Y siguió añadiendo sin hacer pausa alguna, que los patriarcas ejercían su autoridad fuera de todo raciocinio humano, donde el hombre “macho” era el jefe de familia con la facultad no sólo de cometer el peor maltrato contra su pareja, sino que tenía un gran dominio en los bienes propios de la mujer, pudiendo hacer inclusive, todo lo que quisiera o le viniera en gana, sin tener más respuesta que el silencio de la esposa, ya que cualquier desacuerdo quedaba resuelto de inmediato con la correa y el látigo como forma de someterla a la obediencia.
En realidad como pájaro adolescente que era, desconocía todas esas cosas, pero en la medida que avancé en mis estudios, fui entendiendo a través de la lectura, que no sólo el sistema y la religión de la antigüedad estaban inmersos en este asunto; sino con más profundidad lo estuvieron algunos tratadistas y pensadores, quienes
Todas estas corrientes consuetudinarias, principios y reglas, no tuvieron un cambio significativo, sino hasta los finales de la década del 1930, específicamente en el 1938 la cual se extendió hasta 1942, cuando el legislador del momento, comenzó a tomar en cuenta algunas reivindicaciones del sexo femenino, las cuales sólo pudieron servir para debilitar un poco el yugo de obediencia al que estaban sometidas.Todas esas injusticias vividas por el sexo débil a lo largo y ancho de la historia lograron permanecer hasta muy cerca de los años cincuenta, época en que llegó a desvanecer, aunque no de forma remota, ya que muchas de las quejas y querellas presentadas por la mujer resultaban de muy poca atención por parte de las autoridades.Esa indolencia y falta de conciencia del sistema judicial, obligó al sexo femenino a buscar su auxilio y refugio en su propia resignación y a conformarse
No sin antes tenerlo por nueve meses en su vientre y alimentarlo con las mismas cosas que pasan por su boca y estómago y aún más tarde, no sólo darle la leche dulce que sale de su pecho, sino limpiar también sus desperdicios, como si se tratara del mejor de los perfumes, sin embargo, jamás podríamos ver y valorar la conducta del niño, como la responsable directa de los daños sociales que causa el hombre “adulto”.Como si se tratara de la herencia de los defectos del ser humano. Hay una frase filosófica, muy conocida por el hombre, que dice: “Que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”. Es aquí donde todo pájaro de conciencia urraca, se detiene para examinar estas dos clases de conductas, que sin la necesidad de ir demasiado lejos, nos traería la respuesta en el camino para establecer de manera clara y precisa, que si bien es cierto de que el individuo her
Yo como ave puedo decirlo porque he visto a patrullas policiales levantar por los fundillos a cualquier joven infeliz y meterlo a la chirona (cárcel) por uno o dos días, sin causa que lo justifique y tener que quedarse callado porque si hablaba, en seguida le pateaban el trasero, porque actúan no de acuerdo a la constitución, sino a través de su propio código que les dice que “la autoridad es la autoridad” como si tuvieran a un Trujillo montado en su cabeza o a un Balaguer con todo y banda colorá, gobiernos que en determinadas épocas convirtieron a la tierra quisqueyana en un campo de batalla.Lo más lejos que tiene el ser humano, es que no sabe que las aves conocen más al hombre que éste a sí mismo. Sabemos de sus vicios y sus negocios de cortina, y de sus grandes fechorías. Inclusive, nosotros los pájaros podríamos señalar con cualquier dedo de las pat
En realidad a las aves les da mucha pena cuando el legislador se muda para un lugar muy distanciado al del terreno eficiente de la práctica del derecho. Las causas del crimen y el delito no están ni se encuentran fuera del delincuente, por eso mi padre, que era un pájaro más abogado que filósofo me dijo en cierto momento que: “El antídoto del crimen y el delito, no está en la ley, sino en la buena preparación moral e intelectual del ser humano”.Siendo así, no vemos la razón entonces, para que un legislador quiera buscar la corrección de un delito con 20 y 30 años de prisión, cuando en verdad podría evitarse, corregirse y regenerarse con una correcta y buena preparación académica y un mejor respaldo y apoyo a los títulos profesionales. El pájaro podría decir sin temor a equivocarse que casi todos los errores de la conducta del ser hu
Esta tesis sostenida por MEZGER, no nace como criterio aislado de la ciencia, pues ha sido confirmado también por otros grandes del derecho, como lo son CAST y EYRICH, quienes juntos a MEZGER, tuvieron mucho que ver con la conformación del Código Penal del REICH, de la república de Alemania.Ningún Estado puede pensar que un conjunto de reglas y leyes, componen la varita mágica para hacer desaparecer la delincuencia, pues primero se requeriría de un estudio bien detenido de su origen y causa, y esto es lo que se quiere dejar en claro, cuando hacemos la exponencia de esta gran figura del derecho Alemán. Con razón se preguntó José Saramago ¿”Qué clase de mundo es éste que puede mandar maquinarias a Marte y no hace nada para detener el asesinato del ser humano”?, por eso he llegado a creer que Aristóteles siempre estuvo sobrado de razón cuando dijo: q
No olviden nunca que por culpa del pecado cometido por el ser humano, fue que el pájaro tuvo que ponerse las plumas. Pero el burro se amarra donde Dios lo ordene y si por culpa del hombre también fuimos pecadores, lo mejor que podemos hacer, en lugar de llevarle la contraria al creador, es esperar con paciencia el surgimiento de la otra vida. Eso sí, al hombre que se prepare, porque ya las aves nos pusimos de acuerdo para que el primer pájaro que resucite le meta el pico a la primera manzana que vea, al menos así estaremos a mano con él.El pájaro no es rencoroso pero la ley sí que lo es, y como hay una que dice “ojo por ojo y diente por diente”, no estaría demás que se aplique en la otra vida para que sea el mismo Dios quien nos ponga la manzana en el pico y así desquitarnos lo que el delincuente de Adán nos hizo. Pero nada, déjenme hablarles “claro y pela
Con esto no es que quiera justificar el robo, el atraco o cualesquiera otros delitos, porque la moral de un pájaro debe de estar siempre por encima de toda necesidad, aun cuando sea la más imperiosa de todas, pero también ha de entenderse, si algo de humano tenemos, que si de lo resistible a lo irresistible sólo hay un salto, también lo hay del orden al desorden y nadie podría pasar un día de hambre, si lograra resolverlo con sólo tender su mano. Por esta razón, en cualquier sociedad del mundo, donde no se valore y se mida con la misma balanza las necesidades del individuo, siempre aparecerá el delito como resultado de la propia injusticia. Son cosas en las que tal vez no pensaría ningún legislador al sentirse con la barriga llena y los bolsillos abultados, pero al menos quedarían como lentes a sus ojos, y puedan llevarlo a un atinado razonamiento, de que no es la gravedad de la pena ni la fab
En nuestra sociedad, pudimos examinar al delincuente y a quienes hacían las leyes, y resultó más fácil y menos costoso quedarnos con el delincuente y reformarlo, que pagarles todo el dinero del mundo a los legisladores por hacer casi nada, ya que se reunían cuando les daba la gana y aprobaban las leyes que ellos querían, pues aunque usted no lo crea quien hace la propia ley también la delinque y muchas veces hasta con más fuerza que el común delincuente, porque siempre vive apoyado en ella.Lo peor del caso, era que la sociedad no podía elegir a un legislador honrado y serio, pues las propias leyes mantenían al pueblo condicionado para que tenga obligatoriamente que sacarlo del atolladero político. Y siendo así, por más que lo quisiera, jamás se encontraría con un legislador honesto. Estas irregularidades, en sus diferentes causas, tanto en la una como en la otra, h