Inicio / Romance / Soy Suya Señor Karl. / Capítulo 41 - Capítulo 44
Todos los capítulos de Soy Suya Señor Karl.: Capítulo 41 - Capítulo 44
44 chapters
41. Embarazada.
KarlRápidamente subí a la lancha que me llevaría al lugar donde esta el miserable de la Pantera, él había dicho que estaría en el altamar. Sabía que tenía trampas preparadas para mí, pero no iba a dejar que eso me detuviera. Le ordené a Mijael que tomara otra ruta con mis mejores hombres, mientras yo enfrentaría esto solo, tal como él lo había pedido. No iba a dejarme vencer, aunque muriera en el intento. Naira tenía que ser salvada, sin importar el precio.Por primera vez en mi vida deseaba no morir. Por primera vez, quería ser feliz. Rogué a Dios que me concediera el deseo de tener a Naira a mi lado, a salvo, sin consecuencias, sin peligro alguno. Y si me concedía ese milagro, le prometí que renunciaría a mi vida de crimen, dejaría de traficar drogas y dedicaría mi herencia a ayudar a los más necesitados. Nada me importaba más que ella. Naira era mi todo, con ella quiero formar una familia, nunca imaginé que una mujer me haría sentir como ella lo ha hecho. Ahora, lo único que deseo
Leer más
42. Una boda Maravillosa
Naira.Era el día más importante de mi vida. No solo era mi boda, también era mi cumpleaños, y lo más increíble de todo era que llevaba un bebé en mi vientre. Nunca imaginé que mi vida daría un giro tan radical en tan poco tiempo. Karl, había decidido dejar atrás su pasado oscuro. Cerró aquel almacén donde vendía productos ilícitos y le pidió a Mijael, su hombre de confianza, que se encargara de todo. Quería empezar una vida nueva, limpia, conmigo y nuestro hijo. Saber que había tomado esa decisión por nosotros me llenaba de esperanza. Su padre había fallecido hacía poco. Karl siempre había guardado rencor hacia él por los abusos y el daño que le hizo cuando era niño, pero su muerte pareció darle un cierre a ese capítulo de su vida. No hubo lágrimas, ni grandes despedidas; lo enterraron y ya. Aunque sentí algo de pesar por aquel hombre, no podía contradecir a Karl. Él decía que el pasado debía quedar enterrado junto con quienes lo protagonizaron. Aunque algunos lo consideren un monst
Leer más
43. Un final de cuentos.
Naira.Al llegar a la mansión, tuve un momento especial con mi madre. Nos abrazamos en silencio, ambas conscientes de lo mucho que había cambiado mi vida. Cleo también estuvo conmigo un rato antes de irse a dormir. Fue un instante íntimo y lleno de amor. Pero cuando Karl y yo estuvimos a solas, todo cambió. Mientras él desabotonaba mi vestido con delicadeza, sentí cómo mi piel se encendía bajo su tacto. Sus labios rozaban los míos con una intensidad que hacía que el mundo desapareciera. Cada caricia, cada susurro, nos acercaba más, hasta que no hubo nada entre nosotros, excepto el deseo de ser uno solo. Esa noche no solo compartimos nuestros cuerpos, sino también nuestras almas. Me sentí completamente suya, y él, completamente mío. Sus besos bajando por mis pechos, mientras sonreía coqueto, me hacía sentir única para él. Sentí sus labios bajar hasta mi centro y jugar con mi clítoris, chupando como si de un manjar se tratara. —Me encantas, mi canelilla, eres tan exquisita.— musi
Leer más
Epílogo
Karl.Durante años pensé que la vida no tenía nada bueno para mí. Mi infancia estuvo marcada por el maltrato, la humillación y el odio de mi propio padre, el hombre que, según yo creía, debería amarme por ser su único hijo. Pero lo único que recibí de él fueron golpes y desprecio. Un odio que no comprendía en su momento, pero con los años entendí que él solo era un hombre lleno de resentimiento, un ser que buscaba dominar a los más débiles, a los pobres, a los necesitados, incluso a mí, su hijo.Mi pecado, según él, fue haber nacido blanco mientras él era negro. ¿Qué culpa tenía yo de mi color? Él nunca lo aceptó. Durante años insistió en hacer pruebas de ADN, convencido de que no podía ser su hijo. Mi madre, cansada de su abuso, lo abandonó. Y el murió en el mismo lugar dónde una vez me tenía encerrado. No lloré su muerte. No sentí nada. Ni siquiera lástima, merecía más castigo de lo que la vida le cobro.Ahora, 15 años después, soy un hombre completamente diferente. Feliz. Estoy cas
Leer más
Escanea el código para leer en la APP