Aunque Victoria había sido el amor de Alexander de juventud, ella lo dejó cuando nuestra manada enfrentó una crisis financiera.Hace seis años, la manada estuvo al borde del colapso. Nuestro territorio fue invadido y, como consecuencia, todos nuestros negocios quedaron destruidos.Entre toda la confusión, la familia de Victoria fue la primera en huir, llevándose consigo hasta el último centavo de su fortuna. Ni siquiera tuvieron la decencia de despedirse. Simplemente, desaparecieron una noche sin dejar rastro.Para Alexander, aquello fue un golpe devastador, especialmente porque había planeado emparejarse con Victoria ese mismo mes.En medio de todo este caos, fui yo quien asumió la responsabilidad de pagar la deuda de 500 mil dólares de la manada. Por fortuna, mi consulta de terapia ya prosperaba en ese momento.A decir verdad, Alexander solo me aceptó como su compañera por pura gratitud. Por esta razón, los demás guerreros se burlaban de él, llamándolo cazafortunas.Pero eso no me im
Leer más