Inicio / Romántica / El regreso de la amante olvidada / Capítulo 81 - Capítulo 84
Todos los capítulos de El regreso de la amante olvidada: Capítulo 81 - Capítulo 84
84 chapters
Episodio 81: Poder y dinero
El vestíbulo de la mansión Agosti era un espacio amplio, majestuoso, decorado con mármol blanco y columnas que reflejaban un estilo clásico y frío. Pero en ese momento, para Massimo Agosti, no había nada que pudiera calmar el fuego que ardía en su pecho. Caminaba de un lado a otro, sus pasos resonando en el eco del lugar, mientras sus manos se cerraban en puños. Su mirada, fija en el reloj que colgaba de la pared, parecía rogar porque el tiempo avanzara más rápido.—Massimo, por favor, siéntate. —La voz de Ana, su madre, lo sacó de sus pensamientos. Estaba sentada en un sillón cercano, con las piernas cruzadas y un vaso de té en las manos.—¿Sentarme? —repitió él, girándose hacia ella, la frustración evidente en sus palabras—. ¿Cómo se supone que esté tranquilo mientras ellos están ahí arriba con Blair?Ana lo observó con una expresión que combinaba cansancio y paciencia.—Blair no es una mujer tonta. Sabe lo que hace. —Ana dejó el vaso sobre la mesa y lo miró fijamente, con una leve
Leer más
Episodio 82: Encuentros y desencuentros
El amanecer se colaba a través de las persianas del amplio dormitorio de Massimo, pero no traía consigo la paz que prometía el día. Él abrió los ojos, mirando el techo, con el ceño fruncido y el corazón pesado. Se pasó una mano por el cabello desordenado y soltó un suspiro frustrado. La habitación estaba en penumbras, a excepción de un rayo de sol que iluminaba un rincón de la cama, como una burla silenciosa de que debía levantarse.—Maldito día —murmuró con voz ronca antes de levantarse con pesadez.Tres días habían pasado desde que no veía a Blair. Tres días desde que ella desapareció tras las puertas de la residencia Feller, llevándose consigo a los trillizos que aún sentía como una extensión de su alma. Había visitado el lugar un par de veces, pero solo le permitían ver a los niños. Antonio y Karen, los padres biológicos de Blair, siempre encontraban alguna excusa para evitar que él se acercara a ella.Massimo se dirigió al baño, donde el frío azulejo le provocó un escalofrío al e
Leer más
Episodio 83: Desesperada decisión
El reflejo en el espejo devolvía la imagen de una mujer que proyectaba éxito y poder, pero Blair no podía evitar sentir que era solo una fachada. La habitación en la que se encontraba era tan impresionante como intimidante, una combinación de lujo clásico y modernidad que parecía diseñada para destacar la riqueza de sus padres. Las paredes de mármol blanco relucían bajo la luz de la araña de cristal, y las cortinas de terciopelo gris, pesadas y majestuosas, caían hasta el suelo alfombrado en tonos crema. Los muebles de diseño, cuidadosamente seleccionados, emanaban elegancia y buen gusto. Sin embargo, el esplendor del entorno no lograba calmar los nervios que la atenazaban desde que se había levantado aquella mañana.Blair ajustó la blusa de seda marfil que caía con elegancia sobre su falda lápiz negra. Sus manos temblaban ligeramente al asegurarse de que cada detalle estuviera en su lugar: el cinturón fino que acentuaba su figura, los zapatos de tacón negro que le daban una estatura
Leer más
Epílogo
La sala de juntas de la corporación Agosti era un templo al poder. Su amplitud desmedida y las paredes de cristal reflejaban no solo el lujo, sino también la ambición desmedida de Antonio Feller, su patriarca. Cada rincón olía a madera pulida y cuero caro, y el ambiente estaba cargado de una tensión sutil pero constante, como si las paredes mismas aguardaran el desenlace de un conflicto largamente contenido.Blair Feller, sentada junto a su madre, mantenía la mirada fija en el suelo, ajena a las conversaciones de los accionistas. Desde niña, se había acostumbrado a ser un peón en el tablero de todos, pero aquella mañana algo parecía diferente. Antonio, con su imponente figura y su semblante inescrutable, irradiaba una autoridad que incluso los más obstinados no se atrevían a desafiar.—He tomado una decisión —declaró Antonio, su voz resonando como un martillo sobre un yunque.El murmullo que hasta entonces había llenado la sala se desvaneció al instante. Todos los ojos estaban sobre é
Leer más