Todos los capítulos de Una madre para la hija del CEO resucitado: Capítulo 81 - Capítulo 88
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C81: Que te convertirás en su madre.
Marfil asintió, aceptando las disculpas de Vanya, aunque su postura aún estaba algo distante. Pero Vanya, con su usual facilidad para cambiar de tema, continuó.—Además, no es necesario que me sigas tratando de usted —dijo con confianza—. No hace falta tanta formalidad. Ni siquiera soy tan mayor, solo tengo 20 años. ¿Tú cuántos años tienes?Marfil la miró sorprendida por la manera en que cambió el rumbo de la conversación.—Tengo 18, pero pronto tendré 19 —expuso.Vanya esbozó una leve sonrisa, con una chispa de interés en los ojos.—Ah, entonces estás terminando la preparatoria —comentó con tono curioso—. ¿Y qué vas a hacer después?—Así es —respondió Marfil—. Ya la he terminado de hecho. El próximo año empezaré la universidad.—Yo ya voy a la universidad, estoy estudiando Contaduría —agregó—. Tal vez vayamos a la misma, ahora que vivimos en la misma mansión. Me agradaría tenerte en el mismo campus.—¿Para burlarte de mí con tus amigas ricas? —estableció, arqueando una ceja. Marfil e
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C82: Los tres somos un equipo.
Kisa lo miró fijamente, tratando de asimilar sus palabras. De alguna manera, no terminaba de comprender cómo Coral pudo haber estado al tanto de todo ese plan y, sin embargo, nunca le había dado ni la más mínima pista. Le costaba un poco creerlo, pero a la vez, un pequeño sentimiento de alivio comenzó a apoderarse de ella. Al menos sabía que Coral estaba contenta con la decisión, aunque la forma en que se había manejado todo la dejaba un tanto confundida.—Es... es un poco extraño, ¿cómo es que Coral ya sabía de todo esto y nunca me insinuó nada? Es una niña bastante inteligente —dijo Kisa, mientras procesaba la información que Royal le había dado. Él, por su parte, se encogió de hombros ligeramente, como si no le sorprendiera en lo más mínimo—. Bueno, parece que todos estaban un paso por delante de mí —respondió Kisa, con una ligera risa nerviosa, tratando de aliviar la incomodidad que sentía.Royal soltó una risa suave y asintió, admirando la serenidad con la que Kisa tomaba la situ
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C83: ¿Qué es lo que pasa por tu cabeza?
Cierta noche, en uno de los salones más prestigiosos de la ciudad, se celebraba un evento exclusivo que reunía a las figuras más influyentes de la alta sociedad. El lugar estaba repleto de empresarios, magnates y personas de renombre, todos vestidos con trajes y vestidos de gala que irradiaban lujo y elegancia. Las conversaciones fluían con naturalidad, mientras se degustaban exquisitos aperitivos y se brindaba con champán.Regina, una de las mujeres más respetadas y admiradas de la alta sociedad, se encontraba en el centro de la atención. Vestida con un deslumbrante traje de noche, hablaba animadamente con otros invitados. A su lado estaba Vanya, su hija menor, una joven que, a pesar de su juventud, ya comenzaba a destacar por su elegancia y porte. Madre e hija formaban una imagen imponente, conversando con otros empresarios y líderes sociales.Mientras Regina intercambiaba sonrisas y cumplidos, no podía evitar notar la ausencia de su hijo, Royal. Aunque él raramente asistía a estos
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C84: Quiero presentarles a alguien.
Regina no podía apartar su mirada de Royal y Kisa mientras la noche avanzaba. La incomodidad seguía creciendo en su interior y su mente no dejaba de repetir la misma pregunta: ¿qué estaba haciendo su hijo? La indignación que sentía era cada vez más difícil de ocultar y la idea de que Kisa estuviera en un evento de tal magnitud no dejaba de atormentarla.En un momento dado, Regina notó que Royal comenzaba a dirigirse hacia una pequeña plataforma elevada, una especie de podio con unos pocos escalones diseñados para llamar la atención de todos los presentes. Su corazón comenzó a latir con más fuerza, sintiendo que algo importante estaba por suceder.Royal se posicionó en el centro, con una expresión determinada pero serena, y empezó a hablar.—Buenas noches a todos —dijo, en un tono fuerte pero elegante, el cual retumbó en el salón—. Sé que mi presencia aquí puede haber sido una sorpresa para muchos de ustedes. Sin embargo, estoy aquí por un motivo muy importante.Regina sintió cómo su c
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C85: Eres una igualada.
Regina observó a su hija Vanya, buscando respuestas en sus ojos. Ambas estaban igual de desconcertadas por lo que acababan de presenciar. Regina, con un gesto casi imperceptible, le indicó a Vanya que se acercara, a lo que ella obedeció rápidamente, aún con el asombro dibujado en su rostro.—¿Tú sabías algo de esto? —preguntó Regina. —No, mamá, yo no sabía nada. Estoy igual de sorprendida que tú —respondió Vanya, sacudiendo la cabeza mientras miraba a su madre con confusión. Regina permaneció callada, incapaz de procesar completamente lo que acababa de suceder. La revelación de Royal había dejado a todos en estado de shock, pero a ella le había golpeado especialmente duro. Mientras trataba de recuperar su estabilidad, Royal continuó con su breve discurso.—Solo he venido para presentar a mi esposa —declaró con serenidad, mirando a la multitud—. Ahora me retiraré. Espero que pasen una buena velada.No era del agrado de Royal asistir a esos eventos, así que no tenía planeado quedars
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C86: ¿Qué clase de relación tienen ustedes dos?
Kisa, todavía sobándose la mejilla adolorida, levantó la mirada y se encontró con la de Regina. Su expresión era serena pero decidida y en su voz no había rastro de temor.—Las cosas no sucedieron como usted se imagina, señora Regina —articuló, con la frente en alto—. En otras circunstancias, me esforzaría por agradarle, porque es mi suegra. Pero sé que haga lo que haga, usted nunca me verá con otros ojos.Regina la miró con detenimiento, buscando algún indicio de debilidad en Kisa, pero solo encontró determinación. —Jamás aprobaré este matrimonio —declaró la señora—. Para mí, esto no tiene validez. Y no me llames suegra, porque me causa repugnancia cuando lo dices. Jamás te veré como mi nuera, ni como la señora de esta casa. No tienes ningún derecho aquí, y espero que te vayas dando cuenta de eso o tendremos muchos problemas tú y yo.A pesar de la dureza y la inflexibilidad de Regina, Kisa no retrocedió ni agachó la cabeza.—Mire, señora, yo no tengo ninguna intención de pelearme co
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C87: Te aseguro que te arrepentirás.
Regina entrecerró los ojos, mirándolo con recelo. No estaba del todo convencida de que esa respuesta fuese verdad, pero decidió hacer ese asunto a un lado y hablar de otro tema que le resultaba más importante.—Dime, Royal, ¿te casaste bajo el régimen de separación de bienes? ¿O acaso fuiste tan ingenuo como para no proteger tu patrimonio antes de unir tu vida a la de esa mujer? No me sorprendería en lo más mínimo que ella haya intentado manipularte para que todo lo que has construido termine en sus manos. Así que, necesito saber si, al menos en eso, fuiste lo suficientemente sensato y no cediste a sus caprichos.Royal frunció el ceño, descolocado por la pregunta de su madre.—No, madre, no lo hice. No me casé bajo el régimen de separación de bienes —expuso.Regina se quedó estupefacta ante tal revelación, siendo incapaz de dar crédito a lo que acababa de oír. Su rostro mostró preocupación, tratando de entender cómo era posible que su hijo no se diera cuenta de la magnitud de lo que e
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C88: Sé que no puedes hacer milagros.
Kisa dudó por un momento, en lo que su mente empezó a tratar de deducir los posibles motivos para esa conversación. Pero finalmente asintió, sabiendo que, si le pedía que hablaran en privado, definitivamente se trataba de un tema serio.«¿Pero porqué en su habitación?», pensó, pues podían haber ido a la biblioteca.Sin decir más, siguió a Royal hacia su cuarto, en lo que su curiosidad iba creciendo a medida que subía por los escalones, hasta que cruzó el umbral de la puerta de Royal, preguntándose qué era lo que él consideraba tan importante como para necesitar discutirlo en la privacidad de su habitación.Al entrar, Royal cerró la puerta detrás de ellos, creando un ambiente más íntimo y privado. Se volvió hacia Kisa con el semblante rígido, claramente decidido a abordar un tema importante.—Kisa —comenzó—. Tienes que recordar que ahora somos marido y mujer. Por lo tanto, no deberías tratarme con tanta formalidad. No me hables de usted, por favor. Quiero que empieces a tutearme.Kisa,
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