Todos los capítulos de EL CEO Y SUS TRILLIZOS Mami es chef: Capítulo 11 - Capítulo 20
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El compromiso del CEO
El CEO Ivanov se había presentado como dijo a la mansion Estrada, la mucama lo llevaba al despacho que era donde generalmente los señores de alto estatus recibían a sus visitas importantes, camino ahí, Amelia se cruzó a propósito con su prometido, no iba a dejar pasar una oportunidad como esta para asegurarse de que el casamiento se llevara a cabo, en el extranjero ella siempre presumía de ser la futura esposa de Sergey Ivanov, lo que la hacía ser envidiada por las demás señoritas casaderas de sociedad. Amelia Estrada era una joven caprichosa y arrogante que había nacido en cuna de oro y que estaba acostumbrada a siempre conseguir lo que quería, era bella si, su cabello negro, ojos verdes y atractivo cuerpo no hacían más que alimentar su desmedida vanidad. — ¡Oh, Sergey, ya estas aquí! mi padre te está esperando en el despacho, él se puso muy contento con que quisieras venir a hablar del matrimonio, sobre todo porque apenas acabamos de llegar al país - La mujer quiso tomar por e
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Ese hombre la esconde de mi
Amelia Estrada veía como todos sus planes de llegar a ser la señora Ivanov salían volando por la ventana, nunca se esperó que él CEO simplemente cancelara el compromiso así sin más, debía hacer algo y rápido. — Sergey, ¿He hecho algo mal para que quieras romper tu compromiso conmigo? Por favor si que es lo que te molesta de mí, puedo cambiarlo. — No es por tí, es por la razón de que no fui yo quien decidió este casamiento, no tengo contemplado casarme. — ¡Pero... tu abuelo dió su palabra, no puedes faltar de esta manera a su memoria, además no podrás encontrar mejor candidata a esposa que mi Amelia, es educada y ha estudiado en las mejores escuelas del mundo, ¡¿Qué le puede faltar para que te niegues a hacerla tu esposa? El señor Estrada estaba ya muy exaltado. — Sergey, nuestro matrimonio está ya pactado desde hace años, toda la sociedad élite en la que vivimos sabe que seremos esposos, si rompes el compromiso me dejarás hundida en la vergüenza y en la humillación social, n
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Tómame Sergey...
Apenas había amanecido, los chefs y las cocineras estaban de pie en la cocina observando como Isabella con muchas batallas intentaba cocinar el desayuno para la familia, ella batía huevos en un boul — Señorita Rossi, si su padre ve esto vamos a estar en problemas, pensará que estamos holgazaneando — Le decía el personal a la jóven embarazada tratando que los dejaran hacer su trabajo Pero Isabella parecía no escucharlos, cocinar era lo único que la hacía feliz cuando tenía malos días y en su tristeza le daba consuelo — ¿Pero que es lo que está pasando aquí? — Ismael aparecía en la cocina, el CEO estaba ya vestido en un elegante traje hecho a medida, tenía juntas a primera hora en la oficina — señor Rossi, la señorita Isabella ha insistido en cocinar el desayuno hoy aunque ya le hemos dicho que no está en condiciones, y que... para eso estamos nosotros — Me está quedando delicioso, ve al comedor a sentarte, yo iré con el desayuno en un momento — Isabella le dió una sonr
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Márchate, no siento deseo por ti
El momento no había podido ser más incómodo, Amelia semi desnuda frente a Sergey, dispuesta a todo para tenerlo a su lado, romper el compromiso no era una opción para la joven de sociedad, después de haberse encargado de que todos la supieran la futura esposa de la familia Ivanov, sería demasiado humillante que se enteraran que el CEO la había abandonado. — Sergey... mírame, soy una mujer hermosa, no me rechaces por favor, yo puedo hacerte feliz, ser la novia perfecta para tí, no podrás encontrar a una mujer que tenga mi estatus y este a tu nivel tan fácilmente, tu y yo estamos destinados desde hace años, solo... solo déjame demostrarte que yo soy la mujer indicada. El hombre tenía la mirada oscurecida, caminó hacia ella lentamente, Amelia pensó que había logrado despertar el deseo del frío hombre que lo habia hecho reaccionar a su divino cuerpo, más Sergey recogió el abrigo y se lo puso en las manos. — Vístete y márchate de mi oficina, no lo diré de nuevo — La aterradora voz
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El tiempo de nacer de los trillizos ha llegado
Los bebés nacieron en perfectas condiciones, estaban sanos y fuertes, no habían necesitado que los metieran a la incubadora, pronto estaban bañados y vestidos para ser llevados a la habitación privada que Isabella había reservado para ellos — Familia Rossi, los trillizos ya nacieron, por favor suban a la habitación doscientos siete del tercer piso, ellos serán llevados ahí por las enfermeras — Salió a avisar la trabajadora social — ¡Oh... los bebés ya nacieron, que felicidad! Pero...¿Dígame cómo está mi hija? ¿Ella está bien? — Isaías Rossi preguntaba por su princesa — Ella está bien, estará en observación por unas horas, eso es para asegurarse que todo marche bien, después será llevada a la habitación con sus hijos Pronto ya la familia estaba en el amplio cuarto privado, tenía un gran sofá para quien se quedara a cuidar de la paciente, una pequeña sala de estar y hasta una cocina integral, todo para que la estancia se sintiera cómoda y de primer nivel. — Buenas tardes, a
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Los exigentes bebés ivanov
El silencio del CEO dejó escuchar la música de fondo del bar, él lo pensó un poco antes de responderle a su amigo. — No lo sé, nunca contemplé un matrimonio, más sin embargo a ella... ¿la amo? Lo que sé es que es la unica mujer que quiero que esté a mi lado — Sergey se estaba dando cuenta de cuanta falta le hacía Isabella, que no era que solo disfrutaba su comida, si no también su compañía. Un par de días después del nacimiento de los trillizos, habían dado de alta a la madre y los bebés, Isabella todavía no podía moverse mucho, caminaba con cuidado y solo lo hizo para llegar a la mansión Rossi Esta era la primera vez que todos se daban cuenta de lo difícil que era cuidar de tres bebés a la misma vez, una limusina los había recogido en el hospital, los bebés venían en brazos de su abuela, su abuelo y su tío, ya Isabella tenía suficiente con poner su mano sobre su herida tratando de que no le doliera demasiado en el trayecto. La recién madre se detuvo al pie de las escaleras
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Una propuesta de matrimonio
En la oficina de Ismael, el hombre había recibido un mensaje, uno de sus socios pedía verlo en su mansión para concluir la firma de un proyecto juntos, al CEO no le pareció extraño, decidió acudir a la Villa, era realmente una joya de arquitectura. El hombre tocó el timbre, más grande fue su sorpresa al ver que abría la puerta una hermosa joven de cabellos largos y rojizos, ella tenía unos bellos ojos verde musgo, el empresario no había visto nada igual. — Buenos días, busco al señor Robert Smith, soy el CEO mi nombre es Ismael Rossi. Fue imposible que no cruzaran miradas, los segundos se volvieron largos y silenciosos. — ¿Busca a mi padre? El está en su despacho, seguro que ya lo está esperando — La jóven desvío la mirada y se dispuso a seguro su camino, Ismael la observaba marcharse en un coche no muy costoso, se podia decir que era común y no coincidía con el nivel de su futuro socio. — Carajo, no me dió su nombre... — El hombre siguió su camino pero como si señoritas bellas
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No puede vivir sin su prometida
Isabella seguía esperando la respuesta de su hermano, ella quería verlo feliz, enamorado, pero al parecer los hombres poderosos y de negocios, no tenían tiempo para el amor, de verdad esperaba que encontrara una chica que lo hiciera feliz El hombre dió media vuelta para ir a su habitación, la joven madre solo pudo escuchar una frase — Creo que... si Isabella dió un pequeño grito de emoción — ¡Escuchaste Alexander, el tío puede que se nos case, ya quiero saber quién será la afortunada que se llevará ese gran partido, Ismael es un hombre extraordinario! — La madre conversaba con el niño mientras este comía y la miraba con esos ojitos tan iguales a los de su padre En la ducha Ismael no dejaba de pensar en la mañana de hoy, por un lado estaba la bella y sensual Grace, ella había dejado ver un interés en él, además le había hecho un par de cumplidos, ¿Pero... era ella la mujer que podría darle lo que buscaba? Por otro lado estaba esa chica de cabellos rojizos, su verde mirada,
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El compromiso está roto
Apenas Isabella pudo dejar la cama, ella se inscribió en la escuela para ser un chef profesional, al principio fue difícil combinar la maternidad con los estudios, apenas salía de clases volaba para la mansión Rossi a ver a sus hijos. — Isabella, está tarta te ha quedado deliciosa, estoy seguro que vas a graduarte con honores. — Gracias chef Montgomery, esto es gracias a lo que usted me ha enseñado — La joven Rossi sonrió, la ponía muy feliz saber que estaba haciendo las cosas bien, ella aprendía cada vez más y más, su maestro el apuesto ojiverde Francés, era su modelo a seguir. Al terminar la clase todos recogieron su recetario y salieron de su amplio salón, había de todo en ese lugar para cocinar, hornos, estufas, máquinas para hacer helados, freidoras y demás, era una prestigiosa escuela reconocida a nivel mundial la Le Cordon Bleu Academy. — (Te quedó deliciosa esa tarta Isabella....) Si al chef Montgomery le das una tarta envenenada es capaz de decir que es la mejor — P
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Recordando a Isabella y sus trillizos
— Con mi prometido por supuesto — Amelia sabía que todos los ojos de la alta sociedad estaban puestos en ella, todos ellos seguían pensando que su compromiso con la familia Ivanov seguía en pié, así que tenía que pedir la ayuda de su ex prometido. La mujer recorrió el salón hasta quedar justo frente al empresario ruso, a quien no había visto desde aquel bochornoso momento, ese en donde la echó prácticamente desnuda de su oficina. — Señorita Estrada, que sorpresa verla por aquí — Adrián De Luca saludó por cortesía, parecía que su amigo no tenía intenciones de hablar con ella. — Recibí la invitación al igual que ustedes así que pase a saludar, Sergey, ¿Por qué estás tan serio? Oye, necesito hablarte un momento... A solas. — Lo que quieras decirme puedes decirlo delante de Adrián, mi amigo es de mi absoluta confianza. Amelia se puso roja de la vergüenza y de la rabia, pero no podía darse el lujo de hacer una escena en ese momento. — Está bien, quiero pedirte que hagamos de
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