Paula sonrió con malicia, sintiendo que la mitad de su frustración anterior se había disipado instantáneamente.—¡Se lo merece!Ahora ya no podrían irse a un hotel, ¿verdad?Selina estaba sin palabras. Sabía que Paula tenía un carácter arrogante e impulsivo, pero jamás imaginó que pudiera ser tan mezquina.Se colocó los auriculares.—Tengo cosas que hacer, así que me voy. Paula, no me llames para este tipo de situaciones otra vez.¡Era completamente Paula creando problemas sin razón! Selina se sentía incómoda solo de estar allí.Paula la miró.—Selina, ¿no vienes conmigo a ver qué pasa?Selina, con las manos en los bolsillos, le dejó ver solo su elegante figura alejándose.—No, estoy ocupada.Había pensado que Paula había sido agredida, pero ¿esto era todo?Paula hizo un mohín de disgusto, murmurando "qué presumida" mientras paraba un taxi para dirigirse a la comisaría.En la comisaría, Ana miró al oficial Manuel, cuyo rostro mostraba una expresión complicada, y lo saludó con calma.—O
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