Pero el auto logró traspasar la reja antes de que pudiese obstaculizarlo, y Declan se detuvo atrás de la misma, parando de correr mientras sus ojos, completamente desorbitados, recordaba una y otra vez las facciones. ¡Fácilmente engañaba a cualquiera! La única manera de que lo hubiese engañado fue p
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