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Todos los capítulos de Cazador: Capítulo 101 - Capítulo 110
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El lugar donde se realizaría la boda quedaba en Topanga Canyon, en Santa Mónica, a una hora de Los Feliz cuando se alineaban las estrellas. Así que salimos a las ocho treinta de la mañana, rezando para que los dioses del tránsito nos permitieran llegar antes de las once. Tuvimos suerte y llegamos a las diez.El lugar era increíble. Alcancé a ver la plataforma de madera elevada en forma de anfiteatro, rodeada de árboles, donde tendría lugar la ceremonia. Y hasta tuve un vistazo del prado donde se haría la fiesta, sombreado por larguísimas tiras de tela blanca.Pero una chica, con una credencial al pecho que decía Fay, apareció corriendo, le dirigió una sonrisa fugaz a Brandon, y me secuestró. Jamás llegué a ver dónde se cambiarían los hombres, porque Fay me llevó al edificio principal. En el segundo piso, el amplio salón de fiestas había sido convertido en un vestuario, con todos los percheros de los vestidos, cambiadores y largas mesas con espejos y luces, par
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Demasiado Bueno para Durar
No fue el fin de semana tranquilo que yo esperaba. El equipo de Líneas Ley tenía todo listo para partir el martes por la mañana, y los Cazadores dejarían la ciudad antes del fin de semana. Así que Brandon quería asegurarse de que todo estaba listo, hasta el último detalle, para los tres proyectos. Él y yo viajaríamos con Isaac y Trisha por dos o tres semanas. Entonces regresaríamos a Casa Blotter, donde Brandon tenía que terminar de acondicionar la casa de huéspedes, para comenzar a filmar las entrevistas a fines de junio y durante todo el mes de julio.El sábado, me hice cargo de la cocina para ayudar a Guadalupe. Cuando Brandon me encontró con el delantal puesto, sentada con la laptop en la isla, de guardia para lavar lo que ensuciaran, no me dijo una palabra.—Escuchen, muchachos —lo oí decir cuando volvió a su oficina—. El otro dí
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Luces y Sombras
—¿Qué fue todo eso? —preguntó Harry, acelerando su Audi como si fuera un F1.Yo buscaba un vuelo nocturno a Filadelfia y tardé un momento en responder.—¿Recuerdas Kujo, el carroñero…?—Que liberaste, sí.Intenté hacerle un resumen de lo que pasara desde que llevara a Kujo a Pennhurst y agregué la noticia de último momento.—¡Mierda! ¿Crees que le sucedió algo?—No creo que Brett haya tropezado y caído. La última vez que estuve allí, uno de esos hijos de perra intentó golpearme en la cabeza con una lámpara del techo, así que no dudo que son capaces de empujar a cualquiera.—¿Y si está herido? No tengo idea si las entidades espirituales pueden lastimarse.—Sí, pueden. Si lo tocaron, los voy a quemar a todos.—Ta
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Las Cosas por su Nombre
Me desperté en el armario de Kujo, recostada en su saco de dormir, literalmente dentro de él, porque estaba envuelta en su calor como un capullo de seda. El lugar no tenía ventanas y la puerta estaba apenas entornada.—¿Kujo? —murmuré frotándome la cara.—Fran.—¿Estás bien, mi niño?—Bien.—Genial.—¿Fran bien?—No lo sé, eso creo. —Me senté y se incorporó para mantenerme envuelta en su calor—. Gracias. Vine con mis ropas de veranito de LA. ¿Comiste mientras yo dormía?—Sí.—Bien hecho. ¿Amy?—Corredor. Gina.—¿Los niños están bien?—Sí.—Los salvaste, ¿verdad? —Apoyé la e
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Esperanza en Lugares Oscuros
Preferí no esperar a que Amy regresara. Se daría cuenta que había pasado algo y haría preguntas que no quería responder. De modo que tomé mi chaqueta liviana, porque no había llevado más abrigo a Los Ángeles, y me fui al asilo. Gracias a Dios era una noche cálida.Lee, el empleado que reemplazaba a Brett, sabía que iría. Me recibió con un saco de dormir, mi propio LED con baterías nuevas y el termo de Brett lleno de café recién hecho. Hasta me ofreció acompañarme a Tinicum Hall. Casi le pido que se case conmigo, pero descubrí el KII en su bolsillo trasero. Lo enfrenté alzando las cejas y se encogió de hombros con una sonrisita incómoda.—Hace meses que hay rumores sobre el carroñero, pero dicen que acercársele sin ti es peligroso —confesó—. ¿Te molesta si te acompañ
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Reunión Familiar
Los Blotter no sabían cómo reaccionar cuando me vieron regresar a la mansión tan pronto y con Amy. Sin Brandon. Como eran demasiado educados para preguntar qué había ocurrido, opté por aclarar cualquier duda.—Nos separamos porque elegí salvarle la vida a Kujo, en vez de un viaje de dos semanas para ver la filmación del show de Isaac y Trish.—Lo siento —dijo Edward, siempre el epítome del caballero.Oí el sonido del teclado de la tablet y aguardé para ver qué diría Joseph.—Bien, creo que queda un libro de Márái Sándor que todavía no leíste.No pude evitar reír por lo bajo. Su sentido del humor era inigualable.Ya era la hora de la cena, y nos fuimos a dormir temprano, exhaustas tras los últimos tres días. Amy se fue después del desayuno, y de pronto me hallé tal como había deseado diez días atrás, cuando filmaran las entrevistas: sola con los Blotter, como en los buenos viejos tiempos.Por extraño que pareciera, no
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Los Titulares de Siempre
Ese verano aprendí que, a veces, no sientes de inmediato los golpes más fuertes. Pasé el resto de junio disfrutando los pequeños detalles de mi vida simple y anodina. El señor Edward cumplió su palabra y logró inscribirme en dos cursos que comenzarían a fines de agosto, de modo que tenía mucho para leer antes de que iniciara el semestre. El joven Charles era divertidísimo, y me alegraba que Charlotte permaneciera como una adulta de poco menos de treinta años, convirtiéndose en la compañía que Lizzie tanto necesitaba.Seguía saliendo a correr todas las mañanas, pero ya no iba hasta el pueblo, sino que tomaba Greenwich Road en dirección opuesta, hacia el sudoeste.Los días eran largos y cálidos, hermosos, tranquilos. Amy vino de visita y se quedó un sábado a la noche para irse el domingo después del almuerzo. Trisha estaba en las nubes, feliz de trabajar sin descanso con Isaac y el resto de su equipo. La estaban pasando de primera, decía en cada llamada, especialmente de
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Cuatro de Julio
El fin de semana largo me demandó un verdadero despliegue de acrobacia para mantener mi catastrófico estado de ánimo bajo control. De todas formas, fue genial. Los Blotter estaban felices, y Susan estaba tan entusiasmada que trabajó todo el fin de semana. “Mis” Blotter fueron los fantasmas más discretos de la historia. Habíamos acordado que se refugiarían conmigo en la casa de huéspedes si los Blotter vivos se ponían muy ruidosos, pero no lo hicieron. Ellos también estaban felices de volver a tener familiares en la mansión por primera vez desde que muriera Stephen, el hermano de Lizzie, y Casa Blotter quedara al cuidado de Grace.Llegaron el miércoles tres por la tarde, con el tiempo justo para descargar su equipaje y sentarse a comer la cena que les preparara Susan. En el comedor principal, por supuesto, aunque comían almuerzo y desayuno en la cocina.Insistieron en que me uniera a ellos el jueves y allí fuimos, en dos botes a motor rentados, a recorrer el Quabbin. Es
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El Campamento del Terror
Ustedes ya saben que la síntesis no es lo mío, así que podrán imaginarse cuánto me costó atenerme a las cien o doscientas palabras que dijera Isaac. Quería que fueran algo especial, significativo, pero sin mostrar mis verdaderos sentimientos. Tenían que aportar a la historia que él quería contar, aun si lo contradecía. Un momento. Eso era algo que sabía hacer.Bien, así que contradecirlo, pero en un sentido positivo. Había dicho que se proponía contar una historia muy diferente a lo que mostrara durante los últimos diez años. Que siempre se había mostrado como el investigador temerario, desafiando a la oscuridad para desentrañar el misterio de turno. Las entidades oscuras eran los malos, y él era el héroe que llegaba a desafiarlos y salvar a la víctima de la semana, si había una. Había dicho que no haría nada de eso en su último episodio con Cazadores, sino más bien todo lo contrario.Si a eso le sumaba su rotunda negativa a dejarme ver siquiera una escena de lo que él
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Una Alfombra Demasiado Gruesa
Regresé a la mansión el lunes, feliz por haber pasado dos días con Kujo. Y tres días después llegaron los dos últimos Cazadores, en una de sus típicas camionetas negras de alquiler. Ya era casi hora de la cena, así que los envié a dejar sus cosas y saludar a los Blotter mientras yo terminaba de cocinar y poner la mesa.Cuando se me unieron en la cocina, me di cuenta enseguida que se sentían incómodos conmigo. Como si no supieran bien qué decir y qué no.—Permítanme aclarar algo —dije, trayendo el pan de carne a la mesa. Me senté con ellos y hablé mientras les servía—. Sí, Bran y yo rompimos. Sí, todavía siento algo por él. Pero puedo escuchar su nombre y hasta hablar de él de una manera mínimamente racional sin sufrir una crisis nerviosa —sonreí—. Qué hacerle. Son cosas que pasan.—Son cosas que pasan —repitió Ted alzando su cerveza.Y brindamos los tres por las cosas que pasan. Cenamos hablando de los lugares que estaban investigando para su primera temp
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