Todos os capítulos do AMANTE DEL MAFIOSO: llevo a tu heredero.: Capítulo 71 - Capítulo 80
215 chapters
C70- UN CORAZON ROTO.
C70- UN CORAZON ROTO.Luna sintió que el aire se volvía espeso, imposible de respirar. Su corazón martillaba en su pecho entre la incredulidad y el miedo. Lo miró con los ojos abiertos de par en par, tratando de encontrar en su mirada una pizca de duda, algo que le indicara que todo esto era un malentendido. Pero lo único que encontró fue rabia. Una rabia que la golpeó con la misma fuerza de un puño. —No... —susurró, con la voz entrecortada—. No puede ser... Cassio soltó una carcajada amarga y cruel, teñida de dolor y vergüenza. —¿Así que ahora te haces la sorprendida? —espetó con veneno—. ¡No me tomes por un idiota, Luna! ¡Me engañaste! ¡Te acostaste con Esteban y ahora pretendes meterme su hijo como si fuera mío! Ella sintió un estallido dentro de ella. Lágrimas ardientes resbalaron por sus mejillas, pero no era solo tristeza, era rabia. Y sin pensarlo, alzó la mano y le dio una bofetada con todas sus fuerzas. —¡No te atrevas a decir eso! —gritó—. ¡Ese bebé no es de Esteban! ¡Es
Ler mais
C71-VEN CON NOSOTROS.
C71-VEN CON NOSOTROS.Svetlana le secó las lágrimas a Luna con delicadeza, como si el contacto pudiera aliviar su tormento. Sus ojos reflejaban una mezcla de compasión y tristeza.—Escucha, Luna, hay algo que tienes que saber sobre Cassio —dijo suavemente.Luna la miró, con su rostro empapado de llanto y el corazón latiéndole con una fuerza desbocada.—Él... no puede tener hijos —soltó Svetlana, con cuidado ―Lo que te dijo es verdad…Luna parpadeó, mientras sus labios temblaban.—No... no es posible —susurró ―Mi bebé Svetlana… mi niño es suyo… por mi vida te juro que es suyo.—Y te creo ―la calmó ―Pero… cuando Cassio era más joven… sufrió un accidente —continuó Svetlana—. Fue emboscado en un tiroteo, una bala le rozó el abdomen, pero otra impactó cerca de su zona baja. Sobrevivió, pero los médicos le dijeron que nunca podría tener hijos.Luna sintió que el aire la abandonaba.—No, eso no tiene sentido —negó con desesperación, llevándose las manos a la cabeza—. Yo... yo estoy embarazad
Ler mais
C72- TU ÚNICA SALIDA.
C72- TU ÚNICA SALIDA.Esa mañana…Cassio cerró los ojos por un instante, apoyándose en el borde del lavabo. Su respiración era pesada, como si cada inhalación le quemara el pecho. El reflejo en el espejo le devolvía una imagen que apenas reconocía: un hombre consumido por la rabia, pero también por algo más profundo, algo que lo carcomía desde dentro y que no quería admitir.Miedo.No era solo el hecho de que Luna estuviera embarazada, era el hecho de que, por primera vez en su vida, sentía que el control se le escapaba entre los dedos. Había construido su vida sobre certezas, sobre hechos inquebrantables, y una de esas verdades era que nunca podría tener hijos. Los médicos lo habían dicho con certeza clínica, y él había aceptado esa realidad como una condena. Pero ahora… ahora todo se tambaleaba.—No puede ser verdad —susurró, con la mirada clavada en el espejo. Pero su propia voz le sonó hueca.Y de repente la pregunta lo golpeó con una fuerza inesperada.«¿Y si ese niño es mío?»Po
Ler mais
C73- COMUNICARSE CON DIOS.
C73- COMUNICARSE CON DIOS.Luna apenas alcanzó el pomo de la puerta, cuando él la agarró del brazo con brusquedad, obligándola a girarse hacia él. Sus ojos estaban encendidos, oscuros como la noche, pero llenos de una tormenta que parecía fuera de control.—No vas a irte, Luna —gruñó ―¿Crees que puedes simplemente escapar de mí? No. Nunca. Porque tú me perteneces.Ella miró su brazo, ardía donde él la sostenía, pero no era nada comparado con el fuego que sentía en su pecho. Se zafó de su agarre con un tirón, su mirada era como la de una leona protegiendo a su cachorro.—No soy una maldita posesión, Cassio —dijo, con la voz cargada de desprecio y dolor. ―Soy un ser humano, y por encima de todo, soy la madre de un niño que no tiene que vivir con un padre que lo ¡desprecia!La palabra "padre" golpeó algo dentro de él. Era estéril. Ese niño no podía ser suyo. Y, sin embargo, Luna seguía llamándolo padre. ¿Por qué? ¿Por qué lo hacía? Una parte de él quería creer que sí, que de algún modo,
Ler mais
C74- DEMONIOS QUE LLAMAN A TU PUERTA.
C74- DEMONIOS QUE LLAMAN A TU PUERTA.Cassio se quedó inmóvil, observando cómo Luna se alejaba y cada palabra que ella había dicho resonaba en su cabeza como un eco que no podía silenciar."Soy la madre de un niño que no tiene que vivir con un padre que lo desprecia… Este bebé es tuyo."Cerro los ojos y se apretó el puente de la nariz. Su mente era un torbellino de preguntas sin respuestas.¿Y si era verdad? ¿Y si estaba cometiendo el peor error de su vida?La posibilidad lo destruía.No podía ignorar la certeza en la voz de Luna, la manera en que lo había dicho. No había duda en ella, ni un atisbo de inseguridad. Ella lo creía. Estaba absolutamente segura de que ese bebé era suyo. Y eso, más que cualquier otra cosa, lo hacía tambalearse.Porque si ella estaba tan segura, ¿podía él estar equivocado?Y de repente, la voz de ella regresó a su mente, aguda y llena de desprecio, como un látigo que lo azotaba una y otra vez. «Eres un hombre incompleto, Cassio. Nunca podrás darme lo que qu
Ler mais
C75- CASS, ¿NO TE ALEGRAS DE VERME?
C75- CASS, ¿NO TE ALEGRAS DE VERME?El silencio en la sala era tan denso que parecía envolverlo todo, hasta que el sonido de unos pasos rompió la tensión. Una mujer apareció en el marco de la puerta, como una figura salida de un sueño... o quizás de una pesadilla. Su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos, de un dorado hipnotizante, atraparon de inmediato la atención de quienes estaban en la habitación.—Hola, cuñado... —saludó con una voz dulce, cargada de familiaridad.Cassio retrocedió un paso, como si el suelo bajo sus pies amenazara con ceder. Su rostro reflejaba puro asombro, como si estuviera viendo un fantasma. Frente a él estaba la viva imagen de su exnovia fallecida.Su hermana gemela.Luna sintió cómo el aire escapaba de sus pulmones. Su corazón latía con fuerza desbocada, y un nudo se formó en su estómago. La mujer frente a ella era idéntica a la de la foto que había visto antes.«¿Son gemelas?» pensó, mientras un escalofrío le recorría la espalda
Ler mais
C76- CERCA DE MI HERMANA.
C76- CERCA DE MI HERMANA.La cena era tensión total, rota solo por el leve tintineo de los cubiertos contra los platos. Luna estaba sentada al lado de Cassio, con Sara frente a ellos. La disposición de los asientos era casi simbólica: dos bandos enfrentados, con Cassio atrapado en el medio.Luna comía en silencio, su mirada fija en el plato, como si Cassio y Sara no existieran. Pero por dentro, cada palabra de ella era como una astilla clavándose en su piel.Cassio, por su parte, intentaba mantener la calma. Ni en un millón de años hubiera esperado que su excuñada apareciera en su puerta. Había perdido el contacto con Sara desde que Sabrina murió.Sara parloteaba como un loro, pero su atención estaba en su esposa. No podía dejar de mirarla, esperando algún gesto, alguna señal de que ella estaba bien. Porque sabía que estaba enojada. Pero ella lo ignoraba y su indiferencia lo lastimaba más de lo que quería admitir. Luna estaba dolida, luchando por mantener su dignidad, y eso solo lo ha
Ler mais
C77- MISMO PERFUME.
C77- MISMO PERFUME.Cassio se quedó inmóvil, su mirada fija en Sara mientras intentaba procesar sus palabras. Un destello de sorpresa cruzó su rostro antes de que la incomodidad y la tensión volvieran a apoderarse de él. —¿Vivir aquí? —Sí. —Respondió ella tomando la copa de agua.Cassio buscó la mirada de Luna y lo que vio lo hizo tragar. Ella no estaba de acuerdo. Y él tampoco, si le preguntaban. Con Sara allí, siendo un constante recordatorio de Sabrina, jamás arreglaría la situación con Luna. Se aclaró la garganta antes de hablar. —Sara… de verdad me preocupa verte así. Realmente me preocupa. Pero vivir aquí... no sé si es la solución. Necesitas ayuda profesional, no solo la cercanía de Sabrina. ¿Has considerado hablar con alguien?Sara bajó la mirada, avergonzada. —Ya lo sé, Cassio. Pero... no puedo ahora. No tengo... no tengo fuerzas. Solo... solo quiero estar cerca de ella.Él suspiró, pasando una mano por su cabello. —Entiendo que estés sufriendo, pero...Sara levantó la v
Ler mais
C78- ¡UNA DAMA, UNA SANTA!
C78- ¡UNA DAMA, UNA SANTA! —¿Por qué...? —su voz salió baja—. ¿Por qué usas el mismo perfume que Sabrina? —¿Este perfume? —dijo Sara, con una voz que pretendía ser casual pero que tenía un dejo de tensión—. Ah, sí... Sabrina lo usaba mucho, ¿no? A veces me pregunto si hay cosas que heredamos sin darnos cuenta. —Hizo una pausa, mirando hacia la ventana como si buscara las palabras correctas—. ¿Crees que es posible que algo de ella siga aquí, a través de mí? Cassio la miró fijamente, su expresión mostraba confusión. Sara suspiró profundamente y se puso de pie. —Gracias por apoyarme, Cass —continuó, con una voz más suave—. Sé que desde el cielo, Sabrina estaría muy feliz de verte así. Y bueno… creo que debo irme a dormir. Antes de que él pudiera decir algo, ella ya se estaba yendo, cerró la puerta con un suave golpe, dejándolo con la palabra en la boca. Pero tan pronto estuvo sola se apoyó contra la pared, apretando los puños con fuerza. Y un brillo oscuro se apoderó de sus ojos. —¡
Ler mais
C79-DIVORCIADA DOLIDA.
C79-DIVORCIADA DOLIDA. Sara sonreía, con esa expresión perfectamente calculada de inocencia que no engañaba a Luna ni por un segundo. Luna la miró, imperturbable, su tono gélido y cortante. —No tienes que fingir conmigo. No soy una ilusa como mi marido. Puedo ver a través de ti. Sara mantuvo el silencio por un momento. Luego, una suave risa escapó de sus labios. —No entiendo qué quieres decir… —musitó, ladeando la cabeza con dulzura fingida. Luna se cruzó de brazos, observándola con una mezcla de tedio y desdén, pero entonces Sara dejó caer su veneno con un susurro casual. —Cassio y Sabrina eran muy felices, ¿sabes? Lo recuerdo tan bien… él la amaba profundamente. Siempre fue ella. Un frío ardiente recorrió el cuerpo de Luna, pero no parpadeó. Ni siquiera pestañeó. En cambio, dio un paso lento hacia Sara, acercándose lo suficiente como para que la otra mujer sintiera su presencia como una amenaza silenciosa. —Sabrina es el pasado —susurró —. Yo soy el presente. Y en cuanto a
Ler mais
Digitalize o código para ler no App