Capítulo 30

Me encuentro enfrente de mi oficina, con el ceño fruncido y llamando a Emily, porque no ha llegado. Ella siempre está aquí antes que yo y me preocupa, puede estar enferma o le ocurrió algo en el camino. Pero por más que le insisto, no responde.

Decido que iré a su departamento, porque esto no me está gustando. Me quedo esperando que las puertas del ascensor se abran, cuando subo de inmediato y marco el subterráneo, rogando que a mi chica no le pasara nada grave.

Se abren las puertas en el subterráneo, salgo disparado hacia mi auto, pero unos sollozos me frenan. Comienzo a buscar el origen, veo el auto de Emily y me doy cuenta que los lamentos vienen de allí, corro sin pensar en nada más que mi preciosa.

-¡Emily! – dejo salir un grito desde lo profundo de mí -.

Está tirada en el suelo, llorando, con la ropa desaliñada, totalmente despeinada, vulner

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