Fue uno de los mejores fines de semana de la historia. Brandon fingió no saber si irse o quedarse, así que tuve que hacer el sacrificio de convencerlo para que se quedara hasta el lunes.Mientras los vidrieros tomaban la mansión por asalto para reparar todas las ventanas dañadas, nosotros nos fuimos con Isaac y Trisha a comer a Worcester. Allí, Brandon finalmente les habló del proyecto de las corrientes telúricas y le preguntó a Trisha si le molestaría que él le robara el proyecto de las entrevistas. El maldito, como si ella fuera a negarse después de semejante oferta laboral.Isaac la codeó alegremente. —¿Lista para irnos de viaje, muchacha?Esos dos eran algo especial. Se habían entendido en octubre, y durante la última semana en la mansión, su vínculo se había hecho aún más fuerte. Tenían una química muy especial, carente por completo de tensión sexual, que prometía convertirse en una amistad sólida a pesar de la diferencia de edad. Eran los cómplices perfect
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