo: —tranquila, yo no voy a permitir que la tripulación se desubique con vos, solo yo puedo hacerlo— Al oír eso Laurine se sorprendió, pero no le dio tiempo a reaccionar ya que Theo la estaba besando… Un torbellino de sensaciones engulló a Laurine en ese momento, nunca había sentido cosas así, bueno, nunca un muchacho la había besado… Notando que había quedado muy tiesa Theo se apartó. —eh, perdón, yo, no pude evitarlo, me gustas mucho… ¡ay soy un boludo!— exclamó él nerviosamente todo rojo. Ella también estaba sonrojada y no sabía que decir. —no, no pasa nada, se que es muy repentino, pero creo que tu también me gustas— dijo ella con la vos temblorosa y la mirada baja. Inmediatamente como en un abrir y cerrar de ojos Theo la abrazó. —no quiero que se malinterprete, yo soy una señorita y… Theo la volvió a besar apasionadamente y acariciando sus negros cabellos le dijo: —lo sé, no te preocupes, yo te quiero bien, jamás me había pasado algo así, esto debe ser la boludez esa que llaman amor a primera vista o algo de eso— Ella solo lo miró y se recostó nuevamente en el catre. Él se acostó a su lado y tomándole las manos dijo: — En serio me gustas mucho, no tengo intenciones de hacerte nada malo, solo quiero amarte— Laurine seguía sorprendida ante lo que estaba ocurriendo, pero también le gustaba mucho Theo, lo abrazó y así se quedó dormida. Él no estaba durmiendo, pero había quedado como en un estado aletargado… El destino incierto había sorprendido a los jóvenes desviando así sus importantes objetivos. En tanto en cubierta… —che, como que el capi nunca más salió de ahí— —en serio eh, ¿tan pronto habrá quedado atrancado entre las piernas de la muchachita?— exclamó Osvaldo pensativo. Joseph solo río y Jorge lo miró con cara de pocos amigos. —cualquiera decís Osvaldo, mi sobrino será un pirata, pero no es ningún depravado ¡eh!— —bueno ¡eh! Yo digo lo que veo, el capi desde que subió le quiere entrar— Jorge estaba a punto de golpearlo, pero los detuvo la expresión de Joseph quien lo más silenciosamente que pudo se acercó al camarote y entre abrió la puerta para ver. Los dos se acercaron rápidamente. —¡ la pucha ichu! Te dije Jorge, ahora si estamos perdidos— exclamó Osvaldo. Jorge quedó estupefacto al ver a su sobrino y Laurine durmiendo juntos…A la Deriva 5 ... Theo despertó de golpe, en un instante su mente le hizo recordar todo lo que había sucedido desde que partieron de Santa Cruz, abrió más los ojos al ver como Laurine dormía tranquilamente junto a él. Quedó un momento atontado sumido recordando todo lo que había sucedido, hasta que los pasos de su tío tras la puerta del camarote lo hicieron volver a la realidad y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba tras la puerta frente a su tío. Jorge dio un tropezón hacia atrás al ver de repente a su sobrino frente a él. —¿ocurre algo tío?— preguntó Theo a secas. —pensé que ya no dormirías nunca más— exclamó él asombrado. Theo volteó los ojos. —en efecto, ya no puedo dormir, solo quedo en un estado aletargado o algo así—dijo él serio. Al oír eso, Osvaldo que cargaba un balde con agua para ayudar a Joseph a limpiar la cubierta tropezó echando todo el agua, Joseph lo miró nervioso. En un instante Theo estuvo frente a él. Osvaldo y Joseph quedaron paralizados al v
A la Deriva 6 … Así, una vez encallado el navío en la costa de Nassau Theo bajó de un salto y le hizo señas a su tío para que lo acompañara, muy nervioso Jorge bajó tras él, los demás observaban impacientes todo el panorama. —en estos momentos me vendría tan bien un terere o mate— dijo Osvaldo soltando un largo suspiro… —ya, no nos hagas recordar que perdimos todo en el naufragio y a este paso tal vez nunca más volveremos a tomarlos— se lamentó Joseph. — ¡ea! Mejor dejen de hablar de eso y estemos atentos a lo que sucede allí, debemos estar alerta ante cualquier señal que de el capitán— dijo Milton. —bueno si, cierto pero no olvidemos que tenemos una gran ventaja, y saben a que me refiero— dijo Osvaldo serio mientas observaba a Theo y Jorge. —aún así no se porqué me siento intranquilo— dijo Joseph nervioso. Una vez llegaron al fuerte de Nassau Theo y Jorge miraban a todos lados, había gente que se detuvo a observarlos a la distancia y otros seguían en lo que estaban.
A la Deriva 7 … Desenvainando su espada y sin apartar su mirada de la de Theo dijo: —Bonnie Hernández, corsario de la corona española— —¡chale! ¡Llegó la patrona!— exclamó Leo entusiasmado. —¡matrona gilipollas!— le gritó Bonnie a Leo. —eso, eso, eso, disculpe MATRONA Leonardo de la Inmaculada Concepción de María Rivera a su servicio—contestó Leo sonriendo. —¡guay que cuqui! ¡Hola! Soy Many— gritó desde el barco una chica sacando la cabeza y sacudiendo sus manos. Leo le sonrió tontamente devolviéndole el saludo con una mano. Inmediatamente Bonnie volteó hacia ella. —¡joder! ¡Ya Many que todavía tenemos algo de decencia!— gritó muy molesta. Many solo sonrió nerviosamente y desapareció inmediatamente de cubierta. —definitivamente no entiendo nada— dijo Jorge rascándose la cabeza. Laurine observaba maravillada. —bueno llega en el momento justo señorita Bonnie, estos hombres acaban de llegar, justo los estaba escoltando hacia la taberna, y también para que el c
A la Deriva 8 … Ella hizo una risita y bajándole la cremallera dijo: —primero follamos y después hacemos las preguntas ¡cabrón!—seguido de eso succionó profundamente el miembro de Theo… En respuesta Theo gimió exageradamente y acabó… —bueno… no podía esperarse mucho de un crío, claro solo estoy comenzando— dijo ella masturbándolo. —es que fue muy intenso, pero claro que todavía hay mucho por hacer— Dijo él besándola furtivamente y alzándola a la altura de su cintura. Rápidamente ella se quitó el strapless dejando sus pechos libres. Inmediatamente Theo comenzó a besarlos fuertemente, más cuando ella empezó a gemir de placer sentándose en su miembro dando bruscos sentones, a lo que él en respuesta comenzó a envestir fuertemente, estaba enloquecido… Después fueron a la cama donde siguieron teniendo sexo desenfrenado… Acostada de espaldas Laurine abrió bruscamente los ojos, un ruido o un golpe en seco la habían despertado, se preocupó al notar que Theo no estaba. Rápidamente co
A la Deriva 9 … —bien, traeré el agua caliente— dijo él mientras desaparecía por una de las puertas como por arte de magia… Al instante Edgar volvió con el agua caliente y rápidamente preparó el té. Laurine lo miraba detenidamente. —los humanos disfrutan mucho de beber este tipo de infusiones, tanto así que ya es como un evento de etiqueta— dijo él sonriendo mientras le pasaba el té. Ella lo miró sorprendida. —claro, antes de que preguntes, pues soy un vampiro— dijo él muy tranquilo. —¿cómo? ¿Cómo no pude percibirlo?— exclamó ella asustada. Él solo volvió a sonreír. —bueno pues mi poder mental es muy fuerte y el tuyo se debilita por cada día que pasas en tierra firme, supongo que lo notaste— Laurine Suspiró y mirando al suelo asintió con la cabeza. —bueno ya no te preocupes, veremos como solucionarlo, no voy a hacerte daño, así que mejor disfrutemos del té— Ella asintió en silencio todavía un poco nerviosa. —ya, tranquila, no va a suceder nada malo, al menos aquí si estás
A la Deriva 10 … —ahora si va a ver este, ya me tiene harto, es mi oportunidad para sacármelo de encima— Así con mucho sigilo Theo siguió a Leo… Muy campante Leo fue hacia la orilla a lavarse un poco, después se dirigió a un lugar apartado donde había barrancas. Se sentó como indio y comenzó a contemplar las estrellas… —¡ahora si vas a ver conchudo!— gritó Theo abalanzándose sobre Leo. —¡¿qué, qué?!— gritó Leo asustado, pero Theo ya estaba encima de él. —¡es la primera y la última vez que te metés conmigo cajetudo!— gritó Theo Clavándole profundamente la daga en el costado… Leo lanzó un grito desgarrador. —¡chinga tu madre! ¡Mierda!— gritó con dificultad Leo y en ese momento sus ojos empezaron a brillar de un naranja muy intenso, como llamas. Impactado ante ese hecho inesperado Theo se echó para atrás. —¡¿qué m****a?!— Con dificultad Leo se incorporó y aún gritando comenzó a arrancarse a girones la piel de la cara, los brazos etc… Quedando todo su cuerpo en carne viva y
A la Deriva 11 ... —¡puta madre que eres muy cachondo! Pero bueno eso me gusta— dijo ella y así comenzaron a tener relaciones de nuevo… Así estuvieron un poco más. Hasta que en un momento, viéndolo detenidamente notó que tenía una marca en forma de rosa en la cadera del lado derecho, inmediatamente se apartó. —¡¿qué coños es eso?! ¿Quién te convirtió?— preguntó ella nerviosa. Theo la miró confuso y asombrado al mismo tiempo, hasta ese momento no se había percatado de la marca. —¡ ¿qué?! No sé nunca tuve algo como esto y me convirtió un tal Pietro DI Morte— Al oír ese nombre Bonnie se puso más nerviosa, rápidamente tomó el teléfono. —Ed, es urgente, se trata de Pietro, voy a reunir a las chicas y te esperamos en la taberna en cinco minutos— seguido de eso se vistió a toda prisa. Theo seguía anonadado viendo la marca. —¡ya vístete carajos! Junta a tu tripulación y a tu esposa y nos encontramos en la taberna en cinco minutos— gritó ella. —¿acaso conocés a ese tipo?
A la Deriva 12 —por mi lo que decidas está bien sobrino, de todas formas ya nos habías condenado a todos cuando zarpamos a este viaje tan largo e incierto—dijo Jorge suspirando... Theo vio sorprendido a su tío, seguido de eso miró fijamente a Edgar y dijo: —Bien, nos aliaremos con ustedes, la verdad es que se poco y nada del tal Pietro ese, también me gustó tu propuesta sobre tener mi propio talismán— Jorge y los demás miraron con sorpresa a Theo. Edgar le pasó la mano sonriendo. —bien, ahora tenemos que organizarnos y estar atentos para cuando Pietro de el golpe— dijo Edgar serio. —pues si, yo creo que cuando reciba su talismán va a hacer algo, así que hay que estar preparados— dijo Leo. —bien señores y señoritas siéntanse como en su casa— dijo alegremente Edgar. Después le hizo señas a Bonnie para que se quedara. Cuando todos salieron y quedaron ellos solos Bonnie se sentó provocativamente sobre el escritorio. —¿y bien Ed? Por fin solos— dijo ella acercándose para besarlo.