Inicio / Romance / Luna de miel por contrato / Capítulo 31 - Capítulo 33
Todos los capítulos de Luna de miel por contrato: Capítulo 31 - Capítulo 33
33 chapters
Capítulo 31
El sol está en su punto más alto cuando me acomodo en la reposera con un suspiro de satisfacción. La arena está caliente bajo mis pies, y la brisa marina ayuda a contrarrestar el calor abrasador. Me pongo las gafas de sol y dejo que el sonido de las olas y las risas distantes de otros turistas me envuelvan.Después de todo, si esta noche tengo que dar la mejor actuación de mi vida, al menos quiero estar relajada.Me recuesto y cierro los ojos, dejando que el sol bese mi piel mientras disfruto de la sensación de no tener que pensar en nada. El plan es simple: no moverme en absoluto hasta que sea estrictamente necesario, pero, por supuesto, mi plan no dura mucho.Siento una sombra cubrirme de repente y una presencia familiar junto a mi reposera. Abro un ojo con pereza, y ahí está él, de pie con la brisa revolviendo su cabello oscuro y una bolsa de papel en la mano.—¿No te cansas de hacerte la lagartija al sol? —pregunta Alejandro con su típica expresión de fastidio moderado.—¿No te ca
Leer más
Capítulo 32
El sonido del agua cayendo contra el mármol de la ducha resuena en la habitación. Estoy con la microbikini —la maldita, la que debería estar prohibida por el código penal del deseo— y Alejandro está con un short de baño negro que le queda… bueno. Demasiado bien. Maldita genética superior.No lo había visto antes así. En la playa siempre anda con bermudas, gafas oscuras y una actitud de “no me hablen”, pero ahora… ese short de baño se pega demasiado bien a su cuerpo mojado. Y lo peor es que se pasa las manos por el cabello húmedo hacia atrás, con esa maldita calma suya, dejando al descubierto cada músculo, cada línea perfectamente tallada por dioses vengativos.Y entonces abre los ojos… Y me ve.Mi piel mojada, mi cuerpo a centímetros del suyo y apenas tapada por estos hilitos de tela. Y su mirada, bajando sin permiso, se detiene y vuelve a subir con lentitud. Sus labios se entreabren.—Carajo… —musita con un tono apenas audible, más para él que para mí. Lo escucho y siento el aire espe
Leer más
Capitulo 33
Abro la puerta del baño de golpe y salgo disparada como si me persiguiera el mismísimo demonio.Mi corazón late descontrolado, mis pulmones arden por la risa contenida y mis piernas tiemblan. Me aferro a la toalla envuelta alrededor de mi cuerpo como si fuera un escudo sagrado y sigo avanzando hasta la habitación, sin atreverme a mirar atrás.Dios, ¿qué acaba de pasar? No, no, no. No quiero pensarlo. No puedo.El sonido de la puerta del baño abriéndose nuevamente me hace apretar los ojos con fuerza. Lo escucho caminar con la misma calma con la que sale de una reunión de negocios, como si no acabara de pasar la situación más ridícula, incómoda y, lo peor de todo, potencialmente sensual de la historia.—¿Piensas ignorar lo que pasó? —pregunta con su tono más irritantemente tranquilo.—Exactamente —respondo con rapidez, sin girarme a verlo.—Sabes que no es la primera vez que alguien se resbala en una ducha, ¿verdad?—No lo sé, Monteverde. No me la paso investigando estadísticas de accid
Leer más
Escanea el código para leer en la APP