Capítulo 93. El León, la Leona y el Cachorro.
Meses después, Robert tomó en brazos a su hijo recién nacido. Lo acunó con sumo cuidado sin dejar de admirar maravillado los movimientos de su carita.Él estaba tranquilo, a gusto entre los brazos cálidos y fuertes de su padre. Escuchaba la melodía que le cantaba en murmullos.Abrió un poco sus ojitos para verlo con pereza. Robert sonrió fascinado al fundirse con los ojos azules de su hijo, tan claros como los suyos.—Felicidades, señor Lennox, su hijo está completamente sano. Y por el tamaño que presenta, creo que será tan alto como usted en el futuro —bromeó la doctora que atendió el parto antes de acercarse a Samantha—. ¿Cómo se ha sentido?—Excelente —dijo ella con una sonrisa sincera y fijó la atención en su esposo, que la veía con adoración desde la distancia.La doctora dio unas últimas indicaciones antes de marcharse de la habitación con la enfermera y así dejarlos solos.—No puedo creer que esto esté pasando de nuevo —exclamó Robert al ubicarse junto a ella y sin dejar de mir
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