[Martín]
— En la vida me pasó por la mente que te gustara Jared Bell, no te ves como de esas chicas — y ella se ríe.
—Me gusta y mucho.. incluso es raro que le guste a un hombre— me confiesa y luego se frota los brazos en señal de frío.
—Ten— le digo mientras le pongo el saco sobre los hombros y acomodo su cabello.
—Gracias — comenta y se sonroja.
Me encanta cuando Lola se sonroja, sus ojos brillan y un hoyuelo en su mejilla aparece, algo que se me hace de lo más lindo.
—¿A dónde quiere ir? — me pregunta.
—¿Crees que podríamos caminar un poco? Quiero que me dé un poco el aire.—
Ella se sienta sobre una de las bancas que hay sobre la acera y saca sus tenis. Estaba tan feliz bailando que ni siquiera sintió las za
[Lola]No perdamos más tieeeeeeeeempoCanto alegremente mientras reviso todos los pendientes que tengo para el día de hoy. Se acercan con bodas muy importantes, una en la playa en uno de los hoteles más prestigiosos de Cabo San Lucas y la otra en una casa en La Paz Baja California a la que tengo que ir en este momento.Estoy feliz, y no sólo porque el señor Miau ha regresado conmigo y ambos somos felices, si no porque pronto podré cambiarme a una casa en un fraccionamiento bonito y claro, porque Martín y yo nos besamos.Nunca en mi vida había tenido un momento tan mágico como la noche en el mirador. Las estrellas, el clima, el momento, todo se alieno para que nosotros dos nos besáramos y quedara como uno de los mejores recuerdos que podríamos tener ambos, uno mágico, diferente y sobre todo original.Tomo mi famosa carpeta, de la que tango
[Martín]Dormí poco pero bien y me desperté emocionado, sintiendo algo nuevo en mi, algo que hace mucho no se presentaba en mi vida y es el interés por una mujer, por pensar que puedo iniciar de nuevo en el ámbito del amor y que todo estará bien.Tengo más o menos una década desde la última vez que tuve citas o que invitaba a alguien a salir, no sé si me he quedado un poco "fuera de moda" pero parece ser que las cosas que yo hago le gustan a Lola y eso me hace muy feliz porque quiere decir que ella me acepta tal y como soy y que esto va viento en popa.Veo por la ventana y el sol se va metiendo poco a poco en el horizonte, esta vez cité a Lola en mi pastelería de nuevo para después ambos tener una cena en mi casa, una que prepararé en el momento porque a la hora que la cité no me dará tiempo de preparar todo antes, así, tendremos rato para plati
[Lola]Despertar en un barco es algo que nunca pensé que pasaría, y mucho menos con un deliciosos olor a café y a wafles. Abro los ojos con cuidado y me encuentro dormida en la cama de Martín, tapada con las sábanas y sin zapatos, sólo con mi ropa.Me levanto y lo veo cocinando en la pequeña cocinera del barco y al verme sonríe — buenos días bonita ¿dormiste bien? — me pregunta y yo me estiro.—Nunca había dormido en un barco, creo que el movimiento de las olas arrulla bastante — le comento.—Sí, es relajante, es como dormir en un hamaca ¿waffles? — pregunta.Veo mi reloj y me doy cuenta que son las 11:00 am — ¡Mierda! — comento y me levanto de la cama para comenzar a ponerme los zapatos.—¿Qué pasa? — pregunta él angustiado.—Es que... se supone que las
[Lola]Después de mis dos noches con Martín en su barco, no he podido dejar de pensar en él, y confieso que eso me asusta mucho, ya que significa que he empezado a buscar algo más y no quiero apresurarme a absolutamente a nada. La última vez que comencé a tomar pasos así de rápidos fue con "Meh" y al final todo acabó mal y no quiero volverlo a pasar, sobre todo con una persona como él, que básicamente está empezando su nuevo aire en las relaciones conmigo, la persona con las peores relaciones en el mundo.Así que, antes de poner esto un "poco más serio" he decidido reordenar mi vida, y todo empieza saliéndome de nuevo de casa de mis padres pero ahora con la promesa de que no regresaré, bueno, sólo a vistarlos, pero jamás a vivir con ellos de nuevo. Retomaré mi independencia, le daré al Señor Miau un lu
[Lola]Volvía a empezar. Lo hice en una pequeña casa de un solo piso con una cama que no entraba por la puerta de mi habitación. Sin luz, si gas, con agua y posiblemente con otras fallas que no me he dado cuenta y que sé pronto lo haré.Martín, se comportó como todo un caballero y me ayudó a resolver varias cosas que yo ya daba por hecho además de otros detalles que se me hicieron estupendos, como todo lo que tenía que ver con la regadera ya que goteaba, algo que le pasaba al W.C y en la cocina, arregló un estante para que pudiera poner los pocos platos que tenía sin que estuvieran siempre sobre la barra, y así, poco a poco, comencé a construir mi hogar. Uno que mis padres quisieron ver.― ¡Oh qué bonito! ¡Qué independiente! ― dijeron al entrar a mi comedor, habitación, sala.Mi madre es muy positiva, entonces para
[Martín]―¿Cómo? ― pregunto mientras veo a Lola a los ojos ―Explícame.―― Sí, sí ― contesta Lola muy emocionada ― yo, no debía entrar a ese restaurante contigo.――¿Qué? ― sigue sin poderlo creer.Volteo a ver a todos, parece ser que sólo Lola se entiende sola ya que hasta su madre no tiene ni idea de lo que está hablando ― Nos explicas ― dice ella un poco confundida.―Yo, yo tenía una cita con Martín, pero yo leí que era en el restaurante Puyol, no Martín Puyol. Por lo que entré al restaurante, di tu nombre y...― y se muerde el labio.―¡Claro! ― digo pensando que esto es una de las coincidencias más geniales que me han pasado en la vida ― por eso no coincidía tu foto, pensé que me habías engañado.―Saco mi celular y busco en la conversación co
[Lola]―¿Te equivocaste de Martín? ― me dice Gigi divertido ―¿es en serio?――Sí, me equivoqué, leí mal la nota y llegué al lugar equivocado pero coincidió que había un Martín y es... mi Martín.―Gigi se acerca a mi y me acomoda el cabello ― Awwww, tú Martín... ¡Qué linda! ― se burla.―Cállate ya.. ― digo avergonzada mientras me enfoco en las flores que debo pedirle para la próxima boda.―Y el otro Martín ¿está guapo? ― pregunta Gigi mientras me sigue por la tienda.―No sé, no lo vi, ni siquiera sé en dónde trabaja o qué hace, sólo que se llama Martín Puyol.―Gigi toma su celular de inmediato y teclea el nombre. Su cara de sorpresa en verdad me lo dice todo ― ¡Es él! ― y me muestra la foto.―S&iacu
[Martín]―¿Mudarme contigo? ― escuché la melodiosa voz de Lola.―Sí, sólo mudarnos juntos… intentarlo.―Ella suspira y lo hace de una manera que parece está sacando todo los nervios que invaden su cuerpo, observa la casa fijamente.―Martín… pero…― empieza la frase y yo la tomo de la mano.―Ven, te enseñaré como es por dentro.Lola accede, toma mi mano y ambos entramos a la casa. Llegamos directamente a la pequeña sala, y vemos desde ahí el comedor la pequeña cocina y el ventanal para salir a la terraza.―Aún no está listo atrás ―me justifico ― pero podría poner un techo de ese lado, comprar muebles de jardín para poner la mesa con una hermosa sombrilla de color blanco. Comprar un asador y poder comer afuera los fines de semana ― le comento. Ella me sonr&iac