Nina preguntó preocupada:—Mamá, la tarjeta vinculada a los gastos médicos de papá es la tuya. ¿Cómo es posible que esté congelada?Celia, que estaba concentrada limpiando la casa, soltó el trapeador de golpe y corrió a buscar su celular al oír eso. Intentó transferirle dos dólares a Nina, pero de inmediato le salió un aviso de que la tarjeta estaba bloqueada.Celia entró en pánico:—¿Qué está pasando? ¿Me robaron la tarjeta?Aunque el día que Nina volvió con sus maletas, Celia había transferido la mayor parte del dinero a otra cuenta, aún quedaban allí varios miles de dólares en esta tarjeta. En ese momento pensó que, después de todo, era su esposo, y Nina todavía no se había divorciado de Sergio, así que no quiso ser tan drástica.Nina, sin saber los pensamientos de Celia, la tranquilizó un poco:—Mamá, no te alteres por eso. Ve al banco a preguntar. Yo iré al hospital a ver si puedo conseguir unos días más de plazo.Justo después de pagar algo en el hospital, Celia la llamó.—Mamá,
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