“UN PRÍNCIPE EN AVIÓN ¿Y EL CABALLO?” Mila tomó un taxi de regreso al aeropuerto internacional de Atenas nuevamente. Tenía la mente embotada, por los sucesos de las últimas horas. Todo espero excepto encontrar a su prometido en la cama con otra. Las lágrimas se negaban en salir, y ella sencillamente estaba en shock.Lo más prudente ahora mismo le parecía irse a refugiar a Mykonos, no quería ver a Héctor ni en pintura, y solo yéndose lejos lo podría evitar.Si regresaba al hospital tendría que verlo, y no había modo que se quedara a llorar en aquel departamento que solo recordaba la imagen de aquella mujer desnuda dando lo mejor de sí, para complacer a su ex prometido. «Y sí que daba lo mejor de sí»Cancelar aquella boda le costaría demasiado dinero, pero mucho peor era casarse con aquel estúpido infiel que solo se le había ocurrido darle como excusa que no la esperaba esa mañana. Entre tantas mentiras que pueden usar los hombres, y que tienen al alcance de la mano… él escogió ser est
“ UN PASEO DE REGRESO"Por supuesto aquella era la primera vez que la señorita Mila abordaba un jet privado y se acercó mirando aquel moderno pájaro de metal con la boca literalmente abierta. Aquel tipo de aeronave exclusiva solo lo había visto en las noticias de algún mandatario, presidente de un país, o en alguna película romántica en la que un magnate encuentra a una chica desposeída y se la lleva a recorrer el Mundo. « Nick podría ser un magnate… pero ella obviamente no era la chica desposeída». Ese papel no le quedaría con su personalidad… ni con su cuerpo.Ella era una cornuda, estúpida que solo se ve si dejado engañar por Héctor sin que sospechara e más mínimo indicio, pensó con amargura.Mila caminó por la pista junto a Neck en silencio hasta que ambos llegaron a la escalerilla del avión.Él la miró de pies a cabezas, y pensó que ella le quedaba perfecta a su estilo de vida. Con aquella mujer a su lado, podría comerse al mundo entero. Mila era toda sofisticación, y además
"NO ME ACOSTARE CONTIGO"Nick entró a casa de su abuelo feliz como una lombriz, se sentía pleno al enterarse que aquel compromiso que le impedía acercarse a Mila se había derrumbado sin siquiera mover un solo dedo para que así fuera.Era una verdadera lástima que los sentimientos de Mila estuviesen involucrados, y que su infelicidad lo hiciera a él realmente feliz.Pero si algo había aprendido durante su vida como empresario era que nunca se podía dejar pasar una oportunidad, así que, de seguro esa noche avanzaría algo en el empeño de obtener la mano de Mila… o su corazón. Todo dependía de cómo se dieran los acontecimientos esa noche.Neck entró a la Villa y Fue en busca de su abuelo, y lo encontró muy tranquilo leyendo la prensa, apaciblemente acomodado en un sofá de mimbre en la terraza. Sus pies descansaban en una mesa baja, y era la clara imagen de la relajación, el ocio, y el sosiego.—¡Vaya! ¿¡Ya de regreso!? —observó Ulises levantando los ojos del periódico y sacándose los le
“EVITANDO UN ESCÁNDALO”Se fueron de aquella base de la colina que daba a la lujosa Villa de los Kronos, Neck pusó el auto en movimiento y se alejaron en busca de un bar un poco más alejado de todo lo que conocían.Su abuelo le había advertido que no quería verlo en la portada de alguna revista de chismes, y tampoco quería que la prensa la primera vez que lo relacionara con Mila Papadakis fuera en una borrachera.Ella sería su esposa, y la quería inmaculada a los ojos del mundo… Así como la veía él. Como su propia diosa prohibida e inalcanzable. Neck podía ser un total patán, pero jamás haría algo contra Mila. ¡Nunca Jamás!Así que alejarse del centro de la ciudadela de Hora, sería lo más inteligente, ya había tenido suerte que no lo encontraran los paparazis con ella la madrugada anterior en que la beso como un loco enamorado en medio de aquel bar, en que por casualidad se la había topado.El joven condujo por aquellas calles atestada de turistas de todas las nacionalidades a esa ho
"MAÑANA SI"Nickolau finalmente encendió el motor de aquel yate, y se comenzaron a alejar lentamente del muelle de la marina. Mila miraba las luces de la ciudad extasiada.No se sentía para nada feliz, pero al menos lograba anestesiar su mente, para pensar en algo más agradable que su propio despecho, algo como la belleza de aquella isla paradisiaca, hermosa como una perla en el medio de las islas Cicladas.Neck se acercó por su espalda después de marcar un curso fijo en el timón del “Belle France”, que les permitiera alejarse lentamente de tierra firme y poder disfrutar de la compañía de la mujer más importante en su vida. En sus manos traía dos vasos de whiskey de malta de veinticinco años, ya sabía que a Mila no le gustaba irse por las ramas y beber tragos suaves, sino que prefería ir directamente por algo que le nublara los sentidos rápidamente y prácticamente la dejara fuera de circulación.Obviamente necesitaría más alcohol que la madrugada anterior, pues descubrir que el hombre
“¡PROPUESTA INDECENTE!”Mila no entendía como aquel hombre, tan dulce, que en ocasiones le recordaba el muchacho tímido que había sido Nick, y en ocasiones le parecía que era la rencarnación del mismísimo príncipe azul; podía ser también el egocéntrico y engreido millonario perseguido por los medios, y considerado el soltero más esquivo y más codiciado de toda Europa.Estuvieron toda la noche allí, y cuando iban por la segunda botella de whiskey, ella vio como Nickolau la miraba disimuladamente, pero aun así no podía ocultar la clara atracción que brillaba en sus ojos mostrando un claro atisbo de lo que sentía por ella.Le dio otro sorbo a su bebida, y la verdad es que ella también se sentía atraída por aquel hombre que había redescubierto aquella noche en aquel bar.Totalmente sobria le faltaba el valor admitir que Nick le había sacudido el mundo, solo con el primer beso que le dio… los otros fueron sencillamente para demostrarle que las sacudidas eran reales.¡Pero ebria!... todo s
"NOCHE DE AMOR EN EL MAR"Nickolau no se podía creer que aquel pecho femenino que tenía en frente desnudo, totalmente exquisito era el de Mila Papadakis, pero si… era ella. Podía agradecerle a la luna, a los dioses, al destino, o quizás al karma aquel golpe de suerte que la vida le estaba brindando.La vida... y sospechaba que su abuelo Ulises Kronos por haberlo hecho llamar en un momento tan oportuno de la vida de ambos.Sin darle tiempo a respirar apenas continuaba besándola, marcando su piel como suya.Era tan deliciosa, arrebatadora, ¡suya!Por primera vez en la vida Mila Papadakis le pertenecía, tan suya como no había sentido a ninguna mujer jamás. Quizás por las profundas ganas de poseerla que había tenido desde el inicio de su vida adulta.Ella clavaba las uñas en la espalda de Nick y lo hacía retorcerse de placer, mientras que gemía aquel lenguaje delicioso del amor.Neck apretó las nalgas de la muchacha, y sus besos fueron descendiendo por el cuello rumbo a la clavícula, has
"AMANECER FELIZ"Mila quedó rendida después de la forma tan pasional que Nickolau Kronos le había hecho el amor. Él la contemplo dormir fuera te gran parte de la madrugada y le aparto del rostro los mechones de pelo que la brisa del mar le desorganizaba.Aquella noche bajo las Estrellas, Neck entendió que uno de sus más grandes sueños se habían hecho realidad.No la dejaría escapar, haría lo que tuviera que hacer por no perder a Mila. El matrimonio por contrato no era la forma más brillante del mundo para comenzar un enlace de ese tipo, pero él tendría que hacerlo fundacional a cómo diera lugar.No se imaginaba en brazos de otra mujer… ya no se imaginaba que Mila no estuviera con él. No por gusto dicen que a lo bueno uno se acostumbra demasiado rápido a lo bueno.Pensó en su abuelo, y en sus pautas. Ahora el viejo Ulises no le parecía ni tan decrépito ni tan descabellado.Cerca de la madrugada Neck cayó rendido, junto al cuerpo de Mila. Estaban aún dentro de la bahía de la isla, y él