Capítulo 47 —Puedo ofrecerte placerNarrador:Después de su segundo encuentro, Franco se quedó sobre ella unos instantes más, su respiración aún agitada contra su piel. Su cuerpo cubría el de Lorena como un escudo, ambos pegados, sudorosos, con el eco de su placer aún latiendo en el aire.Con un movimiento perezoso, Franco se dejó caer a su lado, sin dejar de tocarla. Su mano trazó lentamente la curva de su espalda, mientras su otra mano descansaba sobre su propia frente, intentando recuperar la compostura.Lorena, aún boca abajo, con la mejilla pegada a la almohada y los labios entreabiertos, cerró los ojos. Su cuerpo aún temblaba en pequeñas oleadas de placer residual.Franco la observó en silencio, su pecho subiendo y bajando de forma más controlada ahora.—¿Estás bien? —preguntó con voz ronca, deslizando los dedos por su cabello.Lorena asintió sin abrir los ojos.—No puedo moverme… —murmuró, con una sonrisa perezosa.Franco dejó escapar una carcajada baja, esa risa masculina y sat
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