Alicia no pudo acercarse más a Aiden, con el bisturí, antes de que este se despertara de golpe y con un movimiento rápido tomara con fuerza su muñeca. Con una fuerza superior a la de ella, no solo logró desarmarla, sino que llevó su brazo hacia su espalda. Cargándola de una forma ágil, la llevó nuevamente a la cama y con su cuerpo mucho más grande y pesado que el de ella, hizo que se quedara presa debajo de él. Era tan pesado que Alicia tuvo que dejar de forcejear, así el aire no le faltara tanto. —Sí, vas a atacar a alguien, más fuerte que tú, asegúrate que sea por la espalda—respondió a centímetros de su rostro. Alicia, segura de no poder contra él, intentó relajarse un poco para no provocarlo. No obstante, por un momento, vio oscurecer aquellos ojos tan hermosos y al instante ver cómo Aiden subía sus dos manos encima de su cabeza, agarrando con la mano derecha de este las muñecas. —¡Suéltame!—dijo al borde del llanto—¡¿Qué han hecho con mi hija?! —¡Ah!—suspiró cansado—no s
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