En el camino Liam me pregunta acerca de Brody y Regina, si acaso he hecho nuevas comidas que todavía no ha probado y me cuenta algunos detalles sobre sus cantantes favoritos que lanzaron nuevos álbumes con canciones que no puede parar de escuchar.
Cuando llegamos al muelle donde está la torre que conmemora los doscientos años de la fundación de la ciudad, hay turistas tomándose fotos, niños corriendo alrededor y parejas disfrutando de su tiempo juntos. Un atardecer de sábado agitado.
—Solía venir por este lado de la ciudad con Brody —le cuento al principito mientras entrelazo nuestras manos y caminamos por el muelle—. A veces él insistía en que fuéramos a la isla de pesca, otras, rentaba un bote y juntos navegábamos por ahí.
—También venía muy seguido cuando regresé de Aspen. Pensaba mucho acerca de lo que iba a hacer, c&
Camino con Irina por los pasillos de la escuela. Ella come una naranja y yo reviso algunos mensajes que me dejó el principito.—Todavía me cuesta creer que seas romántico y dulce —Irina ríe, pero maldice cuando una gota de zumo de naranja resbala por sus dedos —. Al fin saliste con tu chico y lo dejaste tan enamorado que tal vez sus padres pensaron que se fumó algo para quedar así.—Es fácil ser dulce con alguien como Liam. Fue más de lo que esperaba lograr. Él debió haber tenido citas mejores, pero por alguna razón esta lo dejó así.—Mono, ese chico seguramente andaba tras de ti mucho más antes de que tú te fijaras en él. Está viviendo el sueño que todos los que alguna vez hemos tenido un crush querríamos vivir. —Irina sacude sus manos cuando acaba la fruta que estaba comien
Pensando en cómo evitar que ella vaya a esa fiesta, tomo la mano del principito y caminamos hasta el estacionamiento.—No te gustan las fiestas y yo no quiero ir solo. —El principito me corta el paso mientras Irina va adelante—. Tendrás que decirle esos detalles.—Lo sé.En todo el rato que estuvimos con ella no le hemos dicho nada de si iríamos a esa fiesta o no. Ella ignoró todo eso. Está bastante emocionada con el asunto, incluso le pidió a Liam poder conservar la tarjeta, cuestión que el principito aceptó sin problemas.Luego de despedirnos de Irina, tomamos el camino hacia mi casa.Me preocupa el asunto de la fiesta. Si ella asistiera y alguien hiciera algo para molestarla, no habría nada que hacer para evitar que termine asesinando a las personas que la molestaron. Más allá de verse y actuar como una chica normal, Irina tiene una tenden
El principito aparece en mi habitación lanzando su abrigo en el escritorio y sus botas a algún rincón. De su hombro cae un bolso blanco que termina en mi cama. No sé si sentirme invadido por la confianza que tiene al considerar mi cuarto como el suyo o feliz de saber que se siente así de cómodo en mi casa.—Tomo nota. Eres un desastre convenciendo a alguien de algo.—Lo intenté. De todos modos, ella nunca iba a escucharme, no está en su naturaleza hacerles caso a los monos. —Me encojo de hombros, acercándome a él—. Hola —susurro contra su boca—. ¿Sabías que haces un lindo puchero cuando te frustras?Liam se relaja, estirando sus brazos hasta que dejarlos caer sobre mis hombros.Nos besamos por otro rato hasta que el principito me suelta porque si no nos apresuramos no vamos a llegar ni al final de la fiesta.Regreso a buscar mi ro
Cuando el principito habla de sus errores lo hace sin darle mayor peso que el que podrían tener ahora que están resueltos. En cambio, si se trata de sus inseguridades, que pocas veces salen a la luz porque no son tantas, se ve como otra persona. Alguien escondido en un caparazón que espía para ver si es seguro sacar la cabeza.—Liam, si hay algo que te gusta y te hace feliz, eres libre de disfrutarlo —. Vuelvo a tomar sus manos y acaricio con el pulgar sus nudillos mientras trato de acomodar las palabras en mi cabeza—. Jamás debes preguntar si me parece bien que uses algo. Espero no haberte dado señales equivocadas acerca de eso. Si en algún momento dije algo para que ahora dudases acerca de la libertad que tienes conmigo…—Una vez salí con un chico que dijo que lo que llevaba puesto parecía vomitada de unicornio; hasta sus amigos comenzaron a hacer chistes sobre eso. Obviamen
Mi brazo envuelve la cintura del principito para compartir algo de calor porque el frío de la noche comienza a sentirse en el cuerpo como dagas heladas. Ha de sentirse más en él porque apenas usa una chaqueta encima de su blusa corta de color blanco.Giro el cuello por todos lados porque no veo a Irina. Le di la opción de pasar por ella, pero insistió en que no sería el mal tercio y que estaba mejor yendo por su cuenta.Ella viene corriendo desde un lado del muelle. Por lo que veo se esforzó en su disfraz: usa botas de cuero hasta el muslo, pantalones cortos de mezclilla negra con pequeñas cadenas que tintinean y funcionan como un cinturón, y una camiseta de mangas cortas con un panda sonriendo. Como no podía faltar en ninguno de los tres, más por coincidencia que por obra nuestra, tiene una chaqueta de cuero negra que complementa muy bien el atuendo.—¡Te disfrazaste de Ali
Luchando contra mi irremediable no gusto por bailar, llevo al príncipe hasta la pista improvisada donde la mayoría están bailando ahora. Buscando entre la multitud me doy cuenta de que es difícil encontrar un lugar cómodo para moverse, pero pronto Liam toma el control y nos conduce a un sitio despejado de personas.—Creí que no te sentaba muy bien el ambiente de una fiesta —susurra cerca de mi oreja—. No tienes que forzarte a esto. Estaba muy a gusto arrinconado contigo.—Yo también, pero al menos por un rato quiero intentar bailar contigo—. Estiro la sonrisa cuando volteo para verlo—. Me ayudarás si comienzo a sentirme mal, ¿verdad?El principito asiente, estirando su sonrisa lentamente.A Liam le resulta fácil dejarse envolver por la música. Se divierte siguiendo el ritmo tan marcado de lo que suena y la forma en que sus caderas se contonean
Los dos caminamos por el muelle mientras ella habla con un tal Michael para que repare los daños ocasionados.—Gracias por buscarme. La verdad es que me las arreglé sola, pero es bueno saber que un mono cuida mi espalda —dice ella, volteando a verme con una sonrisa. Sin decir nada, la abrazo. No sé muy bien para qué es esa acción, pero me alegra que por lo menos no se haya rehusado. —Mason, estoy bien —insiste, intentando separarnos—. No es la primera vez que tengo que defenderme del ataque de unos hombres locos.—¿Por qué te fuiste con ellos? —La tomo por los hombros —¡Debes cuidar mejor de ti misma!—Sabía en lo que me estaba metiendo. Es un ataque de manual. Por eso fingí emborracharme con un solo vaso de vodka y luego derramé los demás que me dieron como una borracha descontrolada.—Prefiero frustrar los planes
Cómodamente vestido y recordándole una vez más al principito que use algo que le cubra el cuello, salgo de la habitación. Haciendo mi camino hacia la cocina, me encuentro con Aria.—¡Mason! Tanto tiempo sin verte —me saluda, estrujándome lo más que puede—. Me alegra que estés por aquí. Por favor, ayuda a mi esposo con el desayuno. Ya sabes que él y mi Liam son un caso perdido cocinando.Ni siquiera me da tiempo a negarme o aceptar porque sale corriendo hacia el jardín.Cuento los pasos hasta la cocina donde veo al señor Hundson leyendo un pequeño libro; después mira hacia un tazón lleno de harina… No, eso no es harina, es en extremo blanca para serlo.—Buenos días, señor Hundson.—Hola compañero, ¿te divertiste ayer?Connor deposita el libro lejos de los ingredientes para un