Capítulo 33

Salgo de mi casa pateando la puerta y lanzando mi bolso por las pequeñas escaleras. Las seis de la mañana, un sábado, otra vez.

Irina espera por mí en una motocicleta.

—¡Seis de la mañana! ¡dos sábados seguidos!

—¡Sube de una puta vez, princesa!                                                              

Agarro el casco color lavanda en la parte trasera de la motocicleta, luego observo a la reina del fastidio.

—¿Qué? —Con una repentina sonrisita fingida, palmea el casco que debo usar—. ¿Muy macho para ti?

—Es muy temprano para soportarte.

Sin más energía para protestar, subo a la parte trasera de su Harley y como no tengo de d

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