Una mirada lasciva se posó directo sobre Ana. Reconocía al que hablaba, era Alejandro Ruiz, uno de los mejores amigos de Mateo. Aunque había olvidado aquel incidente, al mencionarlo todo volvió a su memoria con claridad: Alejandro siempre había tenido intenciones impropias hacia ella, pero por respeto a Mateo, las había mantenido ocultas.La única vez que reveló sus verdaderas intenciones fue durante una gala benéfica a la que Mateo asistió con Isabella. Alejandro le había sugerido que, ya que Mateo había cambiado de parecer, ella debería buscar a alguien más. Le dijo que, aunque tenía prometida, no le importaría tener una amante. Ana lo rechazó tajantemente, y desde entonces su relación se volvió hostil.—¿Mateo sabe lo que me estás diciendo? —preguntó Ana, manteniendo la calma mientras evaluaba con rapidez sus opciones de escape. Había tres hombres en el reservado; si Lucía no estuviera ebria, quizás tendrían una oportunidad, pero en su estado actual, protegerla sería realmente una c
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