— No puedes ser un problema para tu padre, ningún hijo lo es. — Responde ella mentalizándose que no solo se lo dice a la joven niña sino también a sus hijos.— Mi caso es diferente, tengo años enferma y nadie sabe lo que tengo en realidad, desde muy pequeña me han hecho estudios y veo a mi papá sufrir, por no poder evitar mis dolores y sufrimiento, no sirve de nada que me esfuerce por ser buena niña si mi papá no lo puede disfrutar.Luciana veía el sufrimiento en cada una de las palabras de la niña, y hasta cierto punto creía entenderla, eso era lo que sentía cuando ninguno de sus intentos de joven por hacer que su madre la amara funcionaba, siempre era una molestia para Luisa su cariño o su atención.— ¿Y que tiene tu papi? — Preguntó la niña.— No despierta, está siempre dormido. — Respondió Luciana.— A lo mejor estaba muy cansado, yo a veces me siento así, muy… muy cansada pero tengo que despertar, si ya no despierto mi papi no tendría que trabajar tanto y podría conseguir otra hij
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