¿INOPORTUNO?—No sería capaz de jugar con algo así, Ivette— dijo Neck con seriedad— Se que tú lo amabas con fervor, y también estoy seguro de lo inmaduro que fue, y que lo sigue siendo aún cuando sabe que te puede perder, y…—¡Y no le importa!— interrumpió Ivette con violencia— Antes pensaba que si le daba celos a ese estúpido, alguna vez reaccionaría y se daría cuanta que sentía cosas por mi, pero eso nunca pasó. ¡Nunca pasó! ¿Entiendes eso Neck?—¡Ivette!— trato de decir Mila para calmar a la francesa que había perdido un poco la compostura con el tema que había abierto Neck, que francamente era como abrir la caja de Pandora.—¡Ahora no me vengan a decir que ese inconsciente me ama! ¡Porque no me lo voy a creer…!—Ivette, él te quiere…— insistió Neck e Ivette comenzó a reír como una desquiciada. Neck sospecho que tal vez venir a habla con ella había sido altamente contraproducente. Quizás era mejor dejar las vías como estaba, y lo de ellos era un caso perdido. Ambos se habían hech
LA ENTRADA SORPRESALo menos que Neck, Mila, o Ivette imaginaron es que Vincent fuera tan impulsivo como para aparecerse allí, así, de sorpresa.Ivette ni siquiera noto que no había juntado bien la puerta cuando hizo pasar a sus invitados, pero lo cierto era que ahí estaba Vincent de Auriol, mirando a la mujer que amaba, con una nueva valentía; una que por supuesto había adquirido al escucharla decir que ella también lo amaba.Él la miraba, y sus ojos eran como caricias que viajaban a la muchacha, con esa penetrante mirada es como si pudiera atravesar el espacio que los separaba, y aumentar con anticipación, esas ganas casi destructivas que sentía de apretarla contra su pecho sabiéndola por fin suya. La observaba con tanta intensidad, que es como si la tocara cuatro, cinco… cien veces sin acercarse a ella.—¿Qué haces aquí Vincent?— preguntó Ivet retrocediendo dos pasos.—Estoy haciendo lo que debí hacer hecho desde que era un niño— espetó él cruzando de dos zancadas el espacio que l
LA MOTIVACIÓN DE ULISES KRONOSTan pronto salieron, Neck supo que dentro de la casa de Ivette se desataría el pandemónium, pero ya era hora que Vincent madurara, y si las cosas entre él y la mujer que amaba no podían fluir, era mucho mejor que no forzaran las cosas y permitiera que la muchacha fuera feliz con el hombre que había escogido para continuar con su vida.Era lo mínimo que Vincent podía hacer. Hablarían, si era posible un entendimiento entre ellos, todo estaría bien, de no ser así, con ese encuentro acabaría todo y cada cual seguiría su camino intentando superar al otro.Esa pequeña jugada, el papel que había desempeñado en unirlos, se le había salido de las manos, pero esperaba que la intromisión de Ulises Kronos y su modo arriesgado de hacer las cosas no terminara dañando su idea inicial, y su propósito, que no era más que cambiarle la vida a Vincent.Mila cayó rendida desde que llegaron a casa, y él fue quien se encargó de sacarle las botas despacio y deshacerse del
NO MIRÁNDOTE A LOS OJOSMientras tanto en el otro lado de la ciudad, Ivette se mantenía sin aliento y con el corazón caminándole por una cuerda floja que se tensaba a cada segundo.Se habían quedado solos, incluso Vincent la había besado otra vez, después que la familia Kronos se marchara pero ella aún no podía hablar, ni decir lo que estaba sintiendo ante aquel extraño encuentro que por supuesto no había pensado que a esas alturas ocurriría. Tampoco fue capaz de retroceder ante esa boca, que la llevaba a sentirse en una nube de algodón, como si fuera un sueño.Hacia años atrás, incluso unos pocos meses atrás por no ir tan lejos en el tiempo, hubiera dado lo que fuera porque él, su primer amor, se presentará así, a la mitad de la noche, y entre besos robados le confesará que siempre la había amado… Mil veces fantaseó con esa visita sorpresa, y la había idealizado despierta mil veces más. Lo casi cómico es que eso no había ocurrido, y ella se había terminado por resignar a
Vincent la llevó despacito por la habiatacion, hasta que los pies de Ivette chocaron con la parte posterior de la cama.Se habían dicho todo lo que pensaban, se habían reprochado y gritado los errores a la cara, pero eso no había bastado para separarlos… como si fuera suficiente… como si existiera algo lo suficientemente fuerte como para lograr separar a quien se ama.Ella con manos torpes, como si de una Virgen se tratara luchó por liberarlo de la camisa, y uno por uno los botones fueron cediendo bajo las manos ansiosas. Ella no podía creerse que por fin estuviera en los brazos del hombre al cual había amado primero, y luego lo había deseado desde que era una jovencita… así que si.., tenía tanto deseo acumulado porque él, al punto de sentir una especie de ira con el destino, por ponerlo frente a ella al fin, cuando menos lo necesitaba, pero cuando más lo quería. Los nervios de la inminente boda estaban haciéndola dudar, pues aunque deseaba tapar el Sol con un dedo, el amor que sentí
EN VEINTE AÑOSDespués de la noche que compartieron en aquel cuarto con decoración casi virginal de Ivette, Vincent estaba convencido de que esa había sido la primera noche del resto de su vida de su vida.Él fue el primero en despertar, y pasó buen rato antes que decidiera moverse. Estaba allí, absolutamente extasiado observando cómo ella descansaba, desnuda en sus brazos. La densa y lustrosa cabellera negra azabache, era como un manto negro que cubría parte de los hombros y la espalda. Ella le pareció una completa obra de arte, tanto así que prefirió no despertarla, y solo observarla perdido en ella.Ahora entendía lo que siempre había considerado una pendejada, hasta esa noche no había sentido que alguien se compenetrara a tanto con él, como para sentirse parte del mismo ser. Hasta esa noche no podía decir que había hecho el amor, cuando había sido en los brazos de su mejor amiga de toda la vida que había descubierto lo que era sentirse amado, de verdad.Muchas habían amado su
NO BUSQUES LO QUE NO ESTAS SEGURA DE QUERER ENCONTRAR Neck había salido, y Mila estaba cansada de estar en casa. Los malestares y molestias matutinas también hoy le habían impedido salir al hospital, así que solo estaba allí sin mucho que hacer.El moderno equipamiento que haría de la nuevo ala de neurología del hospital, el más moderno del país ya estaba en la isla. Ella tendría que estar supervisando todo, y no estancada en casa como una planta.Desde su regreso de Francia había sido dificil trabajar, actuar con normalidad, incluso comer. Se sentía enferma todo el tiempo, y odiaba sentirse así. Cuando creyó que las nauseas y mareos desaparecerían con el fin del primer trimestre, no hacía más que acrecentarse el problema.Neck trataba de consentirla todo el tiempo, pero había ocasiones como hoy, cuando él tenía que salir y ella se quedaba en aquella enorme villa, sola, pues a esa hora Ulises que también había perdido a su compañero de farra durante su estancia en Paris, todos los
MINUTOS DE ANGUSTIASintiendo que todo el cuerpo le temblaba como una hoja trato de regresar todas aquellas fotos al sobre, pero se detuvo lanzando todo lejos. Las manos no le respondían del todo, así que solo consiguió frustrarse espantada. La ira que sentía era mayor que el deseo de mantener las apariencias y hacer que ese matrimonio durara por más tiempo.Sin preocuparse en absoluto en que Neck se enterara que ella había encontrado su pequeño secreto, salió del despacho con una mezcla de sentimientos tan horrible alojados en el pecho, que respirar con normalidad le estaba costando.Era como si estar en aquella villa le estuviera cortando la respiración y el paso del aire a sus pulmones.Era absolutamente asombroso como una persona puede pasar del amor al odio a una velocidad casi supersónica.Es que por más que pensaba las posibles causas de lo que había guiado a Nickolau Kronos a perseguirla y espiarla de ese modo… pues no se le ocurría nada en absoluto. «Era cosa d Euán enfermo