POV : Carolina Langford Era el día siguiente. Hoy me tocaba ir a trabajar, ya que en los últimos tres días había permanecido en casa recuperándome del golpe que Eliot, sin intención, me había proporcionado. Aunque no fue tan grave como esperaba, mi espalda seguía doliendo, pero ya no podía permanecer más inerte en la cama. Eliot no había vuelto a aparecer frente a mí ni me había vuelto a llamar, cosa que agradecía bastante. Voy en dirección al baño y me doy una rápida ducha para luego proceder a elegir el atuendo del día. Mientras buscaba ropa y sacaba prendas al azar, una pequeña bolsa cayó del armario. Al verla, mis ojos se abrieron con dolor. Me incliné suavemente y la recogí del piso, observando su contenido. Dos trajecitos de bebé, uno rosa y otro azul. Los saqué de la bolsa y los apreté suavemente contra mi pecho mientras una lágrima rebelde resbalaba por mi mejilla. —Me hubiera encantado conocerte, pero sé que debes ser un angelito ahora —musité en silencio. Gu
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