Cariza.—Eres un deseo incontrolable— susurra besando mi cuello, su miembro roza mi entrada, mi cuerpo lo reclama con ansias, realmente estoy quedando loca, no sé si estaba con otra y yo.—No dejes que tu cabeza piense cosas que no son, eres la única— Oh Dios como si leyera mi mente, me está aclarando mis dudas, sólo soy yo.Su lengua lame mis labios, mi cuerpo tiembla bajo el suyo, su olor es embriagante, cada beso proporcionado por el me excita, lo amo como si lo amara desde siempre, sé que mi primer amor fue Max pero me he dado cuenta que el amor que le tengo a Arthur es más fuerte que cualquier cosa.—Estas deliciosa Esposa, tu eres perfecta no te comparo con nadie.Sonríe feliz por sus palabras, me encanta todo lo que me dice me enciende como una chimenea en fuego alto.Sus manos bajan hasta mi nalga y las azota, su forma de tener sexo es un tanto brusca pero eso ya no me importa, me estoy acostumbrando a lo rudo, ahora lo que quiero es que me penetre de una jodida vez.—¡Arthur!
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