Todos los capítulos de Comprada: El Precio de la Libertad: Capítulo 41 - Capítulo 45
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Capítulo 041: Rescatando a su mujer
Berlín, AlemaniaViktorEl rugido de los motores llena el aire, resonando en la noche como una sentencia de muerte. Mis hombres y yo avanzamos como un enjambre de sombras, moviéndonos con precisión letal hacia la mansión de Reinhard Schäfer. No hay espacio para la duda, no hay lugar para la piedad. Solo hay una misión: recuperar a Emilia y hacer que paguen con sangre por haberla tomado.Mi mandíbula está tan tensa que siento que mis dientes podrían romperse. Mi cuerpo aún carga el cansancio de la batalla anterior, pero mi mente se mantiene alerta, afilada como un cuchillo. La furia y la sed de venganza me mantienen en pie. No hay otra opción. No hay otra salida. Es ahora o nunca.Henry, sentado en el asiento del copiloto, me mira con el ceño fruncido. Lo conozco lo suficiente para saber lo que está a punto de decir antes de que siquiera abra la boca.—Viktor, esto es una locura. Necesitamos más hombres. No podemos lanzarnos a un ataque sin pensar…—Cállate.Mi voz es un gruñido, un fi
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Capítulo 042: En la boca del diablo
Berlín, AlemaniaEmiliaLo veo delante de mí con esa expresión tan salvaje e indómita que me provoca mariposas en el vientre. Sabía que vendría por mí, lástima que lo haya arruinado al no ser honesta con él. Cualquier oportunidad que pudimos tener quedó se ha acabado, porque cuando él sepa la verdad, no querrá saber nada de mí. Viktor levanta el arma en dirección a mi padre y no me queda de otra que gritar: —¡No lo hagas!Mi voz sale más fuerte de lo que esperaba, más desesperada, más rota.Viktor no me mira. No parpadea, no respira, no tiembla. Su mano se mantiene firme en el arma, su dedo peligrosamente cerca del gatillo, y sé que está a un segundo de jalarlo. Sé que lo hará. Sé que Reinhard Schäfer está a un suspiro de la muerte, y aunque una parte de mí debería sentir alivio, lo único que siento es miedo.No por mi padre. Por Viktor.—¡No es su culpa, es mía! —digo con rapidez, temiendo que cada segundo sea el último.Reinhard suelta un resoplido divertido, como si toda esta sit
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Capítulo 043: Envenenado por la furia
Berlín, AlemaniaViktorNo debería dolerme tanto. No debería sentir esto. Esta furia visceral, este odio mezclado con aversión y repulsión. No debería importarme. No después de lo que hizo.Así que para deshacerme del malestar, acelero el vehículo a fondo. Emilia suelta un jadeo y se aferra al borde del asiento.—¡Viktor, más lento!No la escucho. No quiero escucharla. Si lo hago, si dejo que su voz penetre en mi cabeza, voy a perder lo poco que me queda de cordura. Voy a ceder. Y no puedo permitirme eso. No después de la forma en que me engañó.Ella sigue hablándome, pero su voz se mezcla con los recuerdos que se estrellan contra mi cráneo como balas disparadas a quemarropa. El primer día que la vi. Los ojos violetas que me hicieron detenerme. El temblor en sus manos cuando me miró por primera vez.Todo fue una vil mentira. —¡Viktor, por favor!Mis nudillos están blancos alrededor del volante. Mentira. Todo fue una maldita mentira. Desde el primer momento, desde el instante en que m
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Capítulo 044: Perdón que no llega
Berlín, AlemaniaEmiliaEntro a la mansión como si no perteneciera aquí, como si cada rincón me estuviera gritando que me largue, que ya no soy bienvenida. El silencio se siente distinto, más denso y pesado. Ya no hay calor en estas paredes, no para mí. Cada paso que doy me cuesta el doble, porque mi cuerpo pesa lo mismo que mi culpa.Y entonces veo a Helena. Está en el recibidor, y cuando me ve, su rostro se ilumina. Su expresión es tan sincera que por un instante, un solo y fugaz instante, que mi corazón se afloja.—¡Emilia! —corre hacia mí y me envuelve entre sus brazos, con fuerza, con calidez, con ese tipo de afecto que se siente como un hogar al que una vuelve después de haber sido arrastrada por una tormenta.Pero apenas me aprieta contra su pecho, yo me rompo.Me desmorono como si estuviera hecha de vidrio y hubiese esperado todo este tiempo el momento justo para quebrarme. Mis rodillas flaquean, pero ella me sostiene mientras un llanto profundo, rasgado y desesperado, brota
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Capítulo 045: Intocable
Berlín, AlemaniaEmiliaLa puerta se abre con un golpe torpe. Apenas siento mis piernas, pero de alguna forma avanzo por el pasillo. El sabor del alcohol aún me quema la lengua, como si el whisky fuera lo único que me mantiene despierto, aunque ya no tengo idea si estoy caminando o flotando entre los recuerdos que me atormentan.Me dejaron en la entrada como un maldito inválido. Henry me miró con lástima, pero no dijo nada. Buena decisión. Porque si lo hubiera hecho, juro por mis padres que le hubiera partido la boca. No necesito sermones y menos ahora. No después lo que ha pasado.—¿Así que por fin regresas?La voz me golpea como un martillo, pero no me detengo. Sigo avanzando, tambaleando, sin dignarme a mirar. Sé que es Gerda. La anciana imprudente siempre aparece cuando no la necesito.—¿Te emborrachaste? ¿En serio? ¿Después de lo que pasó esta noche?Ladeo la cabeza apenas, pero sigo sin responder. No tengo energía para soportar su drama, su tono de señora mayor frustrada, ni muc
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