Todos los capítulos de La guerra del mafioso, ella me pertenece: Capítulo 11 - Capítulo 14
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Entre venganza y amor
Las manos de Irina se tornaron sudorosas, su respiración iba a toda velocidad, sabía muy bien sobre los alcances que tenía Dmitriy y por supuesto que por nada del mundo iba a permitir que ella pudiera escapar, pero aún así prefería morir en el intento y no pasar el resto de su vida al lado de un desgraciado que no hacía más que torturarla y hacerle pasar los peores momentos. Morir en brazos de su hermano era aceptable, aprovechó el descuido por parte de Dmitriy mientras que saludaba a los hombres que se encontraban allí; dio inicio a emprender su huida, lo que no se esperó fue que Dmitriy a través del rabillo del ojo la observaba minuciosamente. De manera astuta Dmitriy se lanzó sobre ella, la tomó con fuerza del brazo, recostó su frente contra la suya impidiendo que se fuera de su lado.—¿A dónde intentas ir? —reclamó entre gruñidos—. Acaso no te das cuenta que no tiene salida, que a donde quiera que pretendas ir estaré dispuesto a retenerte, tu destino es estar a mi lado hasta que
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El mundo en mi contra
En el interior de aquel lugar una guerra estaba a punto de desatarse; Andrei estaba siendo burlado en su propio rostro, las acciones por parte de Dmitriy fueron todas con malas intenciones.Claramente buscaba echarle más leña al fuego y hacer que todo fuera aún más intenso de lo que ya lo era.Irina luego de que Dmitriy retirara sus labios de los suyos lo observó con desprecio, resoplaba del coraje, para ella aquel acto fue el peor atrevimiento que pudo haber recibido de su parte.Mientras que Dmitriy con el cuerpo erguido conectó su mirada de manera fija y directa con la de Andrei, desafiante alardeaba de su grandeza dejando claro que ella le pertenecía.—Las cosas se han salido de control, quise hacer más intentando tener el control sobre Andrei y su familia, pero lo que haces es buscar problemas, estás mal Dmitriy, lo mejor es que te marches déjame termino con esta reunión y luego hablaremos, no me conviene que tú quieras entrar en guerra con personas poderosas como lo es Andrei —S
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Aún no es tu fin, será cuando yo lo diga
Los días fueron transcurriendo de manera lenta, Irina tan solo salía de su cuarto para cambiar de ambiente, e ir a la biblioteca por unos cuantos libros; a la distancia lograba observar que los hombres que trabajaban para Dmitriy se movían como hormigas en un lugar a otro, durante aquellos días no había tenido contacto directo con su captor.La mucama era quien se encargaba de hacerle llegar la comida y todo lo que ella pidiera hasta su habitación, claro está lo que estaba dentro de lo permitido por Dmitriy.Eran días lluviosos, y ella se encontraba tomando una taza de bebida caliente mientras observaba a través del cristal de la ventana, aunque ella estuviera allí su pensamiento estaba vagando en los recuerdos de su infancia que vivió junto con su madre, la extrañaba como nunca antes.Aunque vivían en casas diferentes, Irina cada vez que deseaba verla sabía que tan solo bastaba con una visita y allí estaría frente a ella, frente a una mujer buena, flexible y de buen corazón que hacía
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Me vengaré a mi manera
Irina despertó sintiéndose recuperada, con ayuda de la mucama lavó su cuerpo y se vistió, en aquel amanecer tenía un nuevo propósito, uno en donde desafiaba y se contradecía debido a lo que había sucedido en el pasado. —No quiero que me traigas el desayuno, iré a comer en la mesa donde lo suele hacer Dmitriy —la mucama abrió los ojos de golpe, aquellas palabras fueron difíciles de comprender para la mujer que había escuchado la manera en la que ella se expresaba sobre Dmitriy en su ausencia.—Sí señora, así lo haré, hablaré con el personal de la cocina para que preparen la mesa para usted —la mucama se retiró y ella se acercó al espejo. «Ya veremos hasta dónde puede llegar una mujer insípida que no inspira ni confianza».Irina se sentía dolida por la manera en la que se había expresado Dmitriy sobre ella, nunca se había considerado bella o atractiva para los hombres, quizá porque la mayor parte de su tiempo se había preocupado en cumplir con sus labores y espacio para el amor era ti
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