C131-¡NO PUEDES MATAR A MI PADRE!Después de tres días de reposo forzado, Cassio, tan impulsivo como siempre, ya podía levantarse, aunque su herida seguía sin sanar del todo. Ignoró las súplicas de Luna para que se quedara en casa y, con esa terquedad que la sacaba de quicio, insistió en que lo acompañara a cenar a la mansión de Eros Dervishi. Luna, resignada, sabía que no tenía escapatoria.La noche cayó sobre la ciudad, con la luna brillando fuerte en el cielo. Mientras el coche avanzaba hacia la imponente mansión, Luna no dejaba de preguntarse qué era tan importante como para que Cassio se empeñara en asistir, herido y todo. Al llegar, fueron recibidos por el propio Eros, quien los condujo al interior con esa elegancia natural que siempre lo caracterizaba.En el salón principal, una figura femenina los esperaba.―Luna, permíteme presentarte a Lucy ―dijo Eros con una sonrisa―. Mi esposa.Luna se quedó helada, incapaz de ocultar su sorpresa. La mujer frente a ella le resultaba extrañ
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