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Todos los capítulos de Una lágrima : Capítulo 41 - Capítulo 50
51 chapters
Capítulo:41 Reconstrucción de sentimientos.
—Vamos a casa —sugirió, llevando entrelazadas sus manos como si temiese que al soltarla pudieran perder algo más que la cercanía física. Fascinada por el calor de su palma, ella lo siguió con una mezcla de inquietud y emoción. Al llegar a la mansión, Dante se despidió con una mirada que le prometía que no pasaría mucho tiempo antes de que volvieran a verse. Allison respiró hondo, pausando un segundo antes de enfrentarse a Rocío, consciente de que no quería más interrogatorios sobre lo ocurrido durante esos días con Dante. Sin embargo, fue una sorpresa el no encontrarse a Rocío en la puerta, lista para bombardearla de preguntas. Allison dejó escapar un suspiro de alivio que duró poco, porque Rocío apareció de repente, lanzándose sobre ella con un abrazo lleno de energía. —¡Allison, te extrañé mucho! ¿Dónde estabas, mujer? —exclamó, llena de curiosidad. Allison apenas logró esbozar una sonrisa antes de que Rocío, con un tono más serio, añadiera —. Espera, primero ve y cámbiate. Despu
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Capítulo:42 Agradeciendo.
Dante, con la mirada fija en el suelo, absorbía las palabras de Lucrezia. Su corazón estaba dividido entre la culpa y el enojo. —Pero si no fuera por mi trabajo, quizás hubiera hecho algo para impedirlo. Él me pidió ayuda para que lo salvara, pero cuando llegué, ya era demasiado tarde. Solo encontré su cadáver y la sangre esparcida por todo el lugar. Fue una de las peores escenas que tuve que ver, y pensar en eso me hace querer ahogarme —confesó Dante, su voz teñida de un dolor latente que no lo dejaba en paz. Desde aquel día, las lágrimas se negaron a brotar de sus ojos; el profundo pesar había sellado cualquier muestra de vulnerabilidad en su rostro. Y cuando Elaisa apareció en su vida, parecía que la oscuridad comenzaba a despejarse. Elaisa, con su sonrisa luminosa y su cálida compañía, fue un asidero en su tempestad interna, un rayo de esperanza que se coló en su triste y vacía existencia. Sin embargo, las sombras regresaron cuando descubrió el engaño. Elaisa, aquella mujer
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Capítulo:43 Cambios para mejor.
—Tienes razón, Dante, pero por lo que he leído esto es en unas semanas. Todavía tienes tiempo para decidir qué hacer —luego de pronunciar estas palabras, salió de la oficina, dejándolo en una ansiedad sostenida. Dante retomó la invitación y el nombre de Benicio Dayle le llamó poderosamente la atención. Era el hijo menor de su socio, un joven del que poco conocía y cuya misteriosa invitación había caído como un inesperado rayo. Guardó el sobre en el bolsillo de su saco, intentando regresar a sus tareas. Sin embargo, su mente se escapaba continuamente hacia pensamientos más dulces, hacia Allison. Allison, con su mirada dulce e inocente, tenía el poder de desarmar cualquier barrera que Dante levantara en su vida. No poseía un cuerpo escultural que pudiera impresionar a todos, pero su esencia y su forma de ser eran tesoros invaluables para él, mucho más apreciados que todas las riquezas acumuladas con esfuerzo metódico. Mientras revisaba las planillas, Dante se veía invadido por el
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Capítulo:44 Como un Zafiro.
Mientras tanto, Benicio caminaba de un lado a otro en la oficina, con el rostro tenso y una energía contenida que llenaba el espacio. Sus pasos eran calculados, como si cada uno de ellos formara parte de una estrategia secreta que solo él conocía. Braulio, su fiel y leal subordinado, acababa de entrar, trayendo las noticias que Benicio había estado esperando con tanto fervor.—¿Ya has entregado la invitación? —preguntó Benicio con un tono tan frío como la brisa de un amanecer invernal. Sus ojos grises, apagados de emociones, observaban detenidamente a Braulio.—Sí, señor. Dayle ya ha sido entregada a Dante Parker —respondió Braulio con seriedad, manteniendo su compostura ante la helada mirada de Benicio. Este asintió, y una ligera sonrisa se dibujó en sus labios, una que reflejaba satisfacción y cierta ilusión oscura. Tenía un plan, y la entrega de aquella invitación era solo el primer paso de muchos más por venir.Benicio tenía un deseo casi palpable, una obsesión que lo consumía cad
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Capítulo:45 Juegos acústicos.
—Uno, dos, tres —la joven abrió los ojos y se encontró con la mirada de Dante, de pie frente a ella, su pecho desnudo brillando con las gotas de agua que escurrían sobre su piel. Apenas una toalla adornaba su cintura. Allison, algo aturdida, suspiró profundamente y se quitó el abrigo empapado, buscando una toalla para secarse, pero no la encontró. Había algo en la sonrisa de Dante, una chispa de malicia que escondía intenciones ocultas no dispuestas a ser reveladas. —¿Dante, no hay más toallas aquí? —preguntó sorprendida, pero él simplemente negó con la cabeza, su sonrisa extendiéndose con picardía. —Creo que no. Parece que tendrás que secarte con la misma toalla después de que la use yo primero —respondió mientras ella tragaba saliva, nerviosa. Sabía que el próximo paso sería incómodo, una prueba de valentía que afrontar sin escapatoria. Allison comenzó a despojarse de su ropa lentamente. Cada botón era un acto deliberado de rebeldía hacia la situación, pero se detuvo al notar la
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Capítulo:46 Momento compartido.
—Dante, creo que ya es suficiente —dijo entrecortadamente, con las mejillas de un rojo intenso. Dante frunció el ceño, preocupado al notar su cara enrojecida. detuvo el columpio y Allison sintió tranquilidad. —Espera un segundo, tu cara... —señaló con inquietud.—Si preguntas por qué estoy roja, es normal. Siempre me sucede —afirmó Allison, algo apenada. Dante se acercó, sintiéndose protector, y la envolvió en un delicado abrazo desde atrás. Allison, aún sentada, sintió el calor de las manos de él —. Estoy bien, no te preocupes. Me pasa cuando estoy emocionada o cansada después de hacer alguna actividad física. —¿Hay algún otro secreto que no sepa de ti? —preguntó Dante, curioso por conocer más sobre ella.—En realidad, sí hay más. Soy alérgica a las fresas y también a las flores silvestres. Mi padre siempre cuidó de mí cuando vivíamos en la mansión. Agradezco que aquí no tengamos aquellas flores y solo haya rosas y tulipanes —le confesó con una sonrisa ligera. Dante asimiló esta in
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Capítulo:47 No hay barreras.
—Señor Parker, qué grato es verlo hoy aquí. Pensé que era su día libre —indicó la mujer, pretendiendo que su comentario era casual, aunque su verdadera intención era descifrar quién era la mujer que Dante llevaba abrazada junto a él. Sin embargo, Dante le dirigió una mirada fría y continuó su camino sin molestarse en responder a lo que consideraba una pregunta sin sentido. Desconcertada pero no disuadida, Kerrie observó su movimiento con atención y se dirigió a paso firme hasta donde se encontraba Nathaniel, aún dentro de la oficina. Se acercó a él, decidida a resolver el enigma que la inquietaba, preguntó con una expresión de evidente desagrado: —Nathaniel, ¿quién es esa chica con la que estaba Dante? —su voz sonó insistente. Nathaniel levantó la cabeza rápidamente al escucharla, sus ojos reflejando sorpresa y algo de molestia. Con voz severa, le respondió: —¿Por qué haces preguntas que no te corresponde, Kerrie? —tronó Nathaniel, su voz retumbando en las paredes—. ¿Acaso lo que s
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Capítulo:48 Enfrentando dilemas.
Después de haber recorrido el mar durante horas, Dante y Allison regresaron a casa. Era una noche tranquila, y el sonido relajante de las olas aún resonaba en sus oídos. Al llegar, Dante sintió una inquietud inexplicable y fue directo a su oficina. Quería revisar algo antes de reunirse con Allison. Con cuidado, retiró algunas cajas polvorientas en busca de antiguos recuerdos.Ahí estaban, dos retratos que había guardado durante años. Uno con su hermano, cargado de memorias felices y compartidas. El otro, sorprendentemente, con Elaisa, una mujer que apenas recordaba. ¿Por qué conservaba esa fotografía? La pregunta le vino a la mente, pero no le dio mayor importancia. Decidió tirar aquella imagen de Elaisa; no tenía cabida en su presente, lleno de nuevas ilusiones. En su lugar, colocó una foto con Allison, un reflejo de su realidad actual y del futuro que deseaba construir.Satisfecho con el cambio, cerró el portarretratos y salió rumbo al dormitorio. Allison ya estaba durmiendo, su res
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Capítulo:49 Amigos.
Mientras tanto en la universidad, el día continuaba su marcha habitual. Allison, quien había tenido que lidiar con una serie de problemas personales recientemente, se encontraba en el proceso de ponerse al día con sus clases. La universidad, un lugar que había sido su refugio en muchos momentos de su vida, la recibía una vez más, y aunque no era extraño para ella, cada vez que regresaba después de una ausencia, sentía que necesitaba readaptarse. Sus amigas, al tanto de lo ocurrido con sus padres, habían estado muy comprensivas y solidarias. Allison apreciaba eso más de lo que podía expresar con palabras. A pesar de la tristeza que la acompañaba, sus compañeras consiguieron aliviar un poco su carga emocional. Durante uno de los recreos, Allison se dirigía al baño, sumida en sus pensamientos, cuando un inesperado encuentro la sacó de su ensimismamiento. Sin darse cuenta, chocó con un chico que llevaba una pila de libros, los cuales cayeron al suelo junto con ellos. Antes de poder proc
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Capítulo:50 Tratando de ser consciente.
Dante estaba a punto de alcanzar la puerta principal de la oficina cuando sintió la mano de Kerrie sujetar suavemente su brazo, deteniéndolo en su intento de salir temprano para disfrutar de una tarde libre. El brillo en los ojos de Kerrie sugería una mezcla de curiosidad e insistencia que hicieron que Dante suspirara, anticipando una conversación que preferiría evitar. —Dante, ¿ya te vas? —preguntó Kerrie, escudriñando con sus ojos buscando alguna respuesta contenida en el rostro del hombre. Dante, visiblemente exasperado, respondió con una ligera brusquedad, intentando ocultar su deseo de dejar atrás el ambiente de trabajo por unas horas. —La respuesta es obvia, Kerrie, ¿no lo crees? —su paciencia estaba al límite, y la pregunta le parecía tan absurda como innecesaria. Kerrie bajó la mirada, dudosamente consciente de haber cruzado un límite no explícito. —Tienes razón, discúlpame —dijó, mientras daba un paso atrás, dispuesta a retirarse. Sin embargo, algo en la situación le hiz
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