«Flashback:Bianca caminaba nerviosa por el pasillo del hotel, el ramo de rosas en sus manos parecía más pesado con cada paso que daba. Dentro de su pecho, su corazón latía, desbocado, lleno de emoción y nervios. Aquel día no solo celebraba el cumpleaños de Randall Coleman, sino también su amor por él. Había comprado un regalo especial, una brújula dorada, un símbolo de la dirección que quería darle a su vida: a su lado, siempre.Cuando Randall abrió la puerta, ella no dudó ni un segundo. Lo abrazó con fuerzas, tratando de transmitirle todo lo que sentía, toda la pasión y el amor que había guardado para él.—Traje un gran regalo para ti, y sí, acepto ser tu novia. Y también, me entregaré a ti, porque te amo, Randall. Quiero ser tuya, por primera vez. —dijo Bianca con una sinceridad desgarradora.Pero Randall, en lugar de responder con la calidez que ella esperaba, rodó los ojos, como si todo fuera una molestia para él.—Es hora de que entiendas que yo no siento nada por ti. —respondió
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