[Lola]
La alegría nos inundó profundamente cuando nos enteramos de que estábamos embarazados, más no quisimos decirle a nadie.No sabemos si fue la danza de la fertilidad o el té, pero lo que si sabíamos es que pronto seríamos padres y eso de verdad que no me lo esperaba.
—Haciendo cálculos, seremos papás en el verano — le digo a Martín feliz mientras reviso mi agenda en la pastelería.
—¿Ya tienes agendado al babé? ¿Qué pasa si no llega a la cita? — bromea.
—No, sólo me gusta ver cuándo posiblemente llegará, para tener todo listo. Pintaremos la habitación de blanco o un color crema, así cuando sepamos que le gusta la podremos adornar.—
—Me parece perfecto.—
—Y … ¿qué te parece si no compramos una cuna? —
[Martín]«Trillizos, vamos a tener trillizos» es lo único que pasa por mi mente mientras Lola y yo vamos en el carro directo hacia una de nuestras playas favoritas. Ella lleva las manos sobre el vientre y sonríe feliz.—No lo puedo creer, vamos a ser cinco — comenta —Espero que uno al menos sea niña o niño, aunque si todos son niños o niñas, está bien. Imagínate tres niñas.. genial ¿no? —Lola voltea a verme y yo sigo viendo hacia la autopista con un rostro de asombro que no puedo con él. Son tres, tres bebés en camino, tres… ¡tres!…—¡Martín! — me dice Lola y yo volteo a verle —¿todo bien? ——Sí… es que esto es… una alegría mezclarda en… ¿Pánico? —Ella me esboza u
No comunicarles nada a nuestros padres fue una de las torturas más grandes que pudimos pasar durante todo este tiempo, sobre todo cuando Lola comenzó con las primeras señales del embarazo que apenas podía esconder.Las nauseas llegaron muy fuertes un sábado por la mañana cuando haciendo una pan francés la mantequilla provocó que Lola corriera al baño debajo de la escalera y se inclinara sobre el W.C y se parara unos minutos después de haber vuelto el estómago sin poder controlarlo. Tiempo después, la lista de aromas aumentó y los siguientes quedaron vetados de la casa Sabrosa Santiago: aceite (calentado, frito, pasado de días), leche condensada, mermelada, huevo, ese olor raro que nunca supimos de donde venía, todos los aromas de sus perfumes y mi crema de afeitar. Esta última me llevó a traer diez tipos diferentes de crema de afeitar de diversas marcas para
[Lola]Con Tamar tal vez la noticia no se dió de la mejor manera, así que posiblemente con el Clan Sabrosa todo será diferente. Lo que me gusta de la familia de Martín, ahora mi familia, es que no hay sorpresas y cuando una va a esa casa todo siempre es igual. La adre de Martín rodeada de sus hermanas hablando de chismes de la colonia o de recetas de cocina y Jo y Nissi jugando y a veces peleando. Todo siempre igual. Así que plumas en la cabeza, chakras y Chi quedan afuera y le doy la bienvenida a como preparar pie de atún con papas sabritas y champiñones. No cabe duda que mi familia y la de él, son completamente polos opuestos, pero bueno, dicen que éstos se atraen ¿qué no?Entramos a la casa y la familia se encuentra jugando lotería en medio de la sala.—¡Pasen mijos! — Nos invita.— Estamos jugando de a peso.Martín y yo nos sentamos
[Martín]La alegría de saber que tendríamos trillizos se me fue días después cuando en un artículo del Prudetial, salió la leyenda ¿Cuánto cuesta tener un hijo en México? Y por más que lo alejé y que traté de ignorarlo… acabé leyéndolo. No quiero recordar las cifras, así que sólo diré que entre consultas ginecológicas, pañales, ropa, educación y gastos varios… un bebé cuesta un total de 80,000 pesos los primeros ¡cuatro meses!—¡Ahora multiplica eso por tres! ¡Por tres! — Le comento a Lola.—Entonces ¿no se llevarán la carriola triple? — Nos dice la chica de la tienda para bebés mientras Lola ve una que es roja y negra.—¿Me das un momento? — Le pide educada Lola mientras la
[Lola]— Dos niños y una niña… pintemos el cuarto gris blanquito para no dar preferencia a ningún color y ya después le decoramos con más cosas ¿Te parece?—¿Gris?—Sí, gris… pero con toques de blanco.—¿No será mejor dejarlo blanco? — Me sugiere Martín mientras camina conmigo por la tienda de pinturas.— Digo, ya está así, lo podemos decorar con fotos y cuadros…¿te parece?—Blanco con una metro pintado de gris blanquito.—Lola.— Comenta Martí divertido.—Ok, lo decoramos, pero… más adelante se pintará de otro color.—Sale.—Gris blanquito será.De pronto volteamos y vemos a mi padre pasar del brazo de la instruc
[Martín](28 semanas)El momento se acerca para que Lola y yo recibamos a nuestros bebés y debo admitir que me he voy poniendo más nervioso con forme se terminara los meses, sobre todo porque mi dulce mujer no ha querido dejar de trabajar y aún ha aceptado uno que otro evento dentro de la ciudad.El vientre de Lola ha crecido muchísimo, aunque la verdad para cargar trillizos se ve bastante “ligera” y aún no ha llegado al punto de no poderse mover por completo. La ropa que usa ahora, gracias al calor, es 98% puros vestidos, el otro dos por ciento son playeras y dejó los hermosos tacones por sandalias ligeras que le ayudan a caminar. También, empecé a dormir en la sala.Así es, en la hermosa sala que tenemos en la parte de abajo ya que Lola no aguanta el calor de mi cuerpo por las noches por lo que me ha enviado, mientras lle
[Lola]El retiro familiar empezó a las 12:00 pm con un taller de atrapa sueños donde al mostrar el resultado final de una hora y treinta minutos de pasar un hilo por un pequeño aro de madera, todos lo no creativos coincidimos que habíamos atrapado una pesadilla. Sólo mi madre y sorprendentemente la instructora de yoga/ concursante de playeras mojadas que lleva por nombre Vera, fueron las únicas que llegaron a hacer uno decente y digno de colgar en la ventana de alguna habitación o tal vez olvidarlo detrás del librero y sacarlo en una venta de garage.Luego cocinamos todos juntos en la pequeña cocina que separaba todas las habitaciones y con toda la tolerancia del mundo logramos armar un festín de lo más individualista, porque en ligar de que se hiciera para todo el grupo, cada quién cocinó lo que a su pareja le gustaba o podía comer. Así
[Martín]El resto de la tarde después de la catástrofe de la terapia, fue horrible e interrumpió nuestro hermoso plan. Tamar le echaba la culpa al padre de Lola que por su culpa ella estaba enojada, Vera no paraba de decir que dejaran de gritar porque su bebé podía sentir las ondas de cada grito, Jean y yo sólo observábamos desde lejos y Lola básicamente se quedaba callada ante tanto desastre. Sé que si ella pudiera moverse más rápido ya se hubiera ido de ahí, pero el intenso calor y los casi 10 kilos de peso que trae encima no se lo permitieron.—¡Cómo siempre haciendo un escándalo Tamara! No sé quien te dijo que era buena idea el venir a esto.—¡Ja! Esto lo hago por ti, por todos… y aún así no me lo agradeces.—¿Por mi? ¡Lo ha