Todos los capítulos de La Venganza de la Esposa Renacida. : Capítulo 11 - Capítulo 16
16 chapters
Cap. 11: La voy a sacar de este lugar.
Ángelo llegó al hospital psiquiátrico con una inquietud que no podía ignorar. Al acercarse a la recepción, su corazón latía con una mezcla de culpa y ansiedad que trataba de ocultar bajo una apariencia firme.—Quiero ver a Renata Moretti —dijo con voz autoritaria, mirando al recepcionista con seriedad.El empleado lo observó con incomodidad, bajando la vista al registro, y luego negó con la cabeza.—Lo siento, señor Bellucci. La señora Moretti tuvo una crisis recientemente y está en la enfermería. No está en condiciones de recibir visitas.Ángelo frunció el ceño, sabía cómo se manejaban las cosas en esos lugares.—Te pagaré bien. —Sacó varios billetes.El encargado agarró el dinero y guio a Ángelo a la enfermería.Ángelo entró en la enfermería, el corazón palpitándole con fuerza mientras se acercaba a la cama donde Renata yacía dormida. La imagen de la mujer que una vez había sido su esposa se desmoronaba ante él, transformándose en algo que no lograba reconocer. La Renata que recordab
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Cap. 12: ¡El hospital psiquiátrico se ha quemado!
Aturdida, Renata levantó la vista y, entre el humo y las luces de emergencia, reconoció el rostro familiar de Doménico. Él la miró con urgencia, sin perder tiempo en explicaciones.—Renata, confía en mí —le susurró al oído mientras la guiaba hacia la salida—. Vamos, rápido.Doménico había vuelto al hospital a buscar un expediente que había olvidado en su oficina y, al ver el incendio y el caos, algo lo impulsó a buscarla instintivamente. Encontrarla tambaleándose, vulnerable y perdida, había sido una suerte inesperada. Sin detenerse, la envolvió con su brazo y la sacó rápidamente por una puerta lateral.Afuera, el aire frío de la noche golpeó sus rostros, y Doménico, asegurándose de que nadie los hubiera visto, llevó a Renata hasta su coche y la acomodó en el asiento trasero.—Estás a salvo —le dijo, sin soltar su mano y con un tono tranquilizador que pretendía calmarla—. No volverás a ese lugar.Renata, aún en estado de shock pero con lágrimas de gratitud en los ojos, lo miró en silen
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Cap. 13: ¡Hijo, no puedes detener la boda!
— ¡Se ha quemado el hospital psiquiátrico… el lugar donde está la señora Renata! —reiteró agitada—. Lo acaban de anunciar en las noticias… ¡Es terrible!Ángelo sintió que su corazón se detenía. Un golpe de frío recorrió su cuerpo al escuchar el nombre de Renata en esa situación. No necesitó escuchar más; el temor y la culpa que llevaba enterrados en su interior emergieron de golpe, y, sin pensarlo dos veces, dio un paso atrás, alejándose de Beatrice y de la ceremonia.—¡Hijo, no puedes detener la boda ahora! —gritó Vittoria, avanzando hacia él y tomándolo del brazo con desesperación—. No puedes cancelar esto… ¡Renata ya no es parte de tu vida!Beatrice, pálida y con una expresión de incredulidad, intentó aferrarse a él, buscando sus ojos con desesperación.—¡Debe ser una equivocación! Ángelo, quédate… tú y yo somos lo importante ahora! —suplicó, su voz temblando mientras lo sujetaba del brazo.Ángelo, con una expresión de determinación en el rostro, las miró con frialdad.—Voy a ver q
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Cap. 14: Culpa y remordimiento.
Cuando Ángelo llegó al hospital psiquiátrico, el humo aún flotaba en el aire, y el olor acre del incendio lo golpeó de inmediato, llenando sus pulmones y provocándole una punzada de inquietud en el pecho. Se quedó inmóvil por un segundo, observando el caos y la destrucción que el fuego había dejado a su paso. Una sensación de desesperación y arrepentimiento comenzó a invadirlo, como si un peso invisible oprimiera su pecho, haciéndolo consciente de algo oscuro, algo irremediable.Sin esperar un segundo más, salió del auto y se dirigió corriendo hacia la entrada. Buscó entre el personal a alguien que pudiera darle información sobre Renata, pero todos parecían demasiado ocupados y desbordados por la emergencia. Se acercó a una enfermera, pero cuando intentó preguntarle por Renata, ella le lanzó una mirada evasiva y le respondió con frialdad.—Lo siento, señor, no podemos dar informes en este momento.Ángelo apretó los dientes, sintiendo cómo la frustración y la ansiedad comenzaban a apode
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Cap. 15: ¡No habrá boda!
Un silencio abrumador llenó la habitación, y en ese instante, Ángelo comprendió la magnitud de sus errores. La imagen de Renata, con su risa, su dulzura, su fe en él, apareció en su mente como una tormenta, y sintió cómo el remordimiento lo destrozaba desde dentro.Había perdido a la mujer que, sin darse cuenta, se había convertido en lo más importante de su vida. Y ahora, solo le quedaba vivir con el vacío y la culpa.Marco observó a Ángelo y, con expresión endurecida, habló:—Le entregaremos los restos de Renata —dijo con frialdad—, una vez que se haga el levantamiento de lo que quedó de ella.Las palabras de Marco resonaron en la mente de Ángelo como una sentencia definitiva. "Los restos de Renata." Lo único que le quedaba de ella serían cenizas y fragmentos carbonizados, el triste recordatorio de lo que había perdido para siempre. Un dolor insoportable lo atravesó al comprender que jamás volvería a ver su rostro, ni a escuchar su voz, ni a sentir el suave toque de sus manos.Sinti
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Cap. 16: ¡Perdóname Dante!
Beatrice, al ver cómo Ángelo se retiraba con firmeza, sintió cómo sus sueños se derrumbaban. Su rostro se contorsionó en una expresión de desesperación, y sin poder contenerse, rompió en llanto. Buscó refugio en los brazos de su madre, sus sollozos llenando la sala.—¡Mamá, no puede ser! —sollozó, su voz temblorosa—. ¡Todo esto por esa mujer! Si no me caso con Ángelo, no tendré nada. Todo… todo se irá al demonio.Carla, intentando consolarla, acariciaba su espalda, susurrando palabras de ánimo, aunque en su propia mirada había una mezcla de preocupación y rabia.Pero fue Vittoria quien habló con voz firme, cortando el ambiente de angustia con una determinación que parecía irrompible.—Tranquilas, ambas —dijo, cruzándose de brazos—. Ángelo está reaccionando así por el impacto de la noticia. Pero todo esto pasará. Le daremos tiempo… y luego yo me encargaré de que esa boda se realice.Beatrice levantó el rostro, sus lágrimas aun cayendo, pero en sus ojos se encendía una chispa de esperan
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