Tessa, con un ligero temblor en sus manos, se había decidido a dar ese paso audaz. Al sentarse en el asiento del copiloto, el movimiento brusco hizo que el auto se balanceara y Lyam, sorprendido, desvió su mirada hacia ella. Sus ojos mostraban una mezcla de desconcierto y curiosidad.Tessa, en un intento por calmar su propio nerviosismo, se enfocó en su reflejo en el espejo de la visera parasol. Su rostro reflejaba una belleza natural, pero había algo más: con movimientos delicados, comenzó a peinar su cabello con las manos, como si eso le diera un poco más de control sobre la situación. Sus dedos se deslizaban por las hebras de su cabello con suavidad, intentando distraerse mientras sentía la intensidad de la mirada de Lyam.Lyam, por su parte, no podía evitar sonreír. Su sonrisa era discreta, casi como un secreto.Cuando Tessa terminó de arreglarse, su mirada se encontró con la de Lyam. Sus ojos brillaban intensamente, como si estuvieran llenos de determinación y nerviosismo a la ve
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