Todos los capítulos de Dulce Castigo: La chef curvy del Magnate: Capítulo 61 - Capítulo 70
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60- Te arrepientes
SalvadorLa noche ha sido un caos. Una explosión de emociones, golpes, miradas, palabras no dichas… y luego un beso que todavía siento ardiendo en los labios.Sus gemidos se quedan tatuados en mi memoria, su cuerpo encajando con el mío como si hubiera sido hecho para mí. Cuando nuestros cuerpos se relajan, su cabeza queda recostada sobre mi pecho y por un instante siento que no necesito nada más en el mundo. Solo a ella. Solo a Marina.Sentir el cuerpo de Marina junto al mío, desnudo, luego de todo lo que acabamos de hacer es lo único que necesito para que lentamente el sueño se vaya apoderando de mí y finalmente caiga rendido en los brazos de Morfeo.El sol y el dolor de cabeza es lo que hace que lentamente empiece a despertarme.Por un segundo me siento levemente mareado y desubicado antes de que los recuerdos de todo lo que pasó la noche anterior empiecen a llegar a mi memoria y por instinto abro los ojos y llevo el brazo hacia el lado de la cama.Ese mismo que ahora mismo se encuen
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61- ¿Confías en mi?
MarinaMe he acostado con Salvador.La realidad de lo que ha pasado, de lo que he hecho es tan grande y tan pesada que siento que me mareo y como si eso no fuera poco, cuándo le he preguntado dónde nos dea esto, él… él me ha sonreído de esa manera que me hace temblar y como si hablara del clima ha respondido:—Nos deja dónde sea que queramos estar.Y eso, eso Dios bendito me tiene con la cabeza hecha un lío, porque no tengo ni idea de dónde quiero estar o tal vez sí lo sé, pero estoy aterrada de hacerlo, en especial cuándo sé que le guardo secretos.Y es justo por eso que ahora estoy con el celular en la mano, caminando de un lado a otro de mi habitación, mientras intento ponerme en contacto con Federico.Necesito decirle lo que está sucediendo a Salvador.Cuándo finalmente me contesta, me doy cuenta que si voz se escucha… agitada del otro lado de la línea.—Marina, aunque siempre es un gusto hablar contigo, hoy realmente me has tomado en un mal momento.Detrás de él escucho lo que inc
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62- La (no) Cita
Marina Esto no es una cita, ¿cierto? Eso es lo que me repito una y otra vez mientras estoy de pie frente al armario, mirando fijamente el caos de ropa que he sacado como si eso fuera a darme respuestas. Es solo una cena, Marina. Solo una cena con el hombre que te besa como si el mundo se fuera a acabar, te mira como si fueras un tesoro perdido y… que ya te ha visto desnuda. —¡Basta! —me regaño a mi misma frente al espejo mientras me pruebo un vestido rojo que creí que me haría sentir empoderada y solo ha conseguido que me sienta como un pimiento relleno. Después de probarme otros cuatro vestidos, todos demasiado ajustados, demasiado sueltos, demasiado “no como Renata”, me dejo caer sobre la cama con un gemido ahogado. Es ridículo sentirme así. Salvador ya me vio como Dios me trajo al mundo y no salió corriendo. De hecho, si mal no recuerdo, parecía bastante feliz de haberme visto de esa forma. Mis mejillas se encienden al recordar sus manos, sus labios, su voz ronca llamándome
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63 El juego del amor
Marina Después de mi momento sentimental la cena continúa bastante animada. Salvador me dice que su abuelo ha intentado ir a la empresa varias veces, pero que él se ha negado a verlo luego de lo sucedido. Al parecer las relaciones se han roto totalmente, pero para mi sorpresa él no parece deprimido por eso. No como lo estuvo en esa semana, se ve…. Liberado. Como si el hecho de saber quiénes son sus verdaderos enemigos le diera una nueva perspectiva. Eso me hace sentir horrible. Porque yo sé que tiene más gente que quiere lastimarlo y no le estoy diciendo nada. “Mañana lo haré” me digo internamente, con Federico o sin él, mañana voy a decirle toda la verdad a Salvador porque no es justo tenerlo en la oscuridad. Mucho menos ahora que, esto, sea lo que sea entre nosotros, está sucediendo. No se siente bien. Cuando terminamos de cenar, veo que Salvador se levanta y le dice algo al mesero que lo mira entre extraño y aturdido, pero finalmente asiente con la cabeza y se retira sin de
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64- Tenemos que hablar
SalvadorLas cosas finalmente parecen que están empezando a enderezarse, hoy iré a la comisaría a ver el interrogatorio que le harán finalmente a Renata, pues su abogado estuvo retrasando las cosas, pero ya no tienen como más esconderse.Cuando llego a la primera planta de la mansión el olor a café es lo primero que siento y eso me hace sonreír porque significa que Marina está en la cocina, sin dudarlo camino directo hacía allí y cuando llego mi sonrisa se hace más grande al verla moverse de un lado a otro preparando el desayuno.Está tan concentrada que ni siquiera se ha percatado de mi presencia, por lo que aprovechando que en el lugar solo está ella, camino hasta llegar a su espalda y la rodeo de la cintura susurrando en su oído:—Buenos días, bonita…Ella da un respingo y deja salir un grito ahogado antes de girarse y eso no la ayuda en nada porque ahora estamos cara a cara y tan cerca que solo tengo que inclinarme hacia abajo para besarla.—Me has asustado—me dice en un susurro, i
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65- Complices
SalvadorLa rabia que siento al escuchar al detective, no es nada en comparación con la que se dispara en todo mi cuerpo al ver la sonrisa burlona de Renata a través del vidrio de interrogación, es como si ella supiera que estoy ahí, viéndola.A mi lado puedo sentir el cuerpo tenso de Alex, él no está de acuerdo con que la vea o la escuche, pues piensa que simplemente va a tratar de manipularme o retrasar las cosas, sin embargo, ya yo no puedo ser manipulado por ella.Cualquier sentimiento de amor que haya estado en mi pecho en lo referente a esta mujer a muerto por completo.No solo por el hecho de que me traicionó, sino porque me ha usado. Durante años me vio la cara de imbécil mientras seguramente se burlaba de mí con su hermano y planeaban destruirme.No puedo creer que haya caído en eso, que nunca haya sospechado.—Tengo que hacerlo—le digo a Alex y lo miro, dándome cuenta que no le ha gustado mi respuesta—Alex, necesitamos el testimonio, necesito saber que va a podrirse en la cár
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66- Vas a arrepentirte
MarinaEl tiempo con una tortuosa lentitud dentro de la mansión y con cada minuto que corre yo siento que mis nervios se hacen más grandes.Y todo se debe a que ya lo he decidido, voy a contarle todo a Salvador, no importa si Federico aún no tiene la ubicación o el registro de la persona detrás de las llamadas y mensajes, yo simplemente no puedo seguir viéndolo a la cara sin decirle todo lo que está pasando.No tengo ni idea de qué es esto que ha empezado a formarse entre Salvador y yo, pero debo admitir que cada día me siento más atraída hacia el hombre que estoy conociendo y no me refiero solo a una atracción física.Hay… Hay sentimientos de por medio, sentimientos que ni siquiera entiendo en qué momento empezaron a formarse, pero que ya no puedo ocultar o negar.Y es justo por eso que llevo todo el día dando vueltas de un lugar a otro de la mansión, buscando la manera de ocuparme en algo para no ponerme a pensar demasiado en esto.Cuando le dije a Federico lo que iba a hacer, este s
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67- Tu condena
MarinaNunca pensé que el dolor pudiera llegar a sentirse de esta forma, no hablo de un dolor físico, sino de ese que llevamos dentro.Que empieza como si fuese una sensación de ahogo, y luego se vuelve un peso muerto de nosotros hasta que finalmente se dispara por todo el interior como cientos de agujas enterradas en la piel.Así es como me siento justo ahora, mientras camino por las desoladas calles de la ciudad. No tengo mi celular, o mi cartera, o dinero. No tengo nada.Trago el nudo de emociones que se forma en mi garganta y sintiendo el ardor inundar mi mirada camino por la carretera esperando que algún taxi aparezca, aunque no sé ni siquiera a dónde iré o cómo demonios voy a pagarlo, pero no puedo quedarme aquí.La culpa se estira y se esparce por mi interior como un virus y la imagen de Salvador, con los ojos rojos, la mirada llena de odio y decepción está grabada a fuego en mi mente.Sin embargo, detrás del dolor también siento rabia.Rabia con Federico por no haber dejado que
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68- Se la han llevado
SalvadorUna semana, ha pasado ya una semana desde que todo parece haberse derrumbado a mi alrededor justo cuándo creí que las cosas empezaban a mejorar.Pero es que no puedi creer lo estúpido y ciego que fuí, no me dejé embaucar por una, sino por dos mujeres y lo peor de todo es que de una ya tenía pruebas de que era una ratera. Lo sabía y aún así preferí creerle.Pero, a pesar de la rabia, a pesar del dolor, una parte de mi sigue sin poderlo creer, sigue diciéndome que debí dejar que ella me explicara, pero ¿Qué iba a decirme?Nunca negó que la conversación fuera real, solo dijo que podía explicarlo, cómo demonios explicas el hecho de que estaba enviando información mía? Que entró a mi estudio y consiguió documentos privados, es… es una…El sonido de mi celular, que no ha dejado de sonar en toda la semana, hace que salga de mis pensamientos, veo nuevamente el número de Federico y decido ignorarlo, no me extraña que llame a defender a Marina, siempre creí que había algo entre ellos.N
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69- Mi hermana te manda saludos
MarinaUnas horas antesDespués de casi una semana de estar compadeciendome en la casa de Clara, decidí volver a mi antiguo apartamento y debo admitir que la primera sensación que tuve fue de soledad.Me sentí inmensamente sola, en especial al ver las fotos de Daniel que tengo puestas en el buró.Luego de esa última carta no volvieron a contactarme, no me han dicho absolutamente nada y vivo con el miedo constante de que puedan hacerle daño. He pensado en ir a la policía, pero si me están espiando, entonces lo sabrán y si aún no han matado a Dani, entonces lo condenaría.No sé qué hacer.Siento que estoy atrapada en un bucle dónde la tortura y el miedo se repiten una y otra, y otra vez, y eso sin hablar de todo lo sucedido con Salvador. Él no me ha contactado, no ha querido hablar conmigo y eso que Federico seguramente ya le contó todo, lo que significa que aún asi sigue sin poder perdonarme y me molesta.Lo hace porque yo pude haberlo entregado, pude haberlo hecho para salvar a mi herm
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