Me encuentro enfrente de mi oficina, con el ceño fruncido y llamando a Emily, porque no ha llegado. Ella siempre está aquí antes que yo y me preocupa, puede estar enferma o le ocurrió algo en el camino. Pero por más que le insisto, no responde.
Decido que iré a su departamento, porque esto no me está gustando. Me quedo esperando que las puertas del ascensor se abran, cuando subo de inmediato y marco el subterráneo, rogando que a mi chica no le pasara nada grave.
Se abren las puertas en el subterráneo, salgo disparado hacia mi auto, pero unos sollozos me frenan. Comienzo a buscar el origen, veo el auto de Emily y me doy cuenta que los lamentos vienen de allí, corro sin pensar en nada más que mi preciosa.
-¡Emily! – dejo salir un grito desde lo profundo de mí -.
Está tirada en el suelo, llorando, con la ropa desaliñada, totalmente despeinada, vulner
Tras unos cuantos meses de noviazgo y amor desenfrenado, los problemas no han faltado. Sin embargo, uno a uno se va resolviendo.Pía no deja de mirar la puerta con nerviosismo, hoy es el esperado enfrentamiento contra Marco, tenemos la libertad de mi hermana en nuestras manos y yo al fin podré desahogar mi ira contra ese desgraciado.Vemos entrar a Alex con una sonrisa de suficiencia, ya quiero escuchar lo que tiene que decir mi nuevo y super cuñado, porque su cara me dice que hizo una travesura, la reconozco de mí mismo cuando hago algo que marca el territorio. Rompo el silencio de inmediato, porque la curiosidad me mata.-Bien, cuñado, ¿nos dirás el motivo de tu sonrisa? – le extiendo un vaso de agua -.-Es solo que le dejé demasiado claro que no seguiré participando de su mentira – bebe sin dejar de mirar a Pía -.-¿Ah sí? – le pregunta ella -.
Estoy con mi hermana en mi oficina, hablamos con Giancarlo, quien trata de convencer a mi hermana para que hable con Alex y este testifique que Marco le pagó para ser su amante.-Giancarlo, hablaré con él, pero no te prometo nada. Está dispuesto a ayudarme, pero para mí fue suficiente con lo que hizo hace unas semanas – le dice Pía a Giancarlo -.-Su testimonio es fundamental – sentencia Giancarlo a través del teléfono -. Sin su confirmación no podemos demostrar que efectivamente Marco le pagó para eso.-Pero tenemos el cheque – insiste por enésima vez Pía -.-Sí, pero bien podría alegar que se lo dio para ayudarlo con sus deudas, como un préstamo – suspira Giancarlo, seguro de frustración ante testarudez de mi hermana -. Pía, debes estar tranquila, el testamento se dio en suelo italiano y él no tiene nada q
Hoy es un día muy especial.Mi chica no lo sabe, pero será una noche inolvidable. Tengo el departamento arreglado, con ayuda de una amiga de Pía hemos decorado para la ocasión, quien resultó ser la novia del hijo de un socio comercial. Ambos son agradables y, en vista de que mis suegros no quisieron venir y Liam, por más que lo intentó, no consiguió viajar, un par de amigos que nos celebren no viene mal.Mi chica está hermosa, con una linda trenza pelirroja en un costado y un vestido azul marino camina por el departamento con libertad, como lo que es, la absoluta dueña de este lugar y mi corazón.Un servicio de catering se hará cargo de la comida, hemos dispuesto la vajilla en la enorme mesa del comedor.Llegan mi hermana con Alex, Emily los saluda con mucho cariño, en especial a Pía con quien han creado un lazo bastante fuerte desde el ataque que sufri&oacut
Estoy en mi oficina esperando por una reunión con proveedores de insumos, pero la verdad es que me provoca estar en mi cama, porque no me siento nada bien. Emily entra para decir que ya me esperan en la sala contigua y hago un enorme esfuerzo para ponerme de pie.Saludo a cada uno, entre ellos está Gabriel Manterola. Pía conversa con él animadamente, ya que ella es quien ha tomado la vicepresidencia.No puedo evitar sonreí al pensar que mi hermana se las dio de escapista, huyendo enojada de Alex porque lo creyó un traidor, luego me lo llevé a Italia para sacarle celos a mi hermana y le dije que la hiciera sufrir un poco, que los demás nos encargaríamos de hacerle dar cuenta de su error. Y resultó.Pero lo mejor de todo, fue el regreso, porque tras casi dos semanas lejos de mi chica, nos encerramos tres días en mi departamento, no salimos para nada porque me aseguré de abastecerme
Estamos en la sala de reuniones al costado de mi oficina Pía, Emily y yo, ordenando algunos documentos, mientras yo disfruto de la conversación de mis mujeres.-Creo que el último mes lo dedicaré a dormir – dice Pía -. Porque serán dos príncipes que me despertarán sin consideraciones.-Yo ya me hice la idea de que al nacer nuestro hijo, además de amamantar, haré mil ejercicios. Voy a terminar como vaca y tu hermano no me detiene al comer.-Pero mi vida, si te digo que no, te molestas conmigo – le digo afligido -.-¿Me prefieres gorda o enojada?-Yo…Pero un ruido en mi oficina nos silencia, la puerta había quedado cerrada y nadie debería entrar. Me pongo de pie, Pía me sigue.-Aprovecho de ir al baño, estos niños presionan mucho la vejiga.Salimos de la sala a la oficina riendo, dejo que Pía
Estamos en un día de fiesta, sin embargo, no está ajena a los conflictos. O lo estaba. Me miro al espejo, con mi traje de novio y sin dejar de pensar en que me casaré con una mujer maravillosa.Sonrío como bobo, pensando en su carácter, en especial porque ni su familia se le escapa.1 semana antes…-Hola hermanita – Liam está en una videoconferencia desde Irlanda -. Ya pongo a mis padres, te toca difícil.-Necesito que me ayudes, si debes intervenir…-Lo haré, pero no creo que lo necesites.Me toma la mano y yo le sonrío, para darle ánimo, mi chica tiene que defender su matrimonio conmigo. Sus padres han rechazado la invitación a la boda y lo han anunciado hace apenas unas horas, una semana antes de la boda, como manera de presionar que no la realicemos. Ahora mi chica se va a enfrentar a ellos.-Luca, ¿c
Salgo de una junta con socios bastante agotadora y me voy directo a oficina, suspiro y solo pido que se termine este día, para ir con mi esposa y cuidarla en los últimos días que quedan para dar a luz a nuestro pequeño Agustín.Llamo a Elia, la asistente que la reemplazará y que la misma Emily eligió para la tarea. Ella entra con su sonrisa cordial, con su libreta entre manos.-Señor Cavalcanti.-Elia, cancele todas las reuniones que me queden hoy, ya no aguanto más.-Ya no queda ninguna, señor.-Perfecto, entonces me voy – me pongo de pie y tomo mi chaqueta -. Desde este momento mi hermana queda a cargo de todo, nos vemos en tres semanas.-Que tenga un buen descanso señor y suerte.-Gracias.Salgo de la oficina con la chaqueta sobre mi hombro, veo que las puertas del ascensor se abren y aparece ella, la luz de mis tormentos. La misma que me envi
-Agustín… ¿dónde estás?Silencio.Sigo buscando a mi pequeño, quién se vuelve un torbellino cuando su madre no está en casa. Hago silencio y escucho su risita, proveniente de su habitación.-Pero ¿cómo? Acabo de revisar allí.Entro y comienzo a buscar, me arrodillo para ver bajo la cama, mas allí tampoco está. Vuelve a reír, entrecierro los ojos y no me creo que esté escondido allí.-Oh… creo que Agustín está… ¡aquí! – digo abriendo el closet, pero como me imaginé, no está allí -. Y no está… que pena, tendré que ir a comer galletas solo.-¡Galletas! – grita, saliendo del cesto de la ropa sucia, con la tapa de sombrero -. Quero galletas, papà carino.-Oh, ahí está mi hijo – voy a hasta é