Emerson baja de la pequeña escalera que está en una esquina de la biblioteca de dos pisos internos. Al verme esperándolo frunce el ceño y mira hacia el reloj de péndulo, lo más antiguo y extraño de este espacio.
—¿No deberías estar de camino a la ciudad?
—Liam le tiene terror a la idea de volver a subir a un auto —le digo.
—Ya le decía yo a Darlene que debíamos haber tomado la opción de terapia en casa.
El abuelo de Liam y yo vamos a buscar a Darlene, pero ella nos encuentra en el camino. Había ido a buscar unos libros que debía guardar. Su esposo le comenta lo que sucede y me sorprende que en vez de discutir sobre su error al no considerar otros síntomas posibles en Liam, busquen formas de resolver el problema. Como los padres del principito, este matrimonio sin dudas demuestra por qué pudo durar tantos años.
Emerson me explica que esta casa es la más antigua de toda la zona. Cuando la compraron no quisieron quitarle el estilo victoriano ni la decoración restaurada. La casa mantiene sus raíces y existe todavía un salón de baile que es famoso en todo el vecindario porque allí se celebran las fiestas de navidad, año nuevo y algún que otro evento importante para los Hundson. Como hoy es sábado, no tengo que estar corriendo para cumplir horarios así que el abuelo de Liam me comenta que es una buena oportunidad para que aprenda algunas cosas que tal vez me sirvan en el futuro. —Sabes que en unos días tendremos la fiesta navideña, evento que le encanta a mi esposo—. Emerson abre las puertas antiguas y lustrosas del salón de baile—. Podría decirse que nos convertimos en nobles por una noche.—¿Con todo y corona? —bromeo, admira
Al entrar en la habitación de Liam lo encuentro colocándose las botas. Hace algunos días intenté explicarle que el baile con Ansel no fue nada más que práctica y que fue su abuelo quien lo sugirió. Como tampoco me pareció gran cosa, acepté. Lo mal que hice fue decirle que Ansel se comportó muy bien conmigo al no aprovecharse de la situación. Se me pasó por alto que por decir algo bueno de él, mi novio estallaría de rabia. No lo culpo, no ha de ser fácil lidiar con el constante murmullo sobre el buen chico que es ese sujeto y yo fui un estúpido al soltar mi opinión también.—Liam…—Por favor, quiero hablar con mi terapeuta sobre otras cosas, no de cómo sigo enojado contigo por bailar con ese tipo.—¿Y crees que enojarte tanto por algo que no tuvo importancia es algo para obviar? Estoy cansado de todo
Ansel tiene más de un problema. Hasta donde me contó tiene novia, pero eso es superfluo. Una abuela que le encanta encender fuego por donde pasa es lo que lo tiene más preocupado ahora que sabe lo que eso puede provocar, pero aun así no lo perjudica y ahí es donde entro en duda sobre si es bueno o no este chico.Sí parece que lo es, no lo demuestra más allá de ser neutral en lo que respecta a lo que dicen de Liam y la posición en la que los pusieron.—No pareces un mal chico —admito—, pero todavía no entiendo bien por qué de repente te interesa lo que le pasa o dicen de mi novio.Ansel vuelve a alcanzar el arco de su instrumento cinco veces más grande que el de mi novio.—Rechazaron y rechazan a Liam por lo que hizo no por lo que es. A mí en cambio me van a rechazar por lo que soy. Mi abuela se encargó de que todo el mundo pensara que
—Mason, ¿estás libre esta tarde? —Emerson me alcanza al final de la escalera. Liam se fue hace rato acompañado por Darlene—. Mi esposa y yo tomaremos té en la casa de los Towsend. Íbamos a ir solos, pero de repente Leonore nos dije que Ansel quería que vinieras con nosotros… ¿Desde cuándo son cercanos ustedes dos? —Bailamos juntos, por ejemplo. Emerson ríe. —¿Por eso mi nieto parece no saber que existes en esta casa? Puedes no ir si consideras que se pondrá peor la situación entre ustedes. Ansel no le hizo nada, no es lo que defienda, es la verdad. No hay nada que hacer en la casa y no me voy a poner a leer toda la biblioteca de los Hundson solo porque piense que prefiriendo a Ansel. Liam es tan libre como yo de pasar tiempo con quien quiera, pero si Ansel realmente hubiera lastimado a mi novio quizás pensaba dos veces en hacerle caso. Le digo al abuelo de mi novio que iré a prepararme para salir con ellos. Necesito un cambio de aire y
Ansel le relata a Liam todo lo que me dijo en el cuarto de Darlene la vez que hablamos sobre lo que le pasó a Liam en ese verano en Aspen. Yo me quedé apoyado en uno de los pilares del dosel de la cama que ocupaban Theo y el principito; ambos sentados con las piernas cruzadas y las miradas atentas a todo lo que el supuesto enemigo decía. —Y soy asexual arromántico —agrega—. Nunca me interesó ni me interesaría tu novio, pero es buen chico. En el momento en que todo estuvo dicho Theo mira directamente a su amigo. Por la forma penosa en la que ambos se miran me doy cuenta de que algo drástico pensaban hacer cuando nos vieron a Ansel y a mí. También se revela solo quien estuvo dándole cuerda a mi novio para seguir disgustado conmigo. Es lo normal. El amigo siempre estará del lado que correcto. —¿Podrían dejarnos a solas un momento? —habla el principito y yo tengo que contener la sonrisa. Parece un niño a punto de enfrentar a sus padres luego de haber sido castiga
Ya hizo se molestó conmigo al menos un par de veces, más que estudiada, la tengo tatuada en mi memoria a la expresión de enojo que ahora está haciendo. —No me digas —murmura él—. Está bien, admito que en ese entonces no me importó con quien fuera. Quería salir con alguien, pero me sentí peor cuando volví a casa de la monarquía y tuve que comer para aliviar mi tristeza. —Bueno, ahora no tienes de qué preocuparte. —El amigo de Liam casi sonríe—. No debí decirte nada. Liam vuelve a sonreír, abrazándome por un costado mientras deja caer su cabeza en mi hombro. —Nah, Michael puede rogarme todo lo que quiera y prometerme hasta un océano, pero jamás logrará que vuelva a salir con él cuando conseguí a alguien mil veces mejor, y ya te dije que fue un descubrimiento asombroso que solo yo pude hacer. Theo parece que recibió una puñalada, aunque es difícil reconocerlo porque su expresión no cambia, solo sus ojos revelan lo que siente y eso hace que de rep
—Dime, ¿cómo es que acabaste en la puerta de la casa? ¿Es que Theo te dijo que había una posibilidad de que Ansel y yo estemos aquí? Liam termina encima de mi regazo. Juega con mi cabello de repente y yo cierro los ojos porque adoro que haga eso. Cuando escucho su leve risita, entorno la mirada. —No me distraigas, habla. —Le pregunté al abuelo si podía llevar a Theo a la casa y él me dijo que sí, que en realidad no había nadie porque tú y ellos estaban en casa de los Wadlow. Enfurecido volví aquí y esperé por ti. Fue pura casualidad que no tardaras mucho en regresar. El principito ríe un poco más, acomodándose mejor sobre mis piernas. —Tú y tus dramas —murmuro, atrapando su cintura y acercándolo hasta que sus labios rozan los míos. —Mmm, estamos solos, hay un poco de ambiente alrededor —susurra, dejando pequeños besos en mi cuello—. ¿Ahora sí está bien para ti? Cierro los ojos y me dejo envolver por su delicioso perfume y
—Me encanta como te queda esa chaqueta. —Liam me mira como si fuera una obra de arte—. Los detalles en dorado, el color verde pino que resalta tus ojos te hace ver tan guapo. Vuelvo a mirarme al espejo y realmente no veo por qué tanto alboroto alrededor de la chaqueta que apenas vio en la tienda, se lanzó a ella y dijo que yo usaría eso en la fiesta. No tuve oportunidad de decir una sola palabra porque mi novio ya estaba buscando mi talla y arrastrándome hasta el probador. Es imposible decirle que no. Si antes no lo podía creer después de salir de esa tienda quedé convencido. —No exageres, lo único que tengo encima que es interesante es esta chaqueta, lo demás sigue siendo una simple camisa blanca y pantalones negros que usaría cualquiera. Mi novio niega con la cabeza, aproximándose a mí y cerrando el primer botón de la camisa. —¿Por qué crees que elegí solo una cosa que destacara? Sé que no te gusta llamar mucho la atención. Sonrío de lado, a