Jacob mientras más escuchaba, sentía más necesidad de protegerla y no podía entender como pudo soportar tanta crueldad desde que era tan joven. —Lo siento mucho Aitana, si ya no quieres contarme nada más, no hay problema, podemos dejar esta conversación hasta aquí. — Suspiró Jacob tomando la mano de ella para intentar darle un poco de consuelo y Aitana se sorprendió al sentir su toque, pero no apartó su mano. —Gracias, pero quiero terminar de contarte. — Afirmó ella, le dolía hablar de este pasado, pero ahora que lo estaba haciendo, sentía que tal vez le haría bien, porque nunca había tenido a nadie para contarle estás cosas, todo este tiempo había tenido que guardarlo para si misma. — Después de la muerte de ellos mi tío me tuvo encerrada sin que nadie fuera del palacio me viera y entonces también me ordenó tomar labores de criada, pero hace unos años, Dominic atacó la manada y mi tío se escondió, pero le pidió a su beta hacer un acuerdo de paz y en este acuerdo me ofreció a mí
Leer más