Brianna miró hacia Robert.
Estas dos semanas le habían asentado bien. Ya no quedaba nada del Robert Triste y Desolado que ella había visto. Estaba más guapo que nunca. Estaba afeitado, pulcro y bien vestido. Brianna no pudo evitar comérselo mientras subían el ascensor. Ella incluso se echó un poco hacia atrás para ver el trasero de Robert embutido en unos pantalones negros de vestir. Un buen trasero. La verdad era tenía todo el paquete delicioso. ¡Era una pervertida! Se cubrió el rostro con las manos, mientras se preguntaba de dónde venían estos pensamientos tan perversos… Ella no era así. ¿Qué le pasaba? ¿Acaso estar cerca de Robert hacia que saliera a relucir su lado oscuro?
Dejó caer las manos y se colocó derecha. Soltó un suspiro y dio un paso hasta estar al lado de Robert. Volvió a mirar a Robert por el rabi
Había pasado una semana desde que Robert le cedió la llave de su apartamento y Brianna iba todas las noches a cenar junto a él. Las veladas eran tranquilas y agradables, y cada noche que pasaba se enteraba de cosas que no sabía de Robert. Como lo que le gustaba, él le había dicho que le gustaban las tartaletas de manzana y canela, que también le gustaban los dulces, los comics y ver muchas películas de acción y animadas. Había descubierto que Robert era mucho más amable y divertido de lo que había pensado. Además de eso, se alegró de que a veces cuando hablaban cosas del pasado, como la infancia de ambos y algunas anécdotas de los viajes familiares, Robert no se disgustaba cuando hablaban de Chris o de Cassie, eso quería decir que estaba afrontando la verdad y de que estaba moviéndose y caminando en su nuevo sendero de ser feliz.Esta noche volvería y
Miro el objeto brillante que estaba sobre su palma. ¿Debería usarlo? ¿Debería darse la vuelta e irse? Se mordió el labio inferior. No, ya estaba aquí. Además, no era la primera vez que la usaba, pero era como si lo fuera. Cada vez que venía siempre se detenía a dudar sobre entrar o no hacerlo y al final siempre lo hacía. Llevó la llave a la cerradura, adentrándola. Esta cabía perfectamente allí. La giró y sonó un click, indicando que la puerta ya no estaba asegurada. Brianna respiro hondo y lentamente empujó la puerta. El apartamento estaba iluminado y había un delicioso olor a aromatizantes.Brianna dio un paso hacia dentro y cerró la puerta detrás de ella, metiendo la llave en uno de los bolsillos de su bolsa. El apartamento no estaba en silencio, se escuchaban los murmullos de lo que parecía ser una televisión encendida.
Robert la estaba besando.Brianna cerró los ojos mientras sentía los suaves labios de Robert sobre los suyos. Su primer beso fue un tormento para ella ya que había estado muy confundida pero el segundo era como lanzarla al paraíso. Los labios de Robert se movían con experiencia sobre los cerrados de ella y unos segundos después, Brianna abrió los labios y dejó que él se introdujera en su boca. Su lengua barrió sobre la suya y Brianna sintió las manos de Robert acariciarle los costados.Comenzaron a devorarse la boca hasta que él rompió el beso de la nada pero lo que hizo a continuación dejó muda a Brianna. Robert la tomó por la cintura y la sentó encima de su regazo, a horcadas. Brianna se ruborizó al sentirlo y lo miró a la cara. Él le acariciaba las caderas por encima de la camiseta de color lila que Brianna llevaba mientras la m
Cuando abrió los ojos se encontró con la cara dormida más tierna y sensual que hubiese visto en su corta vida. Los labios de Brianna formaron una sonrisa mientras observaba dormir al hombre que amaba. Podía ver los detalles bien gracias a la luz mañanera que entraba por las ventanas de cristal cubiertas por unas ligeras cortinas. Sí era hermoso despierto, durmiendo lo era por igual. Tenía una ligera sonrisa en sus labios, como si lo que estuviese soñando le estaba gustando. Esperaba que fuese con ella que estuviese soñando.Se mordió un labio y extendió una mano hacia su rostro, posándola en su mejilla con barba de un día. Incluso así era sexy, ¿por qué era tan sexy? Era un hombre muy sexy. Se acercó y le dio un suave beso en los labios, cuando se alejó, él refunfuño entre sueños y se puso a boca arriba.Brianna sonrió
¿Por qué se hizo el dormido?Robert se pasó una mano por la cara mientras recordaba el cuerpo desnudo de Brianna, sin nada que la cubriera. Si no hubiese sido tan cobarde, se habría puesto de pie y la habría tomado entre sus brazos, abrazándola, besándole el cuello. Diablos. ¿Qué le pasaba?Se sentó en la cama y se pasó la mano por la cara. Había estado despierto todo el rato, desde que ella bajo de la cama hasta que salió de la habitación. ¡Que estúpido era!Escuchó sus pasos y volvió a acomodarse en la cama, en la misma posición. Cerró los ojos. Percibió como ella entraba en la habitación y luego sintió como ella se detenía a su lado. Oyó como el sonido de un papel ser doblado. ¿Qué estaba haciendo? Se sentía mirado. Quería abrir los ojos y mirarla, sorprenderla
Lo que tenía que hacer para que su hermana no abriese esa boca cotilla que tenía.Brianna bufó molesta mientras aparcaba en el estacionamiento del edificio donde trabajaba su hermana gemela. Shanna la había llamado cuando Brianna estaba en el momento culminante del libro, había tenido que dejar el libro y tomar el auto de su madre para ir a buscar a Shanna. Esta le había dicho que su jefe quería darle un aventón pero se había negado porque no aguantaba respirar el mismo aire que él. No lo entendía. Si no le gustaba respirar el mismo aire que Nick O’Brien entonces por qué seguía trabajando para él.Se quitó el cinturón de seguridad y quitó las llaves del contacto. Abrió la puerta y salió del vehículo. Cerró la puerta y bloqueando el auto con el mando, se dirigió al edificio. El edificio completo era del jefe de S
¿Qué estaba haciendo? ¿Estaba loco?Robert miró a Marle que estaba sentada del otro lado de la mesa, hablando con el mesero que lo estaba ateniendo. La había llevado a comer, al fin le había cumplido el “sueño”, pero en serio, ¿Qué mierda estaba pensando cuando la dejó subir en su todoterreno? Hizo una mueca. Estaba seguro que su mejor amigo iba a darle un sermón cuando se vieran. ¿Qué podía hacer? Marle le salía en los sitios menos esperados.Le sonrió cuando ella volvió a mirarlo luego de pedir lo que iba a comer al mesero. El muchacho se marchó de la mesa.—¿Y bien…?—preguntó ella entrelazando sus manos sobre la mesa.Ni siquiera sabía que había estado pensando cuando le habló sobre Brianna, cuando le pidió una puta opinión femenina y cuando acept&oa
A pesar de que había sido el primer día y que el primer día para muchos era algo traumático, para ella había sido bastante normal. Charlie había sido un hombre muy simpático y paciente con ella, muy paciendo con ella, incluso lo fue cuando Brianna había cometido el error de confundir un archivo en el ordenador, pero Charlie lo había tomado normal diciendo que para ser su primer día no había sido tan horrible.Brianna terminó de ordenar el gran escritorio y tomó su cartera, buscó su móvil y lo comprobó. Cero mensajes. Cero llamadas. Y eso que le había mandado un par de mensajes. Él ni los había respondido. Se mordió el labio y bloqueó el teléfono para volver a meterlo en su bolso. Así que Robert… Se había olvidado de ella. Claro, ahora tenía Marle para hacerle compañía, una chica m&aa