Pasó un tiempo desde que llegamos a Aspen y cada día ha sido tan agitado como el anterior. Liam todavía sufre por las pesadillas, hasta tiene insomnio, lo que también ha destrozado su carácter. Se ha vuelto difícil de tratar, sobre todo cuando discute con sus abuelos y parece querer arrojar cosas por una ventana.
Darlene y Emerson le han llenado la agenda de tareas, estudio e incluso horas extra de clases de música —esta última parte la odia con su alma— para de alguna manera canalizar todo ese revoltijo de emociones que constantemente están brotando a la superficie.
Yo tengo toda la intención de soportarlo tanto como sea posible, pero es agotador. No voy a decir que no hay días en los que quisiera tomar mi maleta y volver a mi casa, pero lo resuelvo buscando tiempo para mí o dejo que los dueños de casa lidien con su nieto. Esos son los momentos en los que salgo al ja
Leonore no parece darse cuenta de la actitud distante de mi novio. Ella lo saluda con un beso en la mejilla. Cuando gira su cabeza a un lado repara en mi presencia.—¿Y tú eres?La sonrisa del principito al ver la confusión en el rostro de la amiga de su abuela de repente parece la del gato de Alicia en el país de las maravillas.—Él es Mason, mi novio.Leonore se queda un momento mirándonos, después pestañea y sigue observándonos sin reacción aparente. El principito contiene la risa tanto como puede, pero no lo logra. Es demasiado evidente que quiere carcajearse por los ruidos que hace. Le doy un pellizco por tratar de romper la psiquis de una pobre ancianita.—Es un gusto conocerla, señora Towsend —digo, aunque sea para suavizar las cosas.—Sí… Eres un lindo chico—. Leonore apenas reacomoda sus palabras.
Todos elevan la voz para protestar por la actitud de Liam, sobre todo Leonore que es la más afectada.—¡No voy a tolerar que le levantes la voz así a una mujer! —Darlene sacude el brazo de Liam mientras él intenta liberarse —¡Estoy cansada de tus berrinches y protestas por todo!—¡Eso no es una mujer, es un maldito monstruo! —Liam se libera de manera frenética del agarre de su abuela. Señala a Leonore—. ¡¿Tienes idea de las cosas que decía sobre mí?! Todos los días tenía que escuchar: el nieto de Darlene es un desvergonzado. El nieto de Darlene es un perverso. Ella era la que esparcía los rumores sobre mí. ¡Recibí el rechazo de todo un vecindario gracias a ella! —Liam casi pierde su voz entre la agonía del llanto contenido y la ira—. Y tú la invitas a esta casa, ni siquiera me permites aus
Pido más comida al ángel de esta casa. Agnes me sirve otra buena cantidad y continuamos hablando del torbellino que todos conocen y a veces temen.—Una vez se enojó con nosotros por un mes. Imagínalo, un mes sin hablarnos, y cuando digo hablarnos es a todos en esta casa. Solo bajaba de su cuarto o salía de su escondite cuando tenía hambre, pero no comía lo que preparaba para todos, hacía su propia comida, lavaba su ropa y vivía como si fuera un huésped en un hotel. Arruinó toda su ropa, los sartenes acabaron en la basura y no podía encontrar por ningún lado las cosas de limpieza.Intento no reír al imaginarlo corriendo lejos cuando una gota de aceite saltó a su mano si alguna vez quiso freír algo.—Es bueno, no creas que porque a veces se pone difícil no vale la pena aguantarlo. Ahora es más complicado lidiar con sus abuelos.
Darlene termina la sentencia de su nieto y dirige su mirada hacia mí.—Mason, seguirás durmiendo a su lado, pero durante el día cada uno se mantendrá ocupado en sus asuntos. En sus tiempos libres podrán conversar y pasar el tiempo, pero Liam necesita mayormente tiempo a solas para poder pensar en lo que hizo.Mi novio sigue esperando por órdenes, ni siquiera dirige una mirada hacia mí.—Entiendo, señora Hundson, y lo haremos.Liam y yo salimos del cuarto de trabajo de Leonore. Él camina alejándose cada vez más de mí mientras que yo no sé siquiera si debo preguntar por qué se dejó regañar así. En nuestro cuarto, el principito se sienta en el alfeizar de la ventana y mira caer la nieve, sin expresión alguna.—¿Qué pasó? —le pregunto, sentándome frente a él—. Empe
Emerson baja de la pequeña escalera que está en una esquina de la biblioteca de dos pisos internos. Al verme esperándolo frunce el ceño y mira hacia el reloj de péndulo, lo más antiguo y extraño de este espacio.—¿No deberías estar de camino a la ciudad?—Liam le tiene terror a la idea de volver a subir a un auto —le digo.—Ya le decía yo a Darlene que debíamos haber tomado la opción de terapia en casa.El abuelo de Liam y yo vamos a buscar a Darlene, pero ella nos encuentra en el camino. Había ido a buscar unos libros que debía guardar. Su esposo le comenta lo que sucede y me sorprende que en vez de discutir sobre su error al no considerar otros síntomas posibles en Liam, busquen formas de resolver el problema. Como los padres del principito, este matrimonio sin dudas demuestra por qué pudo durar tantos años.
Emerson me explica que esta casa es la más antigua de toda la zona. Cuando la compraron no quisieron quitarle el estilo victoriano ni la decoración restaurada. La casa mantiene sus raíces y existe todavía un salón de baile que es famoso en todo el vecindario porque allí se celebran las fiestas de navidad, año nuevo y algún que otro evento importante para los Hundson. Como hoy es sábado, no tengo que estar corriendo para cumplir horarios así que el abuelo de Liam me comenta que es una buena oportunidad para que aprenda algunas cosas que tal vez me sirvan en el futuro. —Sabes que en unos días tendremos la fiesta navideña, evento que le encanta a mi esposo—. Emerson abre las puertas antiguas y lustrosas del salón de baile—. Podría decirse que nos convertimos en nobles por una noche.—¿Con todo y corona? —bromeo, admira
Al entrar en la habitación de Liam lo encuentro colocándose las botas. Hace algunos días intenté explicarle que el baile con Ansel no fue nada más que práctica y que fue su abuelo quien lo sugirió. Como tampoco me pareció gran cosa, acepté. Lo mal que hice fue decirle que Ansel se comportó muy bien conmigo al no aprovecharse de la situación. Se me pasó por alto que por decir algo bueno de él, mi novio estallaría de rabia. No lo culpo, no ha de ser fácil lidiar con el constante murmullo sobre el buen chico que es ese sujeto y yo fui un estúpido al soltar mi opinión también.—Liam…—Por favor, quiero hablar con mi terapeuta sobre otras cosas, no de cómo sigo enojado contigo por bailar con ese tipo.—¿Y crees que enojarte tanto por algo que no tuvo importancia es algo para obviar? Estoy cansado de todo
Ansel tiene más de un problema. Hasta donde me contó tiene novia, pero eso es superfluo. Una abuela que le encanta encender fuego por donde pasa es lo que lo tiene más preocupado ahora que sabe lo que eso puede provocar, pero aun así no lo perjudica y ahí es donde entro en duda sobre si es bueno o no este chico.Sí parece que lo es, no lo demuestra más allá de ser neutral en lo que respecta a lo que dicen de Liam y la posición en la que los pusieron.—No pareces un mal chico —admito—, pero todavía no entiendo bien por qué de repente te interesa lo que le pasa o dicen de mi novio.Ansel vuelve a alcanzar el arco de su instrumento cinco veces más grande que el de mi novio.—Rechazaron y rechazan a Liam por lo que hizo no por lo que es. A mí en cambio me van a rechazar por lo que soy. Mi abuela se encargó de que todo el mundo pensara que