DAMIÁNCuelgo la llamada con Alex y siento que una corriente de electricidad me recorrerá. Finalmente lo tengo . Las pruebas para destruir a Victoria están en mis manos. Cada pieza del rompecabezas encaja, y ahora, solo es cuestión de tiempo para que todo colapse a su alrededor.Esto debería hacerme sentir eufórico, debería llenarme de una emoción avasalladora. Este es el momento que esperaba por años . Sin embargo, no siento ni la mitad de la satisfacción que imaginé. Sí, estoy expectante, pero esa emoción visceral que pensé que me consumiría no está presente.En cambio, algo me inquieta, algo que me hace cuestionar mis próximos pasos. Me imaginé que, llegado este punto, estaría listo para terminar con todo y largarme de aquí. Pero ahora, esa idea de irme no resulta tan atractiva.Y como si el universo quisiera burlarse de mi contradicción, la voz de Emma me saca de mis pensamientos.—¿Qué pasa, Damián? —pregunta, su tono suave y susurrante, cargada de genuina preocupación.Mis ojos
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