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Todos los capítulos de Rompiendo principios: Capítulo 71 - Capítulo 78
78 chapters
Capítulo LXXI: Resolviendo desacuerdos
-Ya lo creo. El señor está en buena condición - Javier ensartó el tenedor en un trozo de verdura que le pertenecía a él - parece incluso más sano que yo. Los años le han hecho un bien en lugar de un mal. Su padre asintió - gracias a los cuidados de mi esposa me he mantenido en forma - mientras Teo masticaba con amargura. Se distrajo en el árbol a lo lejos, que alzaba las ramas vacías sobre el techo de su habitación. Comió, como si estuviera solo - el joven Teodoro también está en muy buenas condiciones - escuchó a su lado; pero hizo lo posible por ignorarlo - veo que la cicatriz de la frente se borró por completo. Me alegra que no te haya quedado marca. Teo masticó lentamente, después de
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Capítulo LXXII: Verdadera cara
El sonido se detuvo en la esquina. Luego se volvieron más débiles. Los pasos no eran ligeros como los de su madre, ni pesados como los de su padre. Ethan y Teo se miraron, hasta que la sombra se reflejó en la puerta. Teo se giró, esperando los toques; sin embargo, lo que llegó de afuera fue una voz - Teo… Teodoro - una ceja le crispó. Realmente no deseaba salir. -Será un problema si entra - el susurro fue cerca de su oído; de tal manera que el aliento tibio le rozó la mejilla - ¿por qué no vas a ver qué necesita?. Asintiendo, se levantó. La silla rozó el suelo produciendo un rechinido que retumbó en toda la habitación. Ethan también se paró - no te muevas, me desocuparé pronto - las intenciones de Ethan eran esconderse; pero despu&
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Capítulo LXXIII: Ten una buena noche
La señora dudó - Bien - Bajó la mano - entonces, ten una buena noche. -hasta mañana, madre - se despidió. No cerró la puerta hasta que estuvo seguro que ya se había ido. La figura del fondo se despegó del librero cuando el sonido desapareció. Pasando de un bulto sin forma, a obtener brazos y piernas. Mientras se encontraban de nuevo en la mesa, Ethan se sentó exhalando - la puerta es muy insegura. Cualquiera puede simplemente entrar. Teo se aclaró la garganta - se supone que nadie más, a parte de mis padres, pueden venir aquí, pero últimamente he tenido muchas visitas. Además… - Agregó - ustedes son los únicos que saben que no tiene cerrojo. De pronto, Ethan subió la mano. Por instinto, Teo, quiso alejarse; pero cuando tocó sus cabellos se quedó quieto -¿no te preocupa que alguien con malas intenciones pueda entrar?. Pensó mientras los dedos le movían los mechones, produciéndole cosquillas. La única persona que llegó a su mente fue, “Javier”. Como una luz fugaz alumbrando su memor
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Capítulo LXXIV: Decisión definitiva
-Buenas tardes, padre - el calor de la comida le golpeó el rostro al sentarse. -Buenas tardes, hijo. El ambiente de ese día fue diferente. Tranquilo y acogedor. Más que nunca, Teo fue capaz de sentir la protección que desprendían hacia él; pero ya había tomado una decisión y esa tarde tuvo el valor. Justo cuando estaban recogiendo la losa, tomó aire y habló. -Padre, necesito hablar contigo - todos se detuvieron, parados frente a él - es algo importante, así que me gustaría que fuera en la oficina. -¿pasó algo, Teo? - la voz suave de su madre rompió el silencio por la preocupación. -No es nada grave. S&
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Capítulo LXXV: Miedos al descubierto
El bastón golpeó el suelo, portado por una mano huesuda y arrugada. El hombre se encorvaba al caminar; mientras era seguido por su protector a tan sólo unos pasos de distancia - ¡es un descaro! - proclamó al cruzar la puerta - mi propio discípulo quiere robarme lo mejor que tengo - entró, somatando el bastón. Teo se paró con su llegada; mientras su padre se acomodó en el asiento - Veo que ya te han informado - su expresión era tranquila. -¿Aún teniendo más opciones, prefieres llevártelo?. -Te recuerdo que todos somos libres de tomar decisiones. Si él quiere irse de tu lado, yo lo aceptaré con gusto. -Eres un aprovechado - Marcelo se acercó a Teo
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Capítulo LXXVI: Golpe de realidad
Esa noche, Teo se enloqueció. Cuando Ethan llegó, encontró ambas puertas abiertas. Los libros dispersos por el suelo, la ropa fuera del mueble y la cama desordenada. Barrió la vista por toda el área hasta que encontró a una figura enrollada en el suelo junto a la cama, con las piernas cerca del pecho, rodeado de prendas; mientras sostenía una entre las manos temblorosas. -¿qué haces?. Teo se asustó al sentir su presencia tan cerca. Su corazón latía desenfrenado. Las gotas de sudor se derramaban por los costados de su cara. Lo miró, con los ojos rojos - yo… - El aire no le era suficiente - dedo escoger lo que necesito para empacarlo. Ethan se apoyó en una rodilla al agacharse. Con el dorso de los dedos,Leer más
Capítulo LXXVII: Sospechas correctas
-Tendrás muchas libertades, pero no te excedas. Piensa siempre en lo que haces - los utensilios sonaban al ser puestos sobre la mesa - aunque a tu padre se le ha pasado el coraje, no cometas más imprudencias - se alejó. Después, al poner el último plato, se quedó en el lugar y agregó - con respecto a esos chicos, hemos cambiado de opinión acerca de ellos, sin embargo, sus modales y actitudes siguen desagradando a tu padre. Pero tú sabrás qué hacer con ellos - por último dijo - ven a sentarte. Teo se giró, su rostro pálido y ojeroso quedó al descubierto. La señora se alarmó, cubriendo su boca con una mano - tengo dolor de cabeza y anoche no dormí bien - Trató de explicar. -¿te sientes mal?. Lo hubieras consultado con el doctor desde
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Capítulo LXXVIII: Sin ánimos, sin emociones
Hasta que por fin Ethan desvió la vista, terminó de abrir la puerta indicándole a Teo que entrara antes de cerrar de nuevo. Sin objeciones, Teo se sentó en la silla que solía usar la otra parte. Las cejas de Ethan estaban bajas y los dedos de una mano parecían entumecidos como si evitara moverlos; además, cuando fue al otro asiento, sus zapatos se hundían en el suelo por la fuerza aplicada al caminar. -¿lo conoces? - preguntó Teo; puesto que rara vez mostraba esa actitud a menos que estuviera trabajando. -Estudié un par de años con él - Ethan apretó los dedos en la mesa - él puede que no me reconozca, puesto que cambié mucho desde ese tiempo antes de unirme al equipo militar. Una pizca de sentimiento se movi&
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