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Todos los capítulos de Rompiendo principios: Capítulo 61 - Capítulo 63
63 chapters
Capítulo LXI: Fieles seguidores
-Soy yo - confirmó. Miró a los lados antes de hablar más recio - es una emergencia, necesito tu ayuda - aún no estaba seguro si podía haber alguien siguiéndole, esperando para atacar. Al escucharlo, los ojos de Edgar se terminaron de abrir - Espera - desapareció de pronto. Temeroso, Teo se acercó; en tanto se mantenía alerta del entorno. Un momento después, la puerta se abrió - pasa, ¿qué pasó? - preguntó al mismo tiempo. Estaba medio vestido y sin zapatos. -Mi padre desapareció - se introdujo en la sala - necesito tu ayuda. ¿Tú sabes la dirección de Marcelo?. La boca de Edgar colgó antes de decir - No lo sé - parecía que aún no había despertado bien - p
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Capítulo LXII: Luchando con sangre y carne
Los muros del grosor de un árbol se alzaban sobre sus cabezas. La entrada cubierta por una terraza sostenida por grandes columnas, dirigía a una puerta gruesa con una aldaba de bronce. Los dos tragaron saliva; mientras Oliver subió las gradas y sin dudar llamó. Un rotundo silencio llenó la noche. Los ojos de Teo y Edgar se abrían más con cada segundo, hasta el punto de que casi cayeron al suelo. La solida construcción mitigó los sonidos; de tal manera que no se dieron cuenta cuando alguien llegó desde dentro y abrió - buenas noches - sonó una voz monótona. Proveniente de un hombre vestido pulcramente con un traje blanco y negro. Los escaneó a los tres. -Buenas noches - Oliver fue el único que se atrevió a hablar - estamos buscando al señor Marcelo.
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Capítulo LXIII: Nuevo plan
-Lo siento, pero mis órdenes son no dejarlo salir. -¿y tú qué eres?, ¿su perro? - Oliver rugió; sin embargo, su boca fue sellada cuando la mirada afilada se desvió hacia él. De pronto, una mano tocó el hombro de Teo. Edgar lo jaló, ampliando el espacio entre el mayordomo y ellos. Oliver los siguió - demos un poco de tiempo - susurró - no puede estar despierto toda la noche. Tiene que cansarse. -Sí - Oliver levantó el pulgar en medio de la junta de tres - si no se quita, lo golpearemos cuando baje la guardia - Edgar se llevó un dedo a los labios, indicándoles silencio. Luego, ambos fueron a los sillones y se desplomaron como si fueran parte de la familia - Oye, ve a traerme un vaso con agua - Oliver alzó
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