Capitulo 30 —VergüenzaNarrador:El amanecer apenas despuntaba cuando Massimo abrió los ojos. La habitación estaba en penumbras, iluminada solo por los primeros rayos de sol que se colaban por las cortinas.Pero él no miró la luz. Miró a Nadia. Ella dormía a su lado, con la respiración lenta y tranquila, su rostro relajado, con un mechón de cabello cubriéndole una mejilla. Era la primera vez que la veía así. Sin miedo, sin tensión, solo ella, vulnerable y hermosa, ajena a su mirada fija en cada uno de sus rasgos. Su mano se movió sola, le apartó el mechón de cabello con una caricia ligera, recorriendo la línea de su mejilla con la yema de los dedos, sintiendo la suavidad de su piel, no era suficiente, quería tocarla más. Así que su mano volvió a deslizarse por su rostro, delineando la curva de su mandíbula, bajando lentamente hasta la línea de su cuello.Nadia suspiró en sueños y se movió un poco, su cuerpo buscando inconscientemente algo más cálido. Él sonrió, no se resistió a la ten
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